Economics wars: the Chilean menace.
En esta nueva entrega, mis queridos lectores, quisiera explayarme sobre el tema profesores desagradables de economía. Yo sé que mucha gente no está en contacto directo con esta subespecie pero no deja de ser un factor de terror infundido a los estudiantes. En este caso, como si fuese un documental pero gráfico, voy a avocarme a mi actual profesor, José Salvador Cárcamo. Y de antemano, pues el que avisa no es traidor, les pido perdón.
Cárcamo, José Salvador: o.v.n.i. Dícese de una subespecie sospechada de no ser plenamente un homo sapiens que habita en zonas desconocidas de Buenos Aires pero que es oriundo de Chile. Tiene cualidades características, como por ejemplo ignorar la manera de hablar correctamente el español (sobretodo cuando conjuga verbos cuyo sujeto gramatical sería el vos con el tú, ejemplos, fíjate vos o vos tienes, etc) y ser extremadamente autoritario y arrogante. Físicamente puede ser descrito como un gordito de baja estatura cuyo pelo grasoso baila al ritmo de sus movimientos, que a veces tiene prominente bigote y que utiliza poleras de algodón color salmón que remarcan su prominente barriga. De cualquier lado que se lo observe, puede notarse que es un horror.
Una vez que nuestro objeto de estudio se halla definido, como el positivismo siempre quiso, podemos avocarnos al análisis de sus asquerosos comentarios –y si algún lector desprevenido piensa que esto es tendencioso y parcial, se equivoca; esta es la pura realidad, para desgracia mía-.
Clase de economía. Lunes y jueves de 7.30 a 8.45 AM. Parece poco pero es un verdadero y eterno infierno. Paso a describir un top five de los peores comentarios que el pobre alumnado debió tolerar a lo largo de este 2009.
Hablando de valores de cambio y de uso –detalle MUY importante-, cosa común en una clase de economía y de Marx, nuestro profesor dice lo siguiente:
La economía, fíjate vos, no es una ciencia moral como dicen todos –risa insoportable de su parte e inentendible-. La economía es una ciencia moral, porque habla de valores. En ese momento, creo que ni Bin Laden tenía tantos enemigos con ganas de matarlo.
Pero eso es algo Light. Sigamos, de tripas corazón, en esta aventura del conocimiento.
Por ejemplo, siguiendo este ejemplo propio de los neoclásicos ortodoxos, hallamos un interés común entre la fábrica de papel y el productor de hortalizas, que es la utilización del agüa (y lo escribe en el pizarrón).
Y uno que pensaba que el horror era neoclásicos ortodoxos y, zas, no lo cante, no lo grite, no se abrace, agua con diéresis. Sí, damas y caballeros. Ante la reacción risueña del grupo de alumnos presentes y una interpelación hacia el docente, nuestro querido José dijo que el venía de la educación de otras épocas y que así se escribía. Claro, pensamos todos, una pepa y un café.
Podemos seguir adelante aunque cueste con este afán sufrido de descubrir la verdad de la milanesa sobre los profesores de economía.
Clase de Marx. Todos habrán oído hablar de su libro El Capital. Es un libro voluminoso y fundamental que en nuestro curso pocos –por no decir ninguno, pero no sabría afirmarlo- habían leído. La verdad es que no es un libro para ser leído en el tranvía justamente. Pero nuestro querido Salvador nos dijo que él sí lo había hecho, cosa que no nos extrañó porque es un profesor de economía y además autodefinido marxista. El punto del gazpacho, joder si lo tenía, es que nos lo dijo así:
Porque yo leí El Capital a los diez años. Y mi padre, obrero socialista, me decía “No, Josecito, no lo vas a entender”. Pero lo leí igual, como hice con la Biblia, a esa edad también.
¿No es el colmo de la arrogancia? Además de que no le creo porque no tiene ni un pelo de persona que en su niñez podría haber sido un niño prodigio. José, como comenté una vez de Berlusconi respecto del porno, somos pocos y nos conocemos mucho. Quizá demasiado. A mamá mona con bananas verdes.
Pero la arrogancia no acabó en esa ocasión, por desgracia. Una vez, comentando la utilidad de los bienes y la demanda decreciente de éstos, comentó lo siguiente:
Por ejemplo, cuando mi amigo Joaquín Sabina y yo queremos tomar un vaso de Whisky…
El resto de la anécdota no viene al caso, pero no puedo dejar de recalcar el modo en que brillaban sus ojos de orgullo al hacernos entender que él era un capo, perdón, un k-po, y que el Joaco era su amigo personal. Pero no lo dijo una vez, como un casi buen samaritano. Lo repitió en varias clases subsiguientes. Sin comentarios.
Y otra cosa a destacar es lo que mencionó para explicar lo que estaba sucediendo con el cercamiento de las plazas públicas en la Ciudad de Buenos Aires. Comentó lo siguiente, respecto de Plaza Almagro.
