Axi bochi, tambor eaeaea chiqui chiqui la.
Lunes a la noche. Calor, cansancio y dolor de piernas. Después de recorrerme todos los supermercados chinos (básicos, ácidos, anfóteros, tuneados), no pude encontrar las benditas Gaona Star que le había prometido a Porthos. Decidí comprar una imitación de mis bienamadas galletitas, lo cual, más tarde me daría cuenta, fue un gravísimo error. Encima la bolsa estaba rota. Así que recapitulemos: Dolor de piernas, calor, cansancio, un bolso lleno de cosas, y dos paquetes de galletitas en una bolsa rota. Así me encontraba, esperando al 168 mientras me preguntaba cómo podía ser que nunca nadie hubiese establecido una ley física que vinculara la tardanza del bondi con el apuro que uno tiene por llegar y la turbiedad de la zona en la que se baja. Empecé a darle forma en mi mente, incluso a emocionarme porque por fin se iba a cumplir el sueño de mi vida: un factor multiplicativo con mi nombre, cuando justo llegó. Y por supuesto iba, como suele decirse en mi país, hasta las manos. Las manos estrictamente metafóricas, por supuesto, amigo Porthos. Llegué a su casa, comimos las malas copias de las Gaona, decidí que eran irreemplazables y que yo era calificable como traidora a la patria Gaonastarense, me humillé en silencio y juré lealtad de por vida.
El plan era simple: a las 23 hs veríamos una película en el segmento Asian Connection, en el canal de culto I.sat, sobre adolescentes chinos que se suicidaban. Hasta ahí, todo muy lindo. Comimos, miramos a Peter Capusotto cantar canciones contra la educación, concientizando en barrios con reggaetones acerca de lo malo que es robar, poniéndole música al Himno Nacional. Pusimos a grabar la película para verla más tarde. Cuando "más tarde" llegó, la película no estaba. Porthos cosía el ruedo de un jean. Su hermana tejía una manta. Yo comía pepas. Porque así es la vida. A las 23.36.42 hs (aproximadamente), pasa la publicidad de la película sobre adolescentes chinos suicidas (para acortar la vamos a llamar "Suicide Club"). El relator anunció "esta noche, a las 23 horas". Las tres conciudadanas nos miramos, miramos el reloj, nos volvimos a mirar y todo fue muy extraño. "Se confundieron", dijo Porthos. "Quizás son las once de otro país", intentó justificar Ceci. Lo cierto es que a las once, la película no estaba. Leímos mails, hablamos sobre novios, contamos la anécdota del día que empezamos a ser realmente amigas, aunque en un primer momento pensé que a Porthos le gustaba leer libros Polly Pocket. Sería la 01.23.37 cuando Leila, lectora asidua e incidental comentarista de este dichoso Blog de Dios, me mandó un SMS con la palabra MIMO al 2020, ¿eh? digo, un mensaje de texto con el siguiente -valga la rebuznancia- texto: "Asiáticos hijos de puta, están mal de la cabeza." A lo cual la llamamos, pidiéndole una explicación urgente, y dijo que acababa de terminar de ver Suicide Club. Nuevo intercambio de miradas desconcertadas, nuevas teorías. "Chivi, vivís en otro huso horario" fue la más votada por la audiencia. Dejamos que los lectores saquen sus propias conclusiones mientras yo a las pruebas me remito.
La cosa es que finalmente, a las 2 am, empezó la película, y ahora es cuando tengo que recordarle al televidente que la película era china. China. Ténganlo en cuenta para algunas partes del relato, SVP.
Una estación de tren. Gente que espera. Un tren que se acerca. Grupos de chicos hablando de la fiesta de ayer, de lo fisura que estaba Qui-Gon Jinn, o alguno de esos nombres chinos que se ponen ellos. El tren sigue acercándose. Los chinos se acercan al borde. Se toman de las manos. Cuentan hasta el 3 chino. Saltan. Lo siguiente que se ve, si la cámara me acompaña por este lado, son las ventanas llenas de sangre, cráneos volando, olas de sangre inundando el andén. Un bolso que contiene un rollo de tiras de piel cosidas.
(Interrumpimos esta transmisión para introducir un comentario totalmente aleatorio:
Heracleum Mantegazziani dice:
*che como se llama esa cancion que dice "ehehe revolea....ehehe revolea, letimpan tintinpum...suavecito a revolear"?
-Sin comentarios.-)
Decía. Entre medio de escenas de tren, saltos de terrazas y esa clase de cosas, Videos de un tal grupo "Dessert", que vamos a caracterizar como el KstrasK chino (sí, papá, los de "quieres ser mi mie-el mie-el), que nadie sabía a qué venían.
