Summer wasting (XV): los únicos campesinos que me caen bien. Y los rusos, y los irlandeses.

Formación inicial de Los Campesinos! Son siete, cuesta meterlos en la foto y de izquierda a derecha, de abajo hacia arriba son: Aleks (voz y teclados), Ellen (bajo), Neil (guitarra), Tom (guitarra), Harriet (violín), Ollie (batería) y Gareth (voces y metalofón).

Imaginen que sucede lo muy imposible: J. G. Ballard y Philip Larkin tienen un hijo. Este niño crece en una ciudad como Cardiff, un poco provincial. Se interesa, entre otras cosas, por la literatura, la música, la política, el sexo y el amor. Lee mucho, sus autores favoritos son Dylan Thomas, B.S. Johnson, Bukowski y Robert Browning. Este niño se convierte en un adolescente, tiene un par de romances y un montón de libros. Un sentido del humor de lo más extraño, una obsesión con la piel, la sangre y los íconos pop de los noventa. Este adolescente un día toma demasiada cafeína, escucha Bikini Kill al mango, mira una película de zombies de Romero y se queda dormido. Cuando se queda dormido tiene una pesadilla posmoderna. Esa pesadilla es una banda y se llama Los Campesinos!

Estos seis ingleses y una rusa (Aleks) que forman (formaban) Los Campesinos! se conocen en la Universidad de Cardiff, todos estudiantes de carreras tan variadas como Medicina, Ciencia Política y Literatura. En algún momento del 2007 firman contrato con Wichita Records y sacan un EP: Sticking fingers into sockets. El primer tema, "We throw parties, you throw knives", es una de las descripciones más fieles de una fiesta adolescente que escuché en mi vida con frases sorprendentemente conmovedoras de la naturaleza de "it's your party but I`ll die if I want to". El segundo tema es "It started with a mixx", una canción que ya se ríe de la industria discográfica y de la pequeña gran banda que acogió cantando "it started with a mixx, how did it come to this?". Después "Don't tell me to do the maths", una hermosa canción que levantó revuelo entre los amantes de Jane Eyre por hacer una incomprendida alusión a Oranges are not the only fruit de Jeanette Winterson, un cover del temazo de Pavement "Frontwards" (en mi opinión, muy superior al original) y un griterío amateur pero tierno intitulado "Clunk-Rewind-Clunk". Justo antes de terminar, ya se escuchaba "You!Me!Dancing!", la mejor canción de fiesta que escuché en mi vida, que termina con la voz joven e inquieta de Gareth hablando en un modo casi confesional y muy adolescente : "and it's just, like, how Rousseau depicts man in the state of nature: we are undeveloped, we are ignorant, we are stupid but we're happy". También sacaron el maravilloso single International Tweexcore Underground cuya canción homónima era un adorable chiste un poco contestatario a todos aquellos que los habían denunciado de ser la última oleada twee británica.
Llegó el 2008 y con él, el primer disco: Hold on now, youngster... (sí, ya sé que les recuerda a Fold your hands, child, you walk like a peasant pero esto es taaan diferente). Primera canción del disco: "Death to Los Campesinos!" No leyeron mal, estos chicos son así, te guiñan el ojo, te escupen la cara y te agradecen la taza de té, todo al mismo tiempo, haciendo mucho ruido. El hitazo de "My year in lists", que interesa a los más cínicos en cuanto canta "nothing says I miss you quite like war poetry carved on your door with a Stanley knife", algunas canciones mediocres y temas que nos dejan helados. Entre estos últimos el hermosísimo "We are all accelerated readers", el melancólico (casi emo) "2007: The year Punk broke (my heart)", el autobiográfico "Knee deep at ATP" (que relata el episodio más horrendo que puedan imaginar visto desde el escenario de All Tomorrow Parties), el hormonal "Sweet dreams, sweet cheeks" y la canción que se lleva el premio al mejor título de los últimos quince años (sí, esta banda le gana a Titus Andronicus): "This is how you spell `HAHAHA, I've destroyed the hopes and the dreams of a generation of faux-romantics´". Las críticas son pocas y dicen todas lo mismo: hacen mucho ruido, son demasiados para ser una banda, son demasiado adolescentes, gritan mucho. Entonces ocho meses después del álbum debut, en octubre del 2008, sale el segundo disco: We are beautiful, we are doomed. Pero estos chicos no son nada cobardes, ¿alguien osó decir que eran demasiado adolescentes? Perfecto, ellos devolvieron el disco más autorreferencial, autobiográfico y narcisista que puedan encontrar en el mercado. Y ya que están, te dejan el corazón en el estómago y te pegan una piña para rematar. Los Campesinos! dicen que este disco es una extensión del primero. La prensa les pregunta por qué hacer en sólo ocho meses una extensión. Fácil, responde Gareth, el hombre detrás de las letras, nos cansamos de tocar lo mismo y además con nuestra primera gira tenemos un montón de cosas para contar. Pero no crean que este es un disco desprolijo. Mantiene la constante campesina: mucho punk, la dolorosamente dulce voz de Aleks combinada con la voz de Gareth, siempre brutalmente honesta, siempre a punto de explotar, melodías complejas en las que se lucen el violín y la guitarra y letras escritas casi en prosa, y a ella le suma el dolor de ser jóvenes que saben muy bien que su enojo es estéril. Cada vez más obsesionado con la sangre y el sexo, Gareth hace que esas letras parezcan una charla a las cinco de la mañana en una casa vacía, rodeado de vasos sucios, música mala sonando de fondo y un muchacho de 23 años que exhibe sus heridas de guerra con una belleza monstruosa. La canción que da nombre al disco es el grito más desgarrador de los jóvenes del siglo XXI, tanto que haría que Kurt Cobain se sienta un abuelo: en poco menos de cuatro minutos conjura la soledad, la lujuria, los celos desde la distancia, el miedo a la muerte, la desesperación, las borracheras y sobre todo la manera en que ya tenemos las bolas por el piso de todo eso. "Miserabilia" duele tanto que deja marcas en la piel, "Documented minor emotional breakdown #1" tiene algunas de las mejores líneas ("I restored your mother's faith in men whilst boring you to death"), "You'll need those fingers for crossing" es más anatómica que una biopsia y, por último, mi favorita: "Heart Swells/Pacific Daylight Time", la canción en la que Los Campesinos! muestran que ellos también pueden bajar la velocidad sin dejar de hacer cosas maravillosas. Gareth canta, a punto de desvanecer, "sleep well, I feel you've ruined me forever" sobre sintetizadores alienantes y antes de darnos tiempo para llorar ya está canturreando, con voz más infantil que un Von Trapp, al compás de una guitarra "I don't want to sound trite but you were perfect".