Por ejemplo, cuando iba a enseñar tenía que cruzar por la plaza. Y ahora, a las ocho de la mañana, está cerrada. Pero a la noche también, en esa plaza en la que además me he levantado a varias chicas.
No se me muera de un infarto, por dió. Sabemos que este hombre de mediana edad, con su pelo grasoso y su zapán no es una imagen digna de ser imaginada en una situación de levante. Pero es la pura verdad y yo sólo soy una emisora de ésta acerca de este sujeto tan desagradable. Yo diría que es hostigamiento mental, no una clase de economía.
No es un top five que pueda darse en un orden determinado. Todo es horrible en este sujeto que además no te deja hablar en clase y se pone nervioso si preguntan demasiado; este sujeto que separa al escribir todos los predicados y sujetos con coma; este sujeto que encima debo decir se ha empecinado en odiar a ciertos alumnos del curso, hecho que se nota en su modo de tratarlos, tan descarado pero no reconocido públicamente –qué hipócrita ,¿no?-; este sujeto que se ríe de todo como el doctor Hibbert; este sujeto que se autoproclama el descubridor y amigo de Evo Morales, de quien se halla enamorado, y del cual comentó, con aires de grandeza, que había participado con él en un acto en el 92 donde pusieron petardos en un busto de un ex presidente argentino, como acto de gran rebeldía, y cayeron en cana; este sujeto que proclama que el cáncer es propiedad privada; este sujeto, este enano de jardín que no deja de decir ya a todas horas, fiel a su procedencia, que no se da cuenta que todos lo odiamos con el alma y el cuerpo, diría yo, y que se cree el Bonaparte del socialismo, si es que eso es posible. Como dicen, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Desde este Blog tan abierto siempre a los problemas populares, José Salvador Cárcamo, nuestro odio más profundo. Amén.
Cárcamo, José Salvador: o.v.n.i. Dícese de una subespecie sospechada de no ser plenamente un homo sapiens que habita en zonas desconocidas de Buenos Aires pero que es oriundo de Chile. Tiene cualidades características, como por ejemplo ignorar la manera de hablar correctamente el español (sobretodo cuando conjuga verbos cuyo sujeto gramatical sería el vos con el tú, ejemplos, fíjate vos o vos tienes, etc) y ser extremadamente autoritario y arrogante. Físicamente puede ser descrito como un gordito de baja estatura cuyo pelo grasoso baila al ritmo de sus movimientos, que a veces tiene prominente bigote y que utiliza poleras de algodón color salmón que remarcan su prominente barriga. De cualquier lado que se lo observe, puede notarse que es un horror.
Una vez que nuestro objeto de estudio se halla definido, como el positivismo siempre quiso, podemos avocarnos al análisis de sus asquerosos comentarios –y si algún lector desprevenido piensa que esto es tendencioso y parcial, se equivoca; esta es la pura realidad, para desgracia mía-.
Clase de economía. Lunes y jueves de 7.30 a 8.45 AM. Parece poco pero es un verdadero y eterno infierno. Paso a describir un top five de los peores comentarios que el pobre alumnado debió tolerar a lo largo de este 2009.
Hablando de valores de cambio y de uso –detalle MUY importante-, cosa común en una clase de economía y de Marx, nuestro profesor dice lo siguiente:
La economía, fíjate vos, no es una ciencia moral como dicen todos –risa insoportable de su parte e inentendible-. La economía es una ciencia moral, porque habla de valores. En ese momento, creo que ni Bin Laden tenía tantos enemigos con ganas de matarlo.
Pero eso es algo Light. Sigamos, de tripas corazón, en esta aventura del conocimiento.
Por ejemplo, siguiendo este ejemplo propio de los neoclásicos ortodoxos, hallamos un interés común entre la fábrica de papel y el productor de hortalizas, que es la utilización del agüa (y lo escribe en el pizarrón).
Y uno que pensaba que el horror era neoclásicos ortodoxos y, zas, no lo cante, no lo grite, no se abrace, agua con diéresis. Sí, damas y caballeros. Ante la reacción risueña del grupo de alumnos presentes y una interpelación hacia el docente, nuestro querido José dijo que el venía de la educación de otras épocas y que así se escribía. Claro, pensamos todos, una pepa y un café.
Podemos seguir adelante aunque cueste con este afán sufrido de descubrir la verdad de la milanesa sobre los profesores de economía.
Clase de Marx. Todos habrán oído hablar de su libro El Capital. Es un libro voluminoso y fundamental que en nuestro curso pocos –por no decir ninguno, pero no sabría afirmarlo- habían leído. La verdad es que no es un libro para ser leído en el tranvía justamente. Pero nuestro querido Salvador nos dijo que él sí lo había hecho, cosa que no nos extrañó porque es un profesor de economía y además autodefinido marxista. El punto del gazpacho, joder si lo tenía, es que nos lo dijo así:
Porque yo leí El Capital a los diez años. Y mi padre, obrero socialista, me decía “No, Josecito, no lo vas a entender”. Pero lo leí igual, como hice con la Biblia, a esa edad también.
