Este barco no se va a tragar el iceberg
Viernes por la tarde, caminamos por Constitución. Somos tres dementores en busca de un acto político. Un poco amateurs pero con buena voluntad nos hallamos en la calle Chacabuco al 900. Vemos bastante gente y al entrar al recinto ya podemos contar en nuestras manos con, naturalmente, La Bocina del PJ como un escudo (¿el de la Tardis?) que nos protege y nos camufla. Vemos mujeres y hombres de entre 4 y 6 décadas mayoritariamente, pocos jóvenes. Vemos a D’Elía llamándonos ‘compañeros y compañeras’ y organizando el acto en apoyo a la presidenta, perdón, la compañera presidenta que se halla en medio de esta “intentona golpista” –para nada compañera- que día a día vemos expresarse en los medios del Grupo Clarín o los de Vila-Manzano-De Narváez. Vemos mucha agitación (para vos, Gitano). No había luz y todos nos abanicamos con la Bocina que ahora devino en ventilador portátil, impregnando nuestros dedos con sus oraciones peronistas o, por decirlo de otro modo, tinta negra. Mientras el compañero Luis nos organiza y elige a los hombres y mujeres que presidirán la reunión (los más jóvenes y los más veteranos), nosotras nos acomodamos por el fondo por no sentirnos locales y esperamos que todo comience. Nuestro primer reto fue evitar que se dieran cuenta que efectivamente éramos las chicas más jóvenes del lugar -¿se imaginan, lectores, si hubiésemos tenido que presidir el encuentro?-. Nuestro segundo reto fue un poco más general: no morir de calor. En un clima de ‘compañerismo’, los representantes de las diversas Uniones presentes hablan unos minutos. Palabras como unidad, compañeros, alerta, intentona golpista, compañeros, Cristina, red y nuevamente unidad son las más comunes. Las ideas no varían demasiado, tampoco las conclusiones: hacer una red de contactos entre las organizaciones puesto que el PJ no les está dando la respuesta que éstas requieren y movilizarse en una marcha federal con Milagro Sala desde Jujuy y los 300 micros de Luis D’Elía y sus utópicos sueños. “¡Que vaya cualquier compañero a cualquier punto del país y traiga gente a la capital para darle el apoyo a la compañera presidenta!”. Otro tema fue Cobos (guarda con el viaje a China, fue una advertencia casi premonitoria) y el papel de algunos políticos como Pino Solanas, del que ya nos hemos horrorizado, decepcionado y asustado lo suficiente en este blog. Mientras el calor nos agobiaba y los discursos se iban repitiendo, se tomó la decisión de ir a la calle a concluir el encuentro. Desde una camioneta, algunos dirigentes seguían con sus discursos, el aire circulaba, niños jugaban, no se escuchaba mucho desde nuestro lugar. A los gritos de “¡CRISTINA, CRISTINA, CRISTINA!”, estos dementores nos alejábamos advertidos del peligro derechista inminente que se cernía sobre nuestra democracia amenazada incluso antes de que concluya el 2010.
No creo, y este es mi pensamiento, que un golpe institucional de tamaña magnitud –la descrita por los compañeros en el acto- pueda suceder. Eso no quiere decir que nos durmamos en los laureles de una ley de medios aprobada. Sin duda, hay un ambiente enrarecido, hay muchas minorías que no lo son tanto y que no deben ser subestimadas siguiendo ese razonamiento. Pero tampoco podemos ser agentes del pánico como esta intentona derechista tan denunciada aquel viernes a la tarde. Celebramos los encuentros para debatir y pensar desde la política lo que podemos hacer por defender esta gobernabilidad que gente como Carrió o Cobos ponen en peligro. Sin embargo, estos dementores sabemos que el acto fue demasiado peronista y que su lugar quizá esté en la juventud de Carta Abierta y no allí donde se le pida al compañero camarógrafo que filme todo el encuentro. Somos compañeros coyunturales, como Raimundi quizá pero con menos campo político. Estamos más cerca del gobierno porque parece que Cristina es más centroizquierda que Pino y mejor opción que partidos como la UCR y porque lo que hace bien, lo hace bien. Y también gritamos, como Néstor y Rafael Correa, que no nos quiten la alegría. No era nuestro ambiente natural pero apreciamos el encuentro y su valor político. Como dijo Tabaré, lo primordial es la confianza. Hoy confiamos en el proyecto que se inició en el 2003, en lo que vemos en la TV Pública, en la política como una herramienta beneficiosa no sólo para los mismos que desde la dictadura vienen acrecentando su poderío, haciéndose con empresas como Papel Prensa o, por medios más sucios, apropiándose de hijos de desaparecidos e ingresando en ciertas rutas ilegales como la de la efedrina y luego reclamando indignados porque TN puede desaparecer. Sabemos a qué nos enfrentamos, no creo en un golpe efectivo –aunque sin tanques- pero creo que sí debemos estar alerta. Nosotras te escuchamos, Luis, y te decimos que te quedes tranquilo que HND no será sorprendido bailando el vals en la cubierta del Titanic.
