Sterile stories: Summer days drifting away to oh-oh those summer nights.

Llegó el verano, la puta que lo parió. No soporto, en serio no lo soporto, irme a dormir. No por el momento de acostarme sino más bien por el momento de levantarme y darme cuenta de que hace más calor que el humanamente soportable, y que no me puedo sacar la piel, y que aparentemente la única forma de parar de sufrir es ir a la Iglesia Evangélica del Reino de Dios. Así me debato entre salir desnuda a la calle, darme un baño de hielo y suicidarme. Sumado a la ola de calor incontrolable de la que, similarmente a la ola de frío de la peli El día después de mañana*, debo escaparme cada segundo de mi vida, está la ola de aburrimiento veraniego que también me persigue, pero desde un poco más lejos. Así que para ganar al menos en algo este verano, decidí hacer algo útil por mi vida. Y como Heisenberg Not Dead apuesta al cambio y a la innovación, aquí relato, con mucha más emoción de la debida, La Primera Vez Que Tejí Algo En Mi Vida.


In the beginning there was Doctor Who. Quien como sabemos, y si no lo sabemos lo imaginamos, le cambia la vida a varias personas. Entre ellas, Yours Truly, que nunca se pierde una oportunidad de hacer facha. La necesidad de estar un poco más cerca de Gallifrey, sumada a la improductividad creciente de que soy víctima, me llevaron a investigar esta mismísima página: http://community.livejournal.com/crafty_tardis. Luego de pasarme todo el día revisando las cosas de que eran capaces los enfermos seguidores de Doctor Who, me decidí por un "(Re)Tardis Hat" (sic) divino que pueden encontrar buscándolo. No sabía tejer. No tenía materiales. Tenía demasiado calor. Pero ya saben, nosotras vamos al revés. Así que salí a comprar la lana con mi fiel amiga/pareja/futura madre de mi hijo, Porthos. Tras un breve intercambio de palabras con las vendedoras en la mercería, que incluyó caras de culo, interpelaciones poco amigables, opiniones del mundo de la mercería que no tenían ni ton ni son y hasta cara de ustedes-dos-van-a-tener-un-hijo?, ellas me robaron $31,50 y me dejaron con tres ovillos y tres agujas. Cuando volvimos a mi casa, con mi invitada todavía en ella, porque soy ASÍ de desesperada, obligué a mi Santa Madre a que me enseñara a tejer. De rebote, también tuvo que explicarle a Porthos cómo tejer al crochet, obvio. Así que, hasta que su hermano la pasó a buscar por mi casa, nos convertimos en dos contertulias del tejido en una escena en la cual faltaba una mecedora, un hogar a leña, Radio 10 y pilas de gatos para que fuese la postal perfecta.

Para las 3 de la madrugada, sin televisión por la tormenta y sin computadora sabe Dios** por qué, ya tenía medio gorro. Sólo me faltaba la última parte en la cual se termina efectivamente el gorro y se determina si uno es un as o un asno del tejido. Hoy a la tarde lo terminé. Un asno. No sólo cuando más o menos le di la forma me di cuenta de que no le entraba ni a mi dedo pulgar, sino que también sucedieron cosas raras con las diferentes partes de distintos colores que hace que a simple vista parezca que se va a caer a pedazos sólo para de cerca comprobar que por alguna razón todo está perfectamente en su lugar. ¿Magia o ciencia? ¿Azúcar o edulcorante?

Más allá de todo, la pasé bastante bien. Pienso tejer mucho más. Pienso incluso tejerme a todos los personajes de The Hitchhiker's Guide to the Galaxy para que vomiten lanas de colores.

Me despido con una frase del Jefe de Gabinete que, aunque no viene para nada al caso, me causa mucha gracia. "Por la radio y por la televisión ya conocemos a varios que son constitucionalistas porque toman el tren en Constitución"


* Si no la vieron, es una buena decisión. No lo hagan.
** Sí, por "Dios" quiero decir Stephen Fry.