No será el mago de Oz, PERO…

Seguramente, durante estas últimas semanas, la oleada de suicidios (egoístas) debe haber aumentado un 300%. Y no se asombre, lector sobreviviente, porque es difícil pasar tantos días sin leer nada de nuestra maravillosa prosa cibernética. Es decir, QUÉ ES LA VIDA DESPUÉS DE HND. ¿Es un frenesí, Calderón? ¿Cualquier bien es pequeño? Quizá la vida sea sueño, pero HND le pone tanto hard rock que es como una bisagra, un antes y un después. Pero, como dice Arjona, no hay mal que dure cien años ni idiota que lo soporte, así que, desesperados lectores, aquí vuelve el verano y con él, todo el calor de esta vida que no nos alcanza (y no es una metáfora).

Semanas complicadas, mucho calor, refresca por las noches así que si salís temprano, la vuelta a casa esperando el Bondi con el vientito en contra es un bajón. En resumidas cuentas, unas semanas del orto. Y cada día, cuando llegás a tu casa en busca del bálsamo que te saque de la rutina aplastadora, te das cuenta que los dementores soretes que amás tanto y que son tan inteligentes y lindas, ni hablar de su ambigua sexualidad prosaica, no escribieron una mierda. De nuevo. Entonces, tenés varias posibilidades. Ayudás a que crezca la tasa de suicidio o mirás televisión y ves a Aníbal Pachano con una galera violeta y blanca, seguís estudiando como Hypatia, comés panchos con apio (ojo, que no es broma) o te das cuenta que en la tribuna de Estudio País Bicentenario está sentada Marta Gorini, la maestra de tu hermano de segundo grado de la primaria, dispuesta a jugar el Juego del Bicentenario. Cosas que pasan. Pero hoy, acá, en este instante fecundo, los dementores han vuelto (de hecho, literalmente han vuelto de cierta facultad perdida entre Pedro Goyena y Directorio). Y tienen algo que decirte: HARRY POTTER 7.

Sí, chambón, el grupete más absurdo del mundo (aunque siempre sexy y con muchas mangas) fue el sábado a ver la película –porque queríamos vernos reflejadas en la pantalla, como dementores que somos- y al menos quien les escribe tiene una opinión para dar. Pero antes, algunas consideraciones:

1. Es la película 7 (la primera parte, en verdad) de una saga que te venís comiendo desde cuarto grado o antes, en los peores casos. Es decir, aunque el papel de Harry lo haga Adam Sandler, la vas a ver igual.
2. Ron ya no tienen once años. Y eso es bueno. Muy bueno.
3. Hay varitas mágicas, actores de Love Actually y muerte.

Bien, visto y considerando lo anteriormente expuesto, debo decir:

1. Me habían hablado pésimo de la peli. Yo LA PASÉ BIEN. Y siendo que no fui a ver una de Fellini, el entretenimiento me alcanza.
2. Hubo muertes, como dije, que nos conmocionaron mucho. Hewitt –¿se escribe así?- estará siempre en nuestros corazones.
3. Es una peli medio oscura en algunos tramos y eso a mí me gusta porque me recuerda a la mejor de la saga que es la cinco (aunque en mi opinión el mejor libro es el 3)
4. Hay una animación en medio del film que está bárbara y es medio quijotesca.
5. Por otro lado, debemos decir que todo aquél que espera que Harry aparezca como un chico maduro de 18 años, sin decir boludeces y hacerse el héroe, no debe gastar pólvora en chimango. Además, Aramis cree que Potter está feo y con pelos en el pecho de viejo. También aparece en boxer durante, según Porthos, mucho tiempo.
6. Hay animaciones de cera que son horribles. Casi pornográficas, para Porthos.
7. Pero es la peli 7, repito. 71/2.

Bueno, en marzo seguiremos la crónica de la segunda parte (porque nosotros vamos a estar). Y esperaremos con ansias el beso entre Ron y Hermione.

Próximas semanas prometen ser políticas, porque hay mucho para decir.

Volvimos, ¿volviste?