Corazón mentiroso

Las canciones, las telenovelas, los libros, las revistas del corazón, una película, la vida misma y hasta los programas de chimentos nos han enseñado desde siempre que en el amor también se sufre. Sometimes it lasts in love, but sometimes it hurts instead. Y hoy, querida audiencia, les traigo a la princesa del despecho y el dolor. Qué manera de sufrir que tiene la única, la princesita: Karina.





Parece que Karina, nacida en Vicente López, no la pasó muy bien en el amor. Al menos, si en esa clave leemos sus canciones. Claro que puede ser mera inventiva (como aquella vez que le preguntaron a Julieta Venegas si ella sentía todo lo que expresaba en sus temas y la mexicana contestó que lo escrito era lo que quería sentir). Sin embargo, teniendo en cuenta la situación escandalosa que vivió con Sergio Agüero al separarse ella de El Polaco (con quien tiene una hija) y el jugador de fútbol de la hija de Maradona, podemos pensar que al menos el adjetivo 'turbulento' sirve para pensar su vida amorosa. 
Karina, cuyo nombre completo es Karina Jésica Tejeda, tiene 27 años y unos cuantos discos en su haber, con temas originales pero también con grandes covers. Decir cumbia hoy en parte es decir su nombre. Y así nos encontramos con temazos como "No voy a llorar", "Quítame" o "Tu recuerdo" de los nunca bien ponderados Ilegales. Siguiendo sus letras de padecimiento amoroso, también vamos viendo otra constante: el intento del olvido y las ansias de revancha. Un clavo, en sus canciones, puede sacar a otro o no (querido Heisenberg) pero de cualquier manera no podemos evitar bailar a todo trapo al ritmo de su voz. Así como no dudamos en cantar esos temas, volviéndolos propios, incluso sin haber vivido esas historias en carne y hueso. No sólo son cada vez más tristes las canciones de amor, como canta un español; también tienen resentimiento y un poco de orgullo que busca reponerse ante tanta amargura. Aunque claro está también aparece la resignación: el amor se reduce al sexo, simplificado el corazón. Y se acaba por ser la amante por horas, lo cual no estaría mal a no ser por el detalle nada insignificante de que la mujer que personifica las canciones no lo quiere así. 

Te quise olvidar
tus besos, borrar
estuve con otro y me quedó la soledad
Y yo lo hice mío
y en él te veía
Qué absurdo y qué tonto pensar
que con otro cuerpo te iba a olvidar




Las canciones pasan, y es difícil elegir unos pocos versos ilustrativos. Podemos encendernos y apagarnos en un parpadeo, y hete aquí la magia de esta música, de este despecho bailable, de la alegría agridulce del "todo vuelve". 

Con la misma moneda te pagué, infeliz
Ahora vas a saber lo que es ir por ahí
que se rían de ti
que se burlen de ti
y que te hagan la seña con los dedos así
Con la misma moneda te pagué, infeliz
ahora tienes la marca y me la debes a mí
Sólo lástima das
como tonto llorás
pero vete, ya es tarde: él me pasa a buscar



Y es que pareciera que el amor después del amor nos puede dejar este sabor a poco, a feo, a solitario, a revanchismo que Karina nos ofrece en sus letras. Una mezcla entre el amor, el impulso, el sexo, le vértigo, la cucharada de la propia medicina. Una justicia que se dirime en el campo de batalla del amor, al mejor estilo Pat Benatar. 

Él no va a volver, no va a dejar su señora
eres su amante por horas, la que lo hace reír
Él no va a perder por un capricho su casa:
las aventuras se pasan cuando no existe el querer

Mujeres que sufren la espera del amante que no vuelve, que las engaña con la mejor amiga, que tiene una esposa en otra casa, que habla mal de ellas, que las deja abandonadas. Pero también el hombre que las vuelve locaa, con el mero roce de los cuerpos que encienden una hoguera. El hombre que prende fuego todos los instantes y de esa manera nos invade el pensamiento: el hombre al que le pedimos a gritos que nos destroce el vestido. 

Cuando él me besa
pierdo la cabeza
te lo juro, te lo juro
Cómo me provoca 
su nombre en mi boca
te lo juro, te lo juro
Estoy atrapada
no tengo salida
me muero de celos
¡que nadie lo siga!



Y así, con corazones que mienten y engañan, nos vamos moviendo en las arenas movedizas del amor, hacia mejores o peores destinos. Pero hay un hilo común a  todo esto: la mujer que está en tiempo de cambio; la amante por horas; la mujer engañada; la mujer que goza y grita 'tócame'. Karina. La Princesita. Todas ellas, y ella sola.










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