Summer wasting (IV): la fuerza es el derecho de las bestias

Hoy: exploramos la doctrina nacional y popular

Así como no podemos concebir un hombre sin alma, es inconcebible un pueblo sin doctrina. Ella da sentido a la vida y congruencia a los actos de la comunidad. Es el punto de partida de la educación del pueblo.
Sobre el concepto armónico de la relación, los gobiernos deben adoctrinar y organizar a las comunidades para reducirles en medio de la incomprensión de algunos y de los intereses de otros. Una legión de adulones lo influenciarán para desviarlo y otra de enemigos para detenerle. Esa es la lucha. Saber superarla no es cosa simple. Para lograrlo el pueblo es el mejor aliado, sólo él encierra los valores permanentes, todo lo demás es circunstancial.
[...]
Hombres inexpertos, faltos de capacidad y a menudo de cultura, caen pronto en las demasías de la fuerza. No atinan a la persecución porque la consideran una debilidad. Una legión de ignorantes ambiciosos y venales ejercen el mando. Otra legión de adulones y alcahuetes les rodea y les aplaude para sacar ventajas: eso es un gobierno militar.
A menudo se cree que una dictadura militar es un gobierno fuerte. El único gobierno fuerte es del pueblo. El de los militares es sólo un gobierno de fuerza.
La escuela del mando difiere totalmente de la escuela del gobierno. Un militar sólo puede ser gobernante si es capaz de arrojar por la ventana al general que lleva adentro, renunciar a la violencia y someterse al derecho.
Generalmente los gobiernos militares de facto son dictaduras, son masacres y fusilamientos. Es consecuencia del predominio del derecho de las bestias ancestralmente viviente en la subconciencia de los individuos que desconocen o desprecian el derecho de los hombres.
Normalmente esta clase de “dictaduras profesionales” por ambición de poder y de mando comienzan como el pescado, a descomponerse por la cabeza. Una serie de golpes de estado produce sucesivamente desplazamientos hasta que aparece un Marat, generalmente el peor de todos, encargado por la Providencia para producir el epílogo.
En la tarea de hacer feliz al pueblo y labrar la grandeza de la Patria, el gobierno debe empezar por equilibrar lo político, lo social y lo económico. Las dictaduras militares comienzan desequilibrando lo político con la revolución, luego en el gobierno, como un elefante en un bazar, lo destruyen todo. Las consecuencias aparecen pronto. El caos se presenta por desequilibrio, entonces el fin está cercano.
Los hombres de las dictaduras militares, están siempre “enfermos de pequeñas cosas” . Miran unilateralmente y ven sólo un pequeño sector del panorama. Ignoran que el éxito no es parcial ni se elabora sólo con aciertos. No saben que el éxito es un conjunto de aciertos y desaciertos donde los primeros son más que os segundos. Es que las “pequeñas cosas” constituyen los dominios del bruto.
La técnica moderna de la propaganda y la guerra psicológica ha puesto en sus manos un nuevo instrumento: la infamia. Así estos gobierno han agregado a la brutalidad de la fuerza un nuevo factor, el de la insidia, la calumnia y la diatriba. Con ello, si han descendido en la fuerza han descendido mucho más en la dignidad.
La revolución argentina del 16 de septiembre de 1955 y su incestuoso producto, la dictadura militar, no han escapado a ninguna de las reglas de esta clase de abortos políticos. Ellos necesitan explicar una revolución injustificable. Como no encuentran en los actos de gobierno ni en las acciones administrativas nada que pueda darle pie ni siquiera a sus falsedades, se han dedicado a denigrar a nuestros hombres mediante la calumnia personal.
Una escandalosa campaña publicitaria de calumnias y de injurias ha sido lanzada para destruir nuestro prestigio y vulnerar nuestro predicamento en las masas populares. Allí es donde comprobamos hasta dónde pueden descender los hombres cuando la pasión ciega su razón, el impulso anula su reflexión y la palabra llega a adelantarse al pensamiento.
Todo es ataque personal, preferentemente íntimo. Se investiga para la publicidad. No se han ocupado de nada que presupongan las anunciadas irregularidades administrativas. Todo se ha reducido a asaltar y saquear nuestras casas y mencionar lo que poseemos sin interesarles si es bien o mal habido.
Su afán de substraer toda investigación a la justicia demuestra el fin perseguido. Ellos saben que substraer un juicio de sus jueces naturales es un vicio de insanable nulidad por disposición constitucional. ¿Qué persiguen entonces con esas investigaciones inconstitucionales?, simplemente difamar, calumniar, destruir.
En nuestro país no lo conseguirán, porque el pueblo conoce la verdad. En el extranjero es menester explicarlo, porque no se nos conoce. Lo hacemos a través de este libro aunque para ello debamos “chapalear en la inmundicia”. No siempre nos es dado elegir. Asombra que tanta infamia deba ser comentada, pero, a veces el corazón del hombre se impresiona en la falsedad cuando no encuentra la verdad para creer.

La fuerza es el derecho de las bestias,
Gral. J.D.P.

Uno de los pactos que establecimos cuando iniciamos este blog fue no escribir artículos sobre política: es un terreno engorroso y es muy fácil violentarse, mejor acatar el código de etiqueta de lo social y evadir la política, el dinero y la religión. Pero a veces urge decir lo que se piensa. Más aún cuando hay un concierto de pelotudos compitiendo a ver quién grita más fuerte (Perfil se lleva el premio a la originalidad, Clarín al aguante). Como conozco mis limitaciones y sé que en cuestión de segundos pierdo toda capacidad de moderación, no voy a escribir un artículo, voy a citar a un referente al que la mitad del país atribuye todas las cosas maravillosas que tenemos, mientras la otra mitad lo juzga la causa de todos los males. Porque, al fin, somos esto: somos civilización y barbarie. Y no cambiamos nada, y si los federales del siglo XXI pudieran hacer estallar a un unitario de la rabia en el matadero del debate político del minuto a minuto que se acostumbra hoy, lo harían. Es tiempo de entender que esta es la lucha.

Comentarios

  1. me acabo de dar cuenta: en TODOS los especiales de navidad de doctor who suena slade. alguien muy cheronca y langa diría algo así como: rock on!

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  2. lo del pescado es espectacular. la frase final, matadora. el que avisa no es traidor, subiste, querido toro, un artículo peronista. en este clima tropical donde el Vice no deja de dar la nota pero del otro lado de la fuerza y donde lo que alguna vez fue progresista y constitucionalista hoy sólo escupe odio y destrucción, aunque sea de la mano del General, HND debe tener una postura, su propio carácter. como decía Florencio Sánchez, todo hombre sin carácter es un muerto que camina. Y en HND no estamso muertos aunque chupemos almas. YO apoyo que el blog tenga artículos como
    este porque todo lo que afecta el poder y los cuadros administrativos es política. y si un tachero que escucha Radio 10 puede hacer política, HND no se va a quedar afuera. Tendremos que ser un humilde contrafuerte para estos medios degitales donde Majul se alaba a sí mismo y los comentaristas escupen furia contra los homosexuales. Toro, todo mi apoyo. (me pregunto, ¿te tengo que decir "compañero"?)

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  3. compañero o camarada, según tu preferencia.

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