Deep throat: la historia de siempre acabar

Miércoles: un mail recién salido de las cavernas saladas habita la casilla de la comunidad heisenbergiana. Es una propuesta para ir a ver "Garganta Profunda" ("Deep throat") al MALBA el viernes a la noche. Sin saber muy bien cómo (en vista de que la única respuesta seria fue de alguien declinando la oferta) logramos arreglar una hora de encuentro en la puerta del museo. 21.45hs. Llego quince minutos tarde, llena de disculpas y excusas para que el resto no me golpeara. No había nadie. Inspecciono el frente, los alrededores, el interior del museo: nada. Llamo a Darth Vader, está a tres cuadras (que cinco minutos después serían tres cuadras "en serio"). No paramos de hablar hasta que llega, discutimos la falta de elemento dulce para después de la cena, el clima, su vestimenta after-sex, peculiaridades del género porno y nuestros dolores de cabeza. Llega Darth Vader. Nos sentamos y seguimos hablando sobre los colectivos, sobre la impuntualidad de nuestro grupo de amigos, sobre la existencia de nuestro grupo de amigos, sobre la posible aparición de un glande en la pantalla de cine. Llegan L. y G. pero antes de dirigirse hacia donde estábamos nosotras se detienen a hablar con un grupo de extraños pertenecientes a nuestra misma franja etárea. Darth Vader sentencia: están fumando faso. Yo acoto: pintó la marivuelta. Nada de eso sucedió, nos explicaron después nuestras dudosas amistades, los extraños querían abrir una botella de cerveza pero no tenían las herramientas adecuadas, les pidieron ayuda y ellas intentaron colaborar con un encendedor hasta que se hartaron y les sugirieron usar los dientes. Sabíamos que Atos y MLM llegarían más tarde, entonces entramos, sacamos las entradas y nos dirigimos a la casa de Darth Vader. En el camino compramos una lata de salsa napolitana preparada, una bolsita de caramelos Billiken y un paquete de palitos. Los caramelos y los palitos fueron engullidos antes de llegar a destino. Llegamos al hogar de Darth Vader, encontramos fideos. Cocinamos fideos, calentamos la salsa. Llegan MLM y Atos. Comentamos programas de televisión, mis bombachas de campo, la camisa after-sex de Darth Vader, mi anillo, el trabajo de G. y la calidad de la salsa. Terminamos de comer y muy rápidamente huimos hacia el MALBA. En el camino compramos caramelos Billiken, Palitos de la Selva, galletitas y agua para no padecer la angustia oral en los 61 minutos de PT-s que nos esperaban. Llegamos a la sala, MLM, G. y Atos se sientan en la antepenúltima fila (Atos me confesó que le da fobia estar adelante en los cines). L., Darth Vader y yo queríamos ir más adelante, nos sentamos por el medio y antes de darnos cuenta, estábamos rodeadas de parejas en edad reproductiva, chicas estadounidenses y un hombre que jadeaba (¡horror!). Muy rápidamente comienza la película (ver reseña más abajo). 61 minutos después termina la película. MLM me confiesa que antes de verla "era una nena". Me río. Me siento decepcionada, si una hora de sexo oral no te cambia la vida, ¿qué te la puede cambiar? L., G. y yo vamos al baño. Confieso que la escena que me impresionó era la de una mujer afeitándose las partes pudendas, temía por su vida, el resto del tiempo comí galletitas. Salimos y G. nos cuenta que está impresionada porque (SPOILER ALERT) la protagonista parecía no tener clítoris, ¿cómo habían logrado eso? Atos se ríe con entusiasmo. Las demás no notamos nada. Atos y MLM se van en un taxi porque deben madrugar. Las demás amagamos con tomar un café pero está todo cerrado, así que me acompañan a la parada del 102 y esperan el colectivo conmigo. Sin saber cómo terminaron las demás noches puedo decir de la mía: descubrí mi lado porno y no me pasó nada. ¿Cuál es el secreto de Miyagi?

Lo que se esconde detrás de las burbujas: ¿será el cine porno deeper than deep?