Al tiempo, y sin razón aparente, una china bastante sexi es secuestrada por un grupo de fundamentalistas que tienen como líder al Guido Süller chino. Teñido de rubio. Con baby doll de lentejuelas. Con zapatos de plataforma. De pronto caigo en la cuenta en que estamos en un lugar de Bowling, y que en las pistas hay bultos blancos que se mueven. Son personas. El chino rubio camina como una diva de la calle Corrientes, pisando cabezas de chinos random. Pide que le den "el trono" y se sienta, intentando distintas posiciones, buscando aquella en la cual se le nota más que empezó pilates.
El resto es borroso. Imagínese, señora, usted va a ver una película de sangre, chinos, suicidio, y de pronto se le aparece semejante sujeto en la pantalla. Me acuerdo de partes. Recuerdo que en un equis momento todos se suicidaban, en la tele, en la calle, les caían en la cabeza a otros, una mujer se cortó la mano de a partes mientras le daba permiso a su hija para comer chocolate.
Lo sé. Usted quiere saber el final. Quiere saber por qué se suicidaban todos. Y se lo voy a decir, porque además, me cansé de contar la película. ¿Se acuerda de la banda KtrasK de la que hablé al principio? Bueno. Resulta que ellos cantaban "mandame un e-mail" todo chino, hacían coreografías, movían multitudes. Pero tenían un mensaje subliminal suicida en las tapas de sus CD's que sólo unos pocos elegidos podían descifrar. Es complicado explicar cómo se descubría, pero creo que si comento el detalle de que se requería un celular con sistema de mensajes de texto creo que lo digo todo. Sólo los iniciados eran despojados de un trozo de piel que era luego enviado al detective a cargo.
La película terminó a las 4 am. Porthos y yo nos miramos. No sabíamos qué pensar. Decidimos que a veces no es tan necesario pensar, ni sacar conclusiones de algo que no las tiene, ni comentar una situación de semejante talla si no era en un artículo para nuestro Bendito Blog. Así que en esas estamos.
Las integrantes de Heisenberg not Dead saludan a la comunidad china y le piden que para la próxima hagan películas menos crípticas.
El plan era simple: a las 23 hs veríamos una película en el segmento Asian Connection, en el canal de culto I.sat, sobre adolescentes chinos que se suicidaban. Hasta ahí, todo muy lindo. Comimos, miramos a Peter Capusotto cantar canciones contra la educación, concientizando en barrios con reggaetones acerca de lo malo que es robar, poniéndole música al Himno Nacional. Pusimos a grabar la película para verla más tarde. Cuando "más tarde" llegó, la película no estaba. Porthos cosía el ruedo de un jean. Su hermana tejía una manta. Yo comía pepas. Porque así es la vida. A las 23.36.42 hs (aproximadamente), pasa la publicidad de la película sobre adolescentes chinos suicidas (para acortar la vamos a llamar "Suicide Club"). El relator anunció "esta noche, a las 23 horas". Las tres conciudadanas nos miramos, miramos el reloj, nos volvimos a mirar y todo fue muy extraño. "Se confundieron", dijo Porthos. "Quizás son las once de otro país", intentó justificar Ceci. Lo cierto es que a las once, la película no estaba. Leímos mails, hablamos sobre novios, contamos la anécdota del día que empezamos a ser realmente amigas, aunque en un primer momento pensé que a Porthos le gustaba leer libros Polly Pocket. Sería la 01.23.37 cuando Leila, lectora asidua e incidental comentarista de este dichoso Blog de Dios, me mandó un SMS con la palabra MIMO al 2020, ¿eh? digo, un mensaje de texto con el siguiente -valga la rebuznancia- texto: "Asiáticos hijos de puta, están mal de la cabeza." A lo cual la llamamos, pidiéndole una explicación urgente, y dijo que acababa de terminar de ver Suicide Club. Nuevo intercambio de miradas desconcertadas, nuevas teorías. "Chivi, vivís en otro huso horario" fue la más votada por la audiencia. Dejamos que los lectores saquen sus propias conclusiones mientras yo a las pruebas me remito.
La cosa es que finalmente, a las 2 am, empezó la película, y ahora es cuando tengo que recordarle al televidente que la película era china. China. Ténganlo en cuenta para algunas partes del relato, SVP.
Una estación de tren. Gente que espera. Un tren que se acerca. Grupos de chicos hablando de la fiesta de ayer, de lo fisura que estaba Qui-Gon Jinn, o alguno de esos nombres chinos que se ponen ellos. El tren sigue acercándose. Los chinos se acercan al borde. Se toman de las manos. Cuentan hasta el 3 chino. Saltan. Lo siguiente que se ve, si la cámara me acompaña por este lado, son las ventanas llenas de sangre, cráneos volando, olas de sangre inundando el andén. Un bolso que contiene un rollo de tiras de piel cosidas.
