¿Qué te iba a decir?

Este artículo es un conjunto de misceláneas, nuevas y más viejas, que se ha ido amontonando en mi cerebro, sobresaturándolo, hasta decantar. Es hora de largar la piña en otra dirección y dar a luz lo que había quedado en el tintero.

Primero que nada, empezando por el principio, quiero decir que pese a todo (y sobre todo, más allá del resultado del martes) la ausencia de Ángel Cappa para mí es triste y lo es en dos sentidos. Uno de ellos se relaciona a Cappa mismo, puesto que no sólo yo confío en él sino que verdaderamente lo aprecio. En otro sentido, estoy triste porque éste es un caso típico del fútbol argentino, uno de tantos. Le sucede a Cappa hoy lo que le sucedió a Maradona y a tantos otros. Como dijo Carrizo, no puede ser que luego de unos meses (id est, de resultados exitistas buscados en el corto plazo) se juzgue a rajatabla la capacidad de un DT. ¿Estamos todos locos? Y vuelvo a Carrizo: muchachos, este proceso es más que largo, LARGUÍSIMO. Un DT necesita tiempo para conocer a sus hombres y dejarse conocer, para lograr aclimatarse y generar vínculos. Un año tampoco alcanza. Y a Cappa le dieron menos de un torneo. Es una verdadera locura. Pero lo mismo ocurre con los jugadores, que pasean de club en club, de acuerdo con las necesidades del bolsillo. ¿Dónde queda el juego en equipo cuando el equipo es una ilusión, algo efímero? Donde, digamos, el equipo no existe porque no son compañeros. Es la pérfida lógica capitalista, si lo pensamos un poco, la división que impide que los clubes se mantengan a flote pero con una calidad humana, si se quiere, digna. Conclusión: CAPPA, TE BANCO A MUERTE. Digan lo que digan. Además, siempre van a hablar mal de uno.

Otro tema, odiado Santo: el superclásico. No puedo decir mucho porque estaba en la facultad cuando se jugaba, sólo sé que ganó River y pese a mis críticas y decepciones recientes, quiero gritar de corazón que los felicito a los jugadores. Hoy más que nunca. Y aunque nuestro promedio haya descendido más que la temperatura a medida que subimos una montaña, quiero decir que un número estadístico no va a medir nunca el amor millonario de los hinchas. Acá sí que es como dice García Márquez: el amor verdadero no es aquel con en el cual se vive feliz para siempre; es aquél que se ha hecho para joderse juntos, compañeramente, en las buenas y en las malas. Con River pasa eso, o al menos a mí me pasa. Felicitaciones, chochamu. Recomiendo ver la foto del abrazo colectivo de los jugadores, resaltando a Ortega, en Página 12. Para delante, nomás (quiero decirlo: Boca, la tenés adentro, pa).

Finalmente, para no agobiarlos (aunque estas no sean antologías de camas vacías, querido Joaco), quiero hacer mención de algo que me impactó. El otro día compré la revista (una) que se hace en la facultad, por alumnos, llamada “Desde el pie”. La verdad es que apoyo esas iniciativas bancadas a como dé lugar por los estudiantes que, bien sabemos, no tienen un mango. Cuestión que me estoy por ir a dormir después de un día movidito y decido darle un vistazo. Ya empezamos confundiendo y bastardeando (porque eso excede la crítica –y añado el adjetivo “inteligente”-) al gobierno nacional. Eso lógicamente me sulfura pero prosigo. No sólo hay ciertas mentiras sutiles, como las que a veces suele buscar la producción de 678, sino que hay una mentira muy extendida actualmente en cierto periodismo que es más terrible por ser casi implícita, sobre todo para lectores distraídos: la omisión. En ningún momento se menciona la muerte de Néstor. Y la revista es de noviembre. No hay una mención al hecho de que miles de personas hayan ido no sólo a despedir al ex presidente sino también a darle fuerza a nuestra presidenta, su compañera y nuestra líder hoy en día. No hubo un recordatorio, una muestra de respeto y, peor aún, no hubo ni siquiera una demostración de que la facultad no es una burbuja que acaba en Bonifacio o Directorio. No hubo un atisbo por parte de los escritores, de variadas carreras, de demostrar que se tuvo en cuenta a esa parte del pueblo peronista o kirchnerista que salió a la calle (espacio que el PO tanto reivindica) y se apropió del espacio público para llorar a un líder. A un hombre que nació para molestar, como dice Rep, y molesta hasta en su muerte, parece, que no es más que un nacimiento, un florecimiento (adoro ese término). “Desde el pie”, revista hecha por estudiantes de diversas ideologías (eso dicen ellos), parece que quedó ciega y no vio la Plaza por unos días. No miró tele ni leyó diarios ni oyó a la gente en la radio. Quizá tenían muchos parciales. O el censo los tenía atrincherados en casa. Quizá sea mala leche o peor aún. Quizá sea una falencia en la interpretación de nuestra historia presente. Es una pena que no puedan ni quieran construir con el peronismo, que es pueblo. A veces se olvidan de ese detalle. Me enoja que estos estudiantes, que bregan por abrir la universidad pública y poner los pies sobre la tierra, se olviden que no hace falta irse al Chaco impenetrable para hallar al pueblo. Que la Plaza de Mayo da mucchas señales, como ocurrió con la muerte de Mariano, que nos dolió a todos. ¿O pensarán que no nos dolió? ¿qué nosotros no queremos saber dónde están Julio y Luciano? Me parece que no están nervioshos solamente. Están confundidos. Y eso es peligroso. No porque le hagan el juego a la derecha, que hoy parece tan trillado; es peligroso porque no hacen más que acentuar la escisión que tanto quieren combatir entre el estudiantado intelectual y las bases. Es peligroso porque esta izquierda no ve lo que mueve al pueblo. Porque en sus frases encierran odio y falta de respeto, además de falta de conocimiento. Esta izquierda, porque la juventud peronista también es izquierda, es abstracta y no puede o no quiere ver que no es el chori ni el plan lo que mueve a la gente, a los negros, a los del conurbano, los pata sucia, los cabecitas negras; no es el chori ni la coca ni el plan lo que mueve a los profesionales, los oficinistas que laburan en el centro y viajan apretados en el subte cada mañana, los intelectuales que salieron del termo, los estudiantes que comienzan a agruparse políticamente y a creer en la política, los defensores de los derechos humanos, los (algunos) artistas, algunos periodistas...no es el chori, no es el plan. Muchachos, nos mueve un proyecto NACIONAL Y POPULAR. Un proyecto que ante todo une política con amor, una política personalizada, de abrazos y reflexión. Acá no hay autómatas ni combis como protagonistas. Parece que los obreros no saben leer, dice “partido obrero”. Pero votan al peronismo, como dice Galasso. Acá hay un proyecto. Y, como dice Víctor Heredia, una flor, un corazón y estas ganas de vivir. Y a eso no hay con qué darle, che.