Fantasías animadas de ayer y hoy presenta: Socorro! tengo un abuelo menemista, claves para pasar el invierno en una familia de antikirchneristas
Holaaaaasssssssamigoooos! En mis esporádicos aportes a este blog del que orgullosa y un poco injustamente me gusta considerarme partícipe, he tratado de sortear, con bastante éxito, escribir acerca de política. No me gusta tocar el tema, primero, porque como ya dije, discutir de política hace que me salgan ampollas, y por otro lado, porque no me considero a la altura de las circunstancias ni lo suficientemente informada como para tener una opinión clave y decisiva. Sé que amo a Víctor Hugo Morales y que estoy casi absolutamente de acuerdo con MI AMIGA PERSONAL Athos en su artículo sobre ser o no ser K (¿es esa la cuestión?). No es que yo sea K, aunque decididamente no soy anti K. Sólo me da un poco de asco el grupo Clarín, Macri, Cobos, Redrado y todos los que se les oponen. No me parece que estén haciendo mal las cosas, pero si me preguntás qué están haciendo, difícilmente te voy a saber contestar. Sí, para vos que creías que era una pobre imbécil: ahí te lo confirmo.
Ahora bien. Como dije no soy paladín del matrimonio calafatense. No me gustan las posiciones extremas ni muchos de los discursos de los funcionarios del gobierno que tratan de justificarles todo, y menos los de la oposición, que trata de derrumbar cada palabra que dicen. Yo. Pero lamentablemente he encontrado, en esta vida que no me alcanza ni para el boleto del bondi, que mi familia adora derrumbar cada palabra que dicen los Kirchner y todo el que está alrededor.
Mi papá, hombre que otrora hiciera más beneficencia que cualquier otra persona que conozca -bueno, beneficencia con la bandera dela Iglesia Católica, pero chicos, es beneficencia-, critica más que duramente la obra de Milagro Sala(s). Peronista por herencia, últimamente devenido -me da vergüenza decirlo- partidario del PRO (votó a Michetti en las últimas elecciones parlamentarias), basta que escuche la secuencia de palabras "Kirchner - desendeudamiento - Banco Central - fondo del Bicentenario" para que use esas mismas palabras y las convierta en un ferviente discurso opositor.
Ayer mismo, cuando para llegar a la casa de Porthos pasamos con su auto por debajo de la autopista, donde en la vereda había unos bancos muy pintorescos, se produjo con mi abuela (la verdad sea dicha, fiel espectadora de Mirtha Legrand) el siguiente diálogo:
- Miren qué lindos los bancos esos, che.
- Sí, gracias Macri por esta buena medida, los bancos en la calle! ahora sí que está bueno Buenos Aires.
- Ay bueno, no habrá hecho todas las cosas que hay que hacer pero hizo muchas cosas buenas!
- Sí, las sombrillas en Parque Roca, la Policía Metropolitana que patrulla sólo de día en Saavedra y Villa Urquiza.
- Bueno, todavía falta, pero no digas que no está encaminado...
Y luego la conversación viró hacia Qué Peligroso Es El Barrio De Tu Amiga, Aunque No Te Roben La Pasás Mal Porque La Cara De La Gente Te Asusta. ¿Golpe en la nariz? Chicos, es mi abuela, la quiero aunque sea nazi.
Y como si esto fuera poco, mi abuelo, rotundamente menemista, de la línea de Alsogaray, defiende la más dura economía de libremercado y sostiene que los "negritos" no deberían votar y que los pobres son pobres porque quieren y que los ricos no tienen por qué resignar su riqueza por un montón de vagos que no quieren trabajar.
Como verán, mi preocupación es más que una mera disidencia política familiar. Sobrepasa el límite de la ética y de la civilización. Si una persona no puede aceptar buenas obras sólo porque vienen de gente que le cae mal, si una persona cree que Macri hizo una buena gestión porque pone playas en los parques, si directamente considera que la desigualdad social la crean los pobres porque les gusta vivir en la miseria, ¿qué otra opción me queda? ¿Ir a actos K donde me tratan de "compañera" y me hablan de "intentonas golpistas"? Eso tampoco me gusta. ¿Militar en el kirchnerismo? Estoy lejos de esa línea política. Más cerca, por varios cuerpos, que de ninguna de las existentes, pero en fin, lejos. El tiempo dirá. Mientras tanto, me dedico a observar las discusiones de la gente, informarme y reírme. Y a mandarle cartas amenazadoras a Mauri para que ponga semáforos en cruces peligrosos. ¿Es esta toda la participación política que puedo hacer en toda mi vida? Sí. No me da la cabeza para otra cosa.No soy tan jugada políticamente como Nico Nuca y su grupete.