Comienza la película con música bizarra setentosa de balneario marplatense y una toma de Linda Lovelace subiendo a un auto y manejando. Linda llega a la casa que comparte con su amiga Helen. Un hombre con peinado setentoso le está dando sexo oral a Helen. En la cocina, mientras Helen pone caras horrendas y poco creíbles y se fuma un cigarrillo (ingenua yo, que de tanto ver películas de James Bond, creía que el cigarrillo era post-coital). Momento cómico: Helen pregunta al hombre "Do you mind if I smoke...while you're eating?" Segundos después, primer plano del clítoris de Helen y una lengua. El orgasmo es reemplazado por una escena en la que Helen se zambulle en una pileta. Sale de la pileta y Linda está pintándose las uñas. Acá está lo que todos esperábamos: típico momento de auto-compasión que habilita al personaje principal para cambiar su situación (versión porno de peripecia aristotélica), mandarse una macana y coger hasta que todo vuelva a estar bien. Linda confiesa que no hay "bells ringing, dams busting, bombs going off" cuando llega al orgasmo. Helen resuelve convocar a catorce hombres para que todos le den bomba a Linda a ver si escucha las benditas campanas. Momento porno, id est sexo anal a Helen, más sexo anal a Helen mientras ella hace un pete, sexo anal a Linda, penetración vaginal a Linda, sexo anal a Helen, más sexo, más sexo, toma ingeniosa en que aparecen una lengua, un clítoris, un ano y un pene, todos haciendo lo que mejor saben hacer. Darth Vader acota: ahí tenés porno. A esta altura, el espectador promedio se sentía agotado y en vez de campanas y bombas pensaba "Lions and tigers and bears, oh my!". Ataqué el paquete de galletitas con particular unción para mitigar el tedio. Linda, bajo consejo de Helen, va a visitar al Dr. Young, que obviamente es un hombre gracioso con bigote que tiene una enfermera muy sexy. Después de un aburridísimo interrogatorio que pretendía ser gracioso a Linda en busca de problemas psicológicos, el dotor le revisa la vagina. No encuentra el clítoris. Linda llora. El dotor le pregunta dónde siente más placer, ella señala su garganta. Sí, lo adivinaron, Linda tenía el clítoris en el fondo de la garganta. Young le propone hacer uso de una ¿técnica? llamada garganta profunda, que consiste en relajar los músculos para tragar el falo y que éste llegue hasta el fondo de la garganta. Linda lo hace en el falo del doctor. Logro de la película: canción a tono que reza

Deep throat,
Deeper than deep your throat
Deep throat
Don't row your boat
Don't get your goat
That's all she wrote
Deep throat

Lógicamente, más escenas de sexo oral y anal alternando entre Linda (que ahora es "fiosioterapeuta" y atiende a viejos necesitados) y la enfermera. Más sexo. Más sexo. Frases cómicas en el medio. Más sexo. Finalmente, Linda conoce trabajo mediante a un hombre que sólo se excita si siente que viola a las mujeres. El hombre le sugiere casarse, ella dice que necesita un miembro de 23cm., este pobre hombre sólo tiene uno de 13. El hombre llama al Dr. Young y el dotor promete alargarle el pene. El ahora prometido de Linda se baja los pantalones para celebrar, tiene una vigorosa erección y Linda se devora al amigo. Escenas de campanas, fuegos artificiales y cohetes que despegan. No debemos olvidar que a lo largo de la película hay alusiones a burbujas (en el consultorio del doctor, en las canciones que musicalizan el sexo oral) cuyo significado aún no he descubierto. En síntesis: Linda es una petera con feos dientes y la película fue aburrida. Por la prudencia de Gerard Damiano que sólo nos castigó con 61 minutos de ingles peludas y por la canción que da nombre a la película, le doy 2 "Sócrates es un gato".


* A quienes haya interesado esta crítica cuento que también hay una secuela de "Deep Throat" (aunque no me arriesgaría con la segunda parte de una bazofia).

Comentarios

  1. yo le daría 3 'Socrates es un gato' porque 2 le doy a cosas como 'LKegalmente rubia 2' y digamos que no están a la misma altura. además, en la sala del MALBA estaba el espectaular Fernando Martín Peña y eso de por sí merece un 'Sócrates es un gato' por sí solo. besos a todos.

    me pregunto, ¿esto es competencia a El Amante? Micaelita, espero tu respuesta. besos de nuevo.

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  2. Con esta película somos más "El mamante" que otra cosa. Igual, no quisiera competir con los excelsos críticos de cine que fundaron, dejaron, siguieron e incorporaron a el amante.

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  3. no olvidemos que la imagen final rezaba "The end...and deep throat to you all".

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