Las aventuras de la mierda oficialista: imágenes de una noche de verano.
Viernes, tarde-noche, ese momento indefinible en el que ya no es de día pero aún no se ven las estrellas con tanta claridad ni uno tiene esa sensación de que la jornada has come to an end. La ya mencionada en este blog –deudora de un artículo sobre la batalla del punto y coma- MLM y quien les escribe estábamos en Plaza de Mayo, con la adarga bajo el brazo. Muchos dirán uy, otra vez sopa -¡qué viejazo!-. Y sí, señores, otra vez sopa. Y al que no le gusta, se jode, se jode. O no lee el artículo.
Clase media, mucha gente de 50 años para arriba, algunos jóvenes, algunas banderas de la Tupac, algunas banderas de ‘Los Pibes’, alguna bandera de Corriente Peronista. Remeras que rezaban, ingeniosamente, CRIS-PASIÓN. Remeras que rezaban somos la mierda oficialista. Carteles dirigidos a 6-7-8 (si querés llegar a la verdad, andá por la ruta 6,7,8). Dos medios transmitiendo la concentración: Canal 7 con el nunca bien ponderado Juan Carlos Bartolotta y Canal 9 para el renovado Duro de domar. Facebook es más que un caralibro, aparentemente. Una vez acabada la enumeración, cual lista de supermercado o auditoría, vamos a lo nuestro, como quien dice. Parafraseando a Halperín, es hora de hablar de contenidos.
¿Por qué fuimos?
Y yo respondo, ¿por qué no?
No vimos a los otrora sectores populares peronistas que vivaban al General no por ser general sino por ser Perón con todo lo que eso implica, los que ponían los pies en la fuente y escandalizaban* a la High-society y a la misma clase media. Como cantó la gente de la plaza –pongámosle, como mucho, 2000 personas**-, no vinimos por el chori, no vinimos por el plan, vinimos por un gobierno nacional y popular. Esta marcha no fue de D’Elía ni de Moyano. ¡La convocatoria se hizo por Facebook! Yo aún no caigo de mi asombro. Como será que yo ni siquiera tengo uno. Esperaban 20 gatos locos. Fueron muchos más, casi, casi que le agregamos dos ceritos. Habló Milagro Sala, habló Sandra Russo, habló un representante de Carta Abierta, entre otros. La gente estaba CONTENTA. Será que no le quitaron la alegría. El clima era entusiasta. Se coreaban cánticos muy cómicos. Por ejemplo, 6,7,8;6,7,8;6,7,8. O Barone, Barone, Barone. O Sandra Russo, Sandra Russo, Sandra Russo. Tengamos en cuenta que era la famosa y bendita y difícil de definir clase media, no acostumbrada a estas movilizaciones, a estas canciones. No hubo cacerolas pero tampoco tanta poesía. La oposición se va a la puta que lo parió. Y entre las más audaces, Pino, ¿qué te pasó?, Pino, ¿qué te pasó? Te volviste gorila, la puta madre que te parió. O una de las más infantiles, y ya lo ve, y ya lo ve, para Morales/TN que lo mira por TV. O la más sincera, que se vaya Cobos a la puta que lo parió.
Los oficinistas salían de laburar. Las viejas arregladas se dejaron los anillos en casa. Un señor andaba con un grabador preguntándoles a los jóvenes por qué habían ido, qué esperaban del gobierno, qué esperaban del país. Una señora que movía mucho las cejas para hablar instaba a todo el mundo a militar. Era una muchachada alegre, quizá más de uno recordando algún pasado añorado y participativo como el señor que estaba vestido con la bandera de la URSS. Había de todo. El hombre arriba del micro de la Tupac lo dijo: lo bueno, lo lindo, lo interesante es que nos une la diversidad.
Más de uno debía ser radical en el origen. El que no salta es radical, el que no salta es radical. Y todos saltaron. Más de uno debía comprar Clarín anteriormente. El que no salta es de Clarín, el que no salta es de Clarín. Y todos saltaron. Más de uno de los allí presente no debió haber votado a Cristina para presidenta. Cristina, Cristina, Cristina. Más de uno debía ser antiperonista en el origen. Y hasta debe ser así aún hoy: gorila K, como le dicen a Porthos. No por nada parafraseé a Halperín. Hoy no es una cuestión de forma la que se trae entre manos. Hoy es una cuestión de contenido. Esta gente del viernes, entre las que estábamos MLM y yo, apoyaba medidas, conceptos. Alguno querrá a Cristina como una fetichización -gracias, Guillermo O’Donnell- o no, pero la mayoría seguro que apoyaba la asignación por hijo, la ley de medios, la reforma política y todo lo que 6-7-8 se encarga de enumerar en cada tape, o casi. La mayoría apoyaba contenidos. Seguramente, como nosotras. Y eso es bueno porque entonces estamos en presencia de una discusión un poco más seria que la de si Milagro le pega o no a las mujeres o si Carrió debe internarse en un manicomio. Por ahí, será que la gente quiere volver a discutir desde al política a la política y no contra la política. Será que hay un nuevo llamado a la militancia –aún en pañales y un poco rosa pero presente-. Será que hay ganas de moverse un poquito. Será que ya no es un voto no positivo. Será que yo soy muy optimista. Será que esta historia ya tiene final, o no. Será que somos la mierda oficialista. Muchos me tildarán de K, de fundamentalista, de pelotuda (¿por qué no?). Que la sigan chupando. O que lean Clarín y… ¡ah!,claro, ya lo hacen. O que lean nuestro maravilloso blog y puedan abrir sus korazones.
