Darth Vader de curso legal

Y sí. En esta vida que no nos alcanza (y esta tendencia parece agravarse cada vez más), el blog va quedando fuera por lo menos de mis actividades más habituales. ¿Se debe a que no tengo banda ancha? ¿se debe a que no tengo tiempo? ¿se debe a que no tengo nada que decir, o al revés: tanto, que no sé cómo empezar? La verdad, no podría decirle a la audiencia fiel y expectante. Dejémoslo como un tema de carencia (hay algo, lo que fuere, que no tengo). Pero hoy el diario hizo la diferencia, aunque no hablaba ni de mí ni de ti; me hizo recordar las veces en que no podía esperar para comentar algo super a mis compañeros de la blogosfera y a los lectores-buitres que nos siguen desde siempre. EL diario habló de algo que me hizo gracia y me generó unas cuantas dudas ¿antropológicas?

¿Ustedes sabían que en una isla del Pacífico Sur se adoptó una moneda de curso legal que de un lado tendrá la cara de Isabel II y del otro…PERSONAJES DE STAR WARS? No es un chiste, lo leí en Radar de hoy. Además, y esto es un guiño para el Toro, hay un artículo sobre una remake de Yves Klein y su bendito azul, el cual conocí gracias a Porthos. Pero volviendo a la moneda, ¿no es increíble? Qué Belgrano ni qué ocho cuartos. VIVA LUKE Y HAN SOLO. Ay, George, sos un nuevo teólogo (quizá no tan nuevo, pero sí muy extremo). El artículo afirmaba que la población isleña estaba harto orgullosa de su innovación numismática, que equivaldría a la libra esterlina. Y aquí uno se sienta (con o sin vigüela) a pensar. ¿Se imaginan las monedas argentinas con personajes famosos que ya no sean próceres sino, no sé, un Patoruzú o una Mafalda, o algo más extranjero como la cara de Howard Moon –claramente en su versión personaje-? También me imaginé una serie con la cara de la gente de Lost (aunque la odio) o la cara de los personajes de House y, en vez de un lema nacionalista, el ya muy bien ponderado “It’s not lupus”. Como Homero Simpson cuando se pregunta cómo sería su vida si robase el minisuper de Apu, yo me pregunté qué sería de nuestra cultura (en nuestro caso más particularista muy cosmopolita a esta altura del partido por ser de BsAs) si nuestros íconos proviniesen sin desvergüenza del gran tanque hollywoodense. Porque todos sabemos que si en este instante prendemos algún canal de aire que no sea el 7, o nos encontramos con el tanque argento de Tinelli y sus satélites (más numerosos que los de Júpiter) o con Bruce Willis bajando el bendito helicóptero por enésima vez. Lo que quiero decir es que tampoco somos tan ajenos a estas influencias (a veces, más que eso) del Dream Team americano, y en algunos casos de otras nacionalidades –ver el nombre de nuestro blog-; pero en ciertas conmemoraciones el nacionalismo (que ahora es latinoamericano porque nuevamente la patria se ha ensanchado) se mantiene, un poco a rajatabla. Quizá habría sido lindo para esta vuelta al blog una lista de posibles cambios (sale Rosas, entra Ron Weasley; o sale Sarmiento y entra Snape) pero una vez más me remito a Homero: cuando decide que va a asaltar el minisuper en su mente, despierta y ve que ya está en el auto, comiendo un pancho. “La próxima vez será”, piensa el hombre amarillo. Y con una comparación con la gran cultura americana (que ni los americanos más iluminados pueden entender), me voy, sin pena ni gloria, pesando que la lista quedará para otra ocasión y que en mi billete de diez pesos seguirá estando Belgrano.