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Mostrando entradas de abril, 2011

Carlitos Way

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Como no puedo soportar la depresión que me genera ver que lo último subido al blog data del 18 de abril (casi, casi el mes anterior), tengo que hacer algo al respecto. Lo primero que se me ocurrió es comentar la mala suerte que tengo de justamente haber ido a dar con una alumna que se refiere a Cristina como “la gran señora”. Justo a mí, será de dios. Pero como ya desahogué mis penas en un mail que le mandé al Toro, no tengo ganas de escribir algo tan deprimente que pone en evidencia el grado de lavado de cerebro que nos recuerda cuánto 678 le falta a algunas personas. Peeeero, no. No voy a contarles nada de Soledad. Después pensé comentar una remera que tenía puesta el otro día un chico en el subte B que decía "Macri vago" y mostraba el logo de la ciudad de Buenos Aires aunque un poquito modificado: el barquito, tan simpático, se estaba hundiendo. Obviamente, una remera amarilla y negra. Hundiendo BSAS. Grande, pa. Aunque si sólo comentaba este evento fortuito, la verdad es

Ont allé au cinéma gris

Uno de mis lemas favoritos, y más usados por otra parte, es el que reza “lo prometido es deuda”. Fiel a mis palabras, aquí hago entrega, con cierto tiempo de decantación, de la crítica BAFICI 2011 que a mi humilde persona (¿o debería decir ‘dementor’?) le corresponde. En orden cronológico: La primera película con la que inauguré este Bafici fue americana, Voulez-vous coucher avec God? . Sábado a las 00.15 (o sea, domingo) en el MALBA que me queda más a trasmano que Puan. No, mentira, eso es imposible. Pero no me queda muy cerca, a decir verdad. Por suerte, no fui sola sino que me acompañó mi hermano, así que nos inmolamos juntos. Y no lo digo por el viaje, señor lector, lo digo porque nos ensartamos como pocas veces le ha podido suceder a la especie humana. Tanto es así que nos levantamos antes de que acabase (aunque no fuimos los únicos ni los primeros) y nos fuimos, como quien dice, a la goma. Obviamente, puteamos como nunca. Yo había trabajado todo el día y mi hermano no tenía gana

Afuera ya no existe, sólo adentro

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Esta semana de abril fue una caja de emociones (no de sorpresas) para este pobre dementor. En primer lugar, vi el 50% de mis películas del BAFICI (la otra mitad la veo hoy). Cuando haya terminado con todos los Films haré la crítica correspondiente. Pero eso no es lo más importante. TERMINÓ CONTRA LAS CUERDAS , la serie de Canal 7 a la noche (que ahora será reemplazada por la tira que protagonizarán Flor Peña y el Puma Goity, Sr. Y Sra Camas ), con De La Serna –papurri- y Sole Fandiño, que nos sorprendió a todos “con un papel diferente”, querida Federica Pais, presentadora por excelencia de la TV pública. Capitulazo. La última imagen de Ezequiel y Ana, el boxeador entrerriano y la piba de barrio que quiere ser periodista y da clases de literatura en la cooperativa barrial del conurbano (lugar genérico, digamos), era casi para un afiche político, como los de Néstor y Cristina. Gran serie, color Buenos Aires, un poco gris de autopista, un poco impura, de parada de colectivos múltiples, co

Canciones que matan

Bueno, como sabrán nuestros lectores adictos a nuestras maravillosas prosas, en este blog, la pluralidad (de todo tipo) siempre es aceptada. Y como cada cual puede hablar de “lo que le venga en gana”, yo no voy a ser menos. Así que, audiencia querida, hoy quisiera compartir con ustedes una canción sumamente conocida que me emociona y hace que se me erice la piel y me den ganas de amar a todo el mundo. Es una canción que tiene una gran cantidad de versiones (la mayoría, muy hermosas). De hecho, la última que conocí (Mercedes Sosa + Daniela Mercury) es bellísima y bilingüe. Pero, y aunque aquí solamente pienso compartirles la letra porque no puedo subir la canción, les aconsejo una bella versión, plena de sentido y que expresa lo que la letra verdaderamente conlleva, de Jairo y Ana Belén. No es muy reciente (no recuerdo el año ahora) pero es en vivo, por los 25 años de Jairo en su profesión de cantor. Mamita. Quién pudiera estar allí, en ese teatro. Una actuación en la que Pedro Aznar se

Es una dalia morena

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Hoy vengo a rendirle homenaje a una mujer que se ganó mi corazón. Hoy vengo a rendirle homenaje al pedazo de mujer que es Katy Perry. Sí, Katy Perry. Tengo que confesar que en aquellos tiempos gloriosos en los que Katy empezó su carrera con "I kissed a girl" yo la detestaba. Odiaba sus corpiños cubiertos de caramelos y sus ojos enormes y su cintura de chica de Divito. Pero si la noche te persigue, entrégate a ella. Después de ver (en secreto y con un poco de vergüenza) infinidad de videos de Katy, videos en vivo, entrevistas y videos oficiales, caí rendida a sus pies. Empecemos por el principio: Katy es una chica moderna, yanqui, hija de pastores cristianos o algo similar, en Santa Bárbara, California que siempre soñó con ser una estrella pop como Madonna. Hoy tiene 26 años, varios hitazos, unas curvas que marean a cualquiera y un papel de vecinita mezclado con nena putona que se sonroja mientras te saca el cinturón que le queda como un guante (o, para el caso, como le queda

Así, NO

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Ya está. Lo descubrí. Ya sé por qué los caídos de este blog no escriben. Es el miedo al futuro. No a cualquier futuro. No. Sólo a éste: No teman, pequeños saltamontes. Siempre vamos a estar . Volví.