Ahora bien. Como dije no soy paladín del matrimonio calafatense. No me gustan las posiciones extremas ni muchos de los discursos de los funcionarios del gobierno que tratan de justificarles todo, y menos los de la oposición, que trata de derrumbar cada palabra que dicen. Yo. Pero lamentablemente he encontrado, en esta vida que no me alcanza ni para el boleto del bondi, que mi familia adora derrumbar cada palabra que dicen los Kirchner y todo el que está alrededor.
Mi papá, hombre que otrora hiciera más beneficencia que cualquier otra persona que conozca -bueno, beneficencia con la bandera dela Iglesia Católica, pero chicos, es beneficencia-, critica más que duramente la obra de Milagro Sala(s). Peronista por herencia, últimamente devenido -me da vergüenza decirlo- partidario del PRO (votó a Michetti en las últimas elecciones parlamentarias), basta que escuche la secuencia de palabras "Kirchner - desendeudamiento - Banco Central - fondo del Bicentenario" para que use esas mismas palabras y las convierta en un ferviente discurso opositor.
Ayer mismo, cuando para llegar a la casa de Porthos pasamos con su auto por debajo de la autopista, donde en la vereda había unos bancos muy pintorescos, se produjo con mi abuela (la verdad sea dicha, fiel espectadora de Mirtha Legrand) el siguiente diálogo:
- Miren qué lindos los bancos esos, che.
- Sí, gracias Macri por esta buena medida, los bancos en la calle! ahora sí que está bueno Buenos Aires.
- Ay bueno, no habrá hecho todas las cosas que hay que hacer pero hizo muchas cosas buenas!
- Sí, las sombrillas en Parque Roca, la Policía Metropolitana que patrulla sólo de día en Saavedra y Villa Urquiza.
- Bueno, todavía falta, pero no digas que no está encaminado...
Y luego la conversación viró hacia Qué Peligroso Es El Barrio De Tu Amiga, Aunque No Te Roben La Pasás Mal Porque La Cara De La Gente Te Asusta. ¿Golpe en la nariz? Chicos, es mi abuela, la quiero aunque sea nazi.
Y como si esto fuera poco, mi abuelo, rotundamente menemista, de la línea de Alsogaray, defiende la más dura economía de libremercado y sostiene que los "negritos" no deberían votar y que los pobres son pobres porque quieren y que los ricos no tienen por qué resignar su riqueza por un montón de vagos que no quieren trabajar.
Como verán, mi preocupación es más que una mera disidencia política familiar. Sobrepasa el límite de la ética y de la civilización. Si una persona no puede aceptar buenas obras sólo porque vienen de gente que le cae mal, si una persona cree que Macri hizo una buena gestión porque pone playas en los parques, si directamente considera que la desigualdad social la crean los pobres porque les gusta vivir en la miseria, ¿qué otra opción me queda? ¿Ir a actos K donde me tratan de "compañera" y me hablan de "intentonas golpistas"? Eso tampoco me gusta. ¿Militar en el kirchnerismo? Estoy lejos de esa línea política. Más cerca, por varios cuerpos, que de ninguna de las existentes, pero en fin, lejos. El tiempo dirá. Mientras tanto, me dedico a observar las discusiones de la gente, informarme y reírme. Y a mandarle cartas amenazadoras a Mauri para que ponga semáforos en cruces peligrosos. ¿Es esta toda la participación política que puedo hacer en toda mi vida? Sí. No me da la cabeza para otra cosa.No soy tan jugada políticamente como Nico Nuca y su grupete.
Tardé en comprender la etiqueta. Dicho eso, ahora declaro que es muy imposible no tener un abuelo políticamente incorrecto. ¿Será que en efecto nacimos en el lugar equivocado? ¿Será todo, como asegura nuestro samigo Fito, una cuestión de actitud? ¿Será por ti? ¿Será por mí? ¿Será por todo lo que fuimos? Mejor, voy a tomar café, imaginate.
ResponderEliminarNon solum mis abuelos (los tres) son exacerbadamente kirchneristas, sed etiam son chavistas. Sí, señores, las más últimas noticias de la familia es que mis dos abuelos paternos (uno proto-peronista nunca admitido y una radical anti-peronista que prefirió perder un trabajo a hacer un minuto de silencio por Eva Perón) dejaron de leer Clarín porque no soportaban más las noticias tendenciosas. Ahora, miran Telesur por internet y dicen que se van enterar de lo que pasa en la lleca.
ResponderEliminarmi abuelo tb casi pierde un trabajo porque se nego a usar la cinta e luto por evita. pero no lo ecxharon porque lo necesitaban. saludos desde la terminald e san fernando (estuve vagando por esta ciudad durante 12hs.)
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