Mi unicornio azul ayer se me perdió... ¿estará en Fonogay?

El título es un chiste privado (los cuales en general son muy boludos pero le dan algo de clase a la comunidad secreta que los guarda y no los comparte, justamente porque al compartirlos con otros dejarían de ser privados, y consecuentemente tan elegantes) entre Porthos y yo. Y sé que nadie más lo entiende porque ya intentamos hacérselos entender y no pudimos. Cosas que pasan, es que no son tan oupenmáindid el resto de las personas. En fin. Este artículo narra una aventura sumamente verdadera -tanto como la que narré tiempo ha en los albores de este CosmiBlog, cuando resumí la inquietante biografía de mi banda finlando-anglo-chileno-argentina favorita, id est, Darth Vader y sus Tres Dementores-. Sin más, a los hechos me remito.


Lunes, 15 de Febrero de 1955.
Querido Diario: Hoy Alberto me miró de reojo en el recreo. ¿Será que me quiere invitar a tomar la merienda a su casa? Ojalá que sí, Alberto me gusta mucho, además juega muy bien al fútbol. Y es re bueno conmigo, hoy me convidó una galletita. ¡Ay, Diario, te lo cuento a vos porque sos mi mejor amigo! Pero no se lo podés contar a nadie.



Jueves, 6 de Septiembre de 1980
Querido Diario: Alberto me tiene las bolas por el piso. Todos los días vuelve de trabajar y deja toda la ropa tirada, se queda en camiseta y pantuflas y mira el partido y yo soy como su mucama que le lava y le plancha y le cocina. Un día de estos lo voy a echar a corchazos con televisor y todo. Viejo de mierda.


Domingo, 52 de Febrero de 1982
Querido Diario: Hoy me llamó Silvito, ¿te acordás de él? Sí, Silvio Rodríguez. Era mi compañero en la escuela, el muy pelotudo siempre tocando la guitarrita. Bueno, me llamó llorando desesperado que dónde está mi unicornio, mi unicornio, no se te habrá estacionado en el patio de tu casa, que necesito a mi unicornio, que dónde está mi unicornio. Para mí ese Silvio está mal atendido, qué querés que te diga. Anda por ahí buscando un animal que tiene un cuerno. Alguien que le dé un cuerno urgente, porque un domingo a las 6 de la mañana, no sé quién le dijo que me importa su bendito unicornio. Pero ya que me había despertado, me tomé venganza y salí a la calle a arrancar todos los carteles de SE BUSCA que estaban colgados en todos los árboles. Pelotudo. Ahora el unicornio de mierda lo va a encontrar Mandrake.


Osvaldo, 10 de marzo de 1983
Querido diario: NO SÉ QUÉ LE PASA A ESTE SILVIO DE MIERDA QUE SE CREE QUE YO LE ENTERRÉ EL UNICORNIO EN EL JARDÍN Y LO ALIMENTO CON GUSANOS DE LA CARNE, a ver decime para qué mierda quiero un caballo con un cuerno en el medio de la jeta? O más vale la otra pregunta PARA QUÉ MIERDA LO QUERÉS VOS? OCHOOOO VECES ME LLAMÓ HOY EL MUY ENFERMO. No sé la de él, pero MI vida no desaparece por perder un bicho feo y azul.


Jueves, 30 de mayo de 2008
Querido Diario: Hoy me pasó algo horrible. Me llamó Patricia para decirme que la llamara a su casa porque no sabía si le funcionaba el teléfono. Me pasó su número y cuando la llamé me atendió un hombre con una voz muy masculina que me decía "Bienvenido a Fonogay, donde encontrarás al hombre que necesitás". Me puso una música que sugería bomberos en calzoncillos bajando por el tubo todos aceitosos y con el pelo largo. Un (eterno) minuto después se escuchó el descolgar de un teléfono y un ruido indescifrable, aunque en la misma línea de seducción que todo lo que venía pasando. Afiné un poco el oído. Eran relinchos. Sí, Querido Diario. El unicornio azul de Silvio Rodríguez había salido a la vida para ganarse el pan como telefonista de Fonogay. A dónde ha llegado el mundo. Más vale que no le voy a decir nunca a Silvio esto, no sólo porque es demasiado avergonzante, sino porque todavía no me vengué de que me rompiera tanto las pelotas. En lugar de eso, cambié el número de teléfono y al carajo.


Martes, 15 de septiembre de 2008
Querido Diario: Por suerte Silvio no me llama más. Parece que todavía no encuentra el rrope ese, pero que un día de agonía escribió una canción y Afo Verde le propuso grabarla y se llenó de plata. Corre el rumor que ahora vive en Bali, toma margaritas con todos los almuerzos, y que vive en una mansión de oro con 50 caballos manipulados genéticamente tal que les creció un cuerno y se pusieron azules, y sus crías nacen con las mismas características. Hay que tener suerte. Y yo que sigo acá peleándome con Alberto para que se lave sus propios canzoncillos.

Comentarios

  1. el destino quiso que habláramos de lo mismo. es una señal? se viene el apocalipsis? o será que esta historia ya tiene final? aramis, cuidáte de Fonogay: es un camino de ida.besitos.

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  2. será esta una ola de unicornios? como los unicornios van desapareciendo...

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