No creo, y este es mi pensamiento, que un golpe institucional de tamaña magnitud –la descrita por los compañeros en el acto- pueda suceder. Eso no quiere decir que nos durmamos en los laureles de una ley de medios aprobada. Sin duda, hay un ambiente enrarecido, hay muchas minorías que no lo son tanto y que no deben ser subestimadas siguiendo ese razonamiento. Pero tampoco podemos ser agentes del pánico como esta intentona derechista tan denunciada aquel viernes a la tarde. Celebramos los encuentros para debatir y pensar desde la política lo que podemos hacer por defender esta gobernabilidad que gente como Carrió o Cobos ponen en peligro. Sin embargo, estos dementores sabemos que el acto fue demasiado peronista y que su lugar quizá esté en la juventud de Carta Abierta y no allí donde se le pida al compañero camarógrafo que filme todo el encuentro. Somos compañeros coyunturales, como Raimundi quizá pero con menos campo político. Estamos más cerca del gobierno porque parece que Cristina es más centroizquierda que Pino y mejor opción que partidos como la UCR y porque lo que hace bien, lo hace bien. Y también gritamos, como Néstor y Rafael Correa, que no nos quiten la alegría. No era nuestro ambiente natural pero apreciamos el encuentro y su valor político. Como dijo Tabaré, lo primordial es la confianza. Hoy confiamos en el proyecto que se inició en el 2003, en lo que vemos en la TV Pública, en la política como una herramienta beneficiosa no sólo para los mismos que desde la dictadura vienen acrecentando su poderío, haciéndose con empresas como Papel Prensa o, por medios más sucios, apropiándose de hijos de desaparecidos e ingresando en ciertas rutas ilegales como la de la efedrina y luego reclamando indignados porque TN puede desaparecer. Sabemos a qué nos enfrentamos, no creo en un golpe efectivo –aunque sin tanques- pero creo que sí debemos estar alerta. Nosotras te escuchamos, Luis, y te decimos que te quedes tranquilo que HND no será sorprendido bailando el vals en la cubierta del Titanic.
"Pero tampoco podemos ser agentes del pánico como esta intentona derechista tan denunciada aquel viernes a la tarde."
ResponderEliminar"Nosotras te escuchamos, Luis, y te decimos que te quedes tranquilo que HND no será sorprendido bailando el vals en la cubierta del Titanic."
Hoy, te amo por estas dos razones.
Mi propuesta en este verano tan pero tan ardiente que parece sacado de Tennessee Williams es que confisquemos todos los patitos de caucho flotantes para que L. Carrió se aburra en sus vacas.
Una joyita de Perfil para vosotros: Lilita Carrió hace campaña en una fiambrería
Junio 8, 2009 |
Elisa Carrió no sabe si quedarse con la chistorra, el queso reggiano macerado en frambuesa o el salame precocido ahumado. Prueba. Pregunta. Prueba otra vez. Exclama: “Esta chistorra es bárbara”. Al final, decide comprarse todo. “Es mi alimentación para estar sana y feliz”.
Oh, dios, el blog 90 días ya va por el día 15!
ResponderEliminargracias por tu amor. graicas por coroborar lo que dije una vez de Lilita -que la habia visto en una fiiambreria por la TV-. y gracias por recordarnos cosas importnates,toro.
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