(Interrumpimos esta transmisión para introducir un comentario totalmente aleatorio:
Heracleum Mantegazziani dice:
*che como se llama esa cancion que dice "ehehe revolea....ehehe revolea, letimpan tintinpum...suavecito a revolear"?
-Sin comentarios.-)
Decía. Entre medio de escenas de tren, saltos de terrazas y esa clase de cosas, Videos de un tal grupo "Dessert", que vamos a caracterizar como el KstrasK chino (sí, papá, los de "quieres ser mi mie-el mie-el), que nadie sabía a qué venían.
Al tiempo, y sin razón aparente, una china bastante sexi es secuestrada por un grupo de fundamentalistas que tienen como líder al Guido Süller chino. Teñido de rubio. Con baby doll de lentejuelas. Con zapatos de plataforma. De pronto caigo en la cuenta en que estamos en un lugar de Bowling, y que en las pistas hay bultos blancos que se mueven. Son personas. El chino rubio camina como una diva de la calle Corrientes, pisando cabezas de chinos random. Pide que le den "el trono" y se sienta, intentando distintas posiciones, buscando aquella en la cual se le nota más que empezó pilates.
El resto es borroso. Imagínese, señora, usted va a ver una película de sangre, chinos, suicidio, y de pronto se le aparece semejante sujeto en la pantalla. Me acuerdo de partes. Recuerdo que en un equis momento todos se suicidaban, en la tele, en la calle, les caían en la cabeza a otros, una mujer se cortó la mano de a partes mientras le daba permiso a su hija para comer chocolate.
Lo sé. Usted quiere saber el final. Quiere saber por qué se suicidaban todos. Y se lo voy a decir, porque además, me cansé de contar la película. ¿Se acuerda de la banda KtrasK de la que hablé al principio? Bueno. Resulta que ellos cantaban "mandame un e-mail" todo chino, hacían coreografías, movían multitudes. Pero tenían un mensaje subliminal suicida en las tapas de sus CD's que sólo unos pocos elegidos podían descifrar. Es complicado explicar cómo se descubría, pero creo que si comento el detalle de que se requería un celular con sistema de mensajes de texto creo que lo digo todo. Sólo los iniciados eran despojados de un trozo de piel que era luego enviado al detective a cargo.
La película terminó a las 4 am. Porthos y yo nos miramos. No sabíamos qué pensar. Decidimos que a veces no es tan necesario pensar, ni sacar conclusiones de algo que no las tiene, ni comentar una situación de semejante talla si no era en un artículo para nuestro Bendito Blog. Así que en esas estamos.
Las integrantes de Heisenberg not Dead saludan a la comunidad china y le piden que para la próxima hagan películas menos crípticas.
Ay! Soy famosa y aparecí en un blog! Ay! Ay! (ay)
ResponderEliminarUn saludo a todos los que me conocen! Ay! (más ay)
Los Quiero.
Quiero que aparezca la Loca de Mierda.
Aparición con vida ya de la Loca de Mierda.
ResponderEliminarY tengo una teoría sobre la película: yo creo que hacía mucho calor (como el que hace en verano) y los guionistas tenían las distintas películas puestas en pilitas. Y prendieron el ventilador y se les volaron las hojas y así se les mezclaron las películas de chinos suicidas, los musicales queer (parte del bowling y la versión chinesca de David Bowie) y una de pornografía infantil (Dessert).
Comuníquese y archívese. Cambio y fuera.
es la tercera vez que me relatan esta película. y encima vi la escena del subte en YouTube. Y peor aún, le conté partes de la peli (con el back-up de Aramis) a la persona citada en medio del artículo -Heracleum MAntegazziani-. ¿No será acaso un mensaje subliminal para algo más que aún no comprendo? ¿Me llegarán pedazos de piel a mi casa por correo? Espero que no, porque no pasarían por mi buzón y el enchastre me provocaría un poquito de asco.
ResponderEliminarDe cualquier manera, Aramis, te agradezco tu magia y tu manera de relatar algo tan extrañamente alocado como una película china que cuenta con su propio Suller. Es como vivir en un mundo paralelo sólo que el de ellos cuenta con mil millones de habitantes más. Y mucha sangre. Saludos!
ALTO EL FUEGO!! por qué mis comentarios aparecen titulados como I am God????????????
ResponderEliminarAPARICIÓN CON VIDA YA DEL TERMO DE LEILA MICAELITA
digo, qué pasó? o como diría el simpático conejito, What's up, doc?