¿No es el colmo de la arrogancia? Además de que no le creo porque no tiene ni un pelo de persona que en su niñez podría haber sido un niño prodigio. José, como comenté una vez de Berlusconi respecto del porno, somos pocos y nos conocemos mucho. Quizá demasiado. A mamá mona con bananas verdes.
Pero la arrogancia no acabó en esa ocasión, por desgracia. Una vez, comentando la utilidad de los bienes y la demanda decreciente de éstos, comentó lo siguiente:
Por ejemplo, cuando mi amigo Joaquín Sabina y yo queremos tomar un vaso de Whisky…
El resto de la anécdota no viene al caso, pero no puedo dejar de recalcar el modo en que brillaban sus ojos de orgullo al hacernos entender que él era un capo, perdón, un k-po, y que el Joaco era su amigo personal. Pero no lo dijo una vez, como un casi buen samaritano. Lo repitió en varias clases subsiguientes. Sin comentarios.
Y otra cosa a destacar es lo que mencionó para explicar lo que estaba sucediendo con el cercamiento de las plazas públicas en la Ciudad de Buenos Aires. Comentó lo siguiente, respecto de Plaza Almagro.
Por ejemplo, cuando iba a enseñar tenía que cruzar por la plaza. Y ahora, a las ocho de la mañana, está cerrada. Pero a la noche también, en esa plaza en la que además me he levantado a varias chicas.
No se me muera de un infarto, por dió. Sabemos que este hombre de mediana edad, con su pelo grasoso y su zapán no es una imagen digna de ser imaginada en una situación de levante. Pero es la pura verdad y yo sólo soy una emisora de ésta acerca de este sujeto tan desagradable. Yo diría que es hostigamiento mental, no una clase de economía.
No es un top five que pueda darse en un orden determinado. Todo es horrible en este sujeto que además no te deja hablar en clase y se pone nervioso si preguntan demasiado; este sujeto que separa al escribir todos los predicados y sujetos con coma; este sujeto que encima debo decir se ha empecinado en odiar a ciertos alumnos del curso, hecho que se nota en su modo de tratarlos, tan descarado pero no reconocido públicamente –qué hipócrita ,¿no?-; este sujeto que se ríe de todo como el doctor Hibbert; este sujeto que se autoproclama el descubridor y amigo de Evo Morales, de quien se halla enamorado, y del cual comentó, con aires de grandeza, que había participado con él en un acto en el 92 donde pusieron petardos en un busto de un ex presidente argentino, como acto de gran rebeldía, y cayeron en cana; este sujeto que proclama que el cáncer es propiedad privada; este sujeto, este enano de jardín que no deja de decir ya a todas horas, fiel a su procedencia, que no se da cuenta que todos lo odiamos con el alma y el cuerpo, diría yo, y que se cree el Bonaparte del socialismo, si es que eso es posible. Como dicen, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Desde este Blog tan abierto siempre a los problemas populares, José Salvador Cárcamo, nuestro odio más profundo. Amén.
No me atrevo a comentar nada más que: vivo a menos que pocas cuadras de la Plaza Almagro, y Dios sabe si no he pasado tardes en bici, leyendo o simplemente hablando con amigos. De más está decir que no me vuelvo a pasar por ella sin calzón de lata. Saludos para todos desde mi nidito de indignación.
ResponderEliminarGil Fuster, decí la verdá, vos también te levantastes minuzas en Plaza Almagro.
ResponderEliminarMi querido Bruno Sierra, ¿qué puedo decir? La vida es cruel y la gente también. Como diría mi abuela: somos todos buenos pero no aparece el poncho.
GRACIAS por tanta magia. Te cuento que sigue exactamente igual, y que leer esto me alegró la semana.
ResponderEliminaralumnos de cárcamo unidos y en lucha
No lo conozco, asique no puedo estar de acuerdo con vos en todo lo que decís. Lo que si quiero marcar, es que si vos criticas la arrogancia, no seas arrogante. Te cito textualmente: "No se me muera de un infarto, por dió. Sabemos que este hombre de mediana edad, con su pelo grasoso y su zapán no es una imagen digna de ser imaginada en una situación de levante".
ResponderEliminarMe parece que no tenés derecho, VOS, a decidir quién es digno de levante y quién no. MENOS si te pones en postura en la que si, estás discriminando al platear la ecuación de que una persona de mediana edad y panzona, no puede hacer lo que seguramente vos si haces, por que serás un capo con toda la facha.
De lo demás no opino porque reitero, lo escuché hablar ayer 15 minutos, por ende no lo conozco.
Y viva Evo Morales!
Me lo va a publicar como anónimo no sé por qué. Soy Valentina Romano.