Los Campesinos! con nueva formación camino al bicentenario. Todo igual menos Kim (la pelirroja de la izquierda y hermana menor de Gareth) que entra para reemplazar a Aleks.

Let's talk about you for a minute

Después de esporádicos adelantos y una proto road movie filmada por Ellen en su gira por EEUU, llegó el nuevo disco, la despedida de Aleks de las tablas y el comienzo de una nueva gira: Romance is boring. La primera frase del disco: but let's talk about you for a minute. No se dejen engañar, esta advertencia precede quince canciones de autobombo. Las canciones están más prolijas que nunca, la voz de Gareth nunca fue tan conmovedora (al día de hoy no puedo escuchar ese primer verso sin un nudo en la garganta) y con este disco hicieron de un griterío tribal un coro de ángeles sodomizados (ja, sí, refútenme si se atreven). La segunda canción la conocemos desde hace rato (porque ellos nos adelantaron el video): "There are listed buildings". Pasé diez días escuchando esta canción una y otra vez, sobre todo ese gutural: "you glug and you glug" que abre la puerta a casi tres minutos de melodías pegadizas. La tercera ya es un golpe al hígado: "Romance is boring". En cuestión de segundos ya hay siete jóvenes enojados gritando "we're proving to each other that romance is boring", obligando al más descuidado a cantar lo que todos pensamos y nadie se atreve a decir. Canciones anteriores tienen secuelas en "We've got your back (Documented minor emotional breakdown #2)" y "Heart swells /100-1". "Plan A", un colapso nervioso en un estudio de grabación nos da unos segundos de reparo escuchando el bellísimo instrumental "200-102" para atacarnos con "Straight in at 101", cantando sin advertencia que "we need more post-coital, less post-rock". En un disco que declara entregarse a la física pero contiene más alusiones a la religión que cualquier otro, Gareth introduce un gran pedazo de su vida con el intento de pop meloso "A heat rash in the shape of the Show Me State; or Letters from me to Charlotte" que, además de referirse a Charlotte, declarada hasta este momento amiga de Gareth y aludida en la letra de "We are beautiful, we are doomed" en sólo seis líneas explica la desesperación de dos amigos que se enamoran y como frutilla de la torta el miedo a envejecer. Lo curioso es que la canción que hace más tiempo se conoce, "The sea is a good place to think about the future", sea la más magnética: ¿será que en cuatro minutos veintisiete segundos transita por la anorexia, la muerte, el suicidio y banalidades varias hasta dejarnos sin saber cuáles son las tripas y cuál el corazón? Imposible saberlo. Lo que sí sabemos es que estos chicos tienen ideas y ruido para rato pero claro, ellos ofrecen todo lo que tienen, la única condición es que nuestro estómago aguante.

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