Esta fue la descripción de esa nochecita, sin pretensiones ni moralidades, sino más bien como una sinestesia de la auto-convocatoria de los fans de Facebook de 6-7-8 que apoyan el modelo. Si logramos convencerla, podemos subir la crónica de la mismísima MLM, quizá más completa y mejor redactada por ser una periodista en formación. Como siempre, HND cubriendo la realidad de la nación a todo momento, actualizando sus conocimientos, lector, escapándole al multimedio – ¡uosaaaaaaa!-. Hasta la próxima entrega. Eso fue todo, país.
*para vos, Pino.
** Fernando Alonso, todo bien con vos, te banco a muerte, pero ni ahí había 5000 personas.
Clase media, mucha gente de 50 años para arriba, algunos jóvenes, algunas banderas de la Tupac, algunas banderas de ‘Los Pibes’, alguna bandera de Corriente Peronista. Remeras que rezaban, ingeniosamente, CRIS-PASIÓN. Remeras que rezaban somos la mierda oficialista. Carteles dirigidos a 6-7-8 (si querés llegar a la verdad, andá por la ruta 6,7,8). Dos medios transmitiendo la concentración: Canal 7 con el nunca bien ponderado Juan Carlos Bartolotta y Canal 9 para el renovado Duro de domar. Facebook es más que un caralibro, aparentemente. Una vez acabada la enumeración, cual lista de supermercado o auditoría, vamos a lo nuestro, como quien dice. Parafraseando a Halperín, es hora de hablar de contenidos.
¿Por qué fuimos?
Y yo respondo, ¿por qué no?
No vimos a los otrora sectores populares peronistas que vivaban al General no por ser general sino por ser Perón con todo lo que eso implica, los que ponían los pies en la fuente y escandalizaban* a la High-society y a la misma clase media. Como cantó la gente de la plaza –pongámosle, como mucho, 2000 personas**-, no vinimos por el chori, no vinimos por el plan, vinimos por un gobierno nacional y popular. Esta marcha no fue de D’Elía ni de Moyano. ¡La convocatoria se hizo por Facebook! Yo aún no caigo de mi asombro. Como será que yo ni siquiera tengo uno. Esperaban 20 gatos locos. Fueron muchos más, casi, casi que le agregamos dos ceritos. Habló Milagro Sala, habló Sandra Russo, habló un representante de Carta Abierta, entre otros. La gente estaba CONTENTA. Será que no le quitaron la alegría. El clima era entusiasta. Se coreaban cánticos muy cómicos. Por ejemplo, 6,7,8;6,7,8;6,7,8. O Barone, Barone, Barone. O Sandra Russo, Sandra Russo, Sandra Russo. Tengamos en cuenta que era la famosa y bendita y difícil de definir clase media, no acostumbrada a estas movilizaciones, a estas canciones. No hubo cacerolas pero tampoco tanta poesía. La oposición se va a la puta que lo parió. Y entre las más audaces, Pino, ¿qué te pasó?, Pino, ¿qué te pasó? Te volviste gorila, la puta madre que te parió. O una de las más infantiles, y ya lo ve, y ya lo ve, para Morales/TN que lo mira por TV. O la más sincera, que se vaya Cobos a la puta que lo parió.
Los oficinistas salían de laburar. Las viejas arregladas se dejaron los anillos en casa. Un señor andaba con un grabador preguntándoles a los jóvenes por qué habían ido, qué esperaban del gobierno, qué esperaban del país. Una señora que movía mucho las cejas para hablar instaba a todo el mundo a militar. Era una muchachada alegre, quizá más de uno recordando algún pasado añorado y participativo como el señor que estaba vestido con la bandera de la URSS. Había de todo. El hombre arriba del micro de la Tupac lo dijo: lo bueno, lo lindo, lo interesante es que nos une la diversidad.
Más de uno debía ser radical en el origen. El que no salta es radical, el que no salta es radical. Y todos saltaron. Más de uno debía comprar Clarín anteriormente. El que no salta es de Clarín, el que no salta es de Clarín. Y todos saltaron. Más de uno de los allí presente no debió haber votado a Cristina para presidenta. Cristina, Cristina, Cristina. Más de uno debía ser antiperonista en el origen. Y hasta debe ser así aún hoy: gorila K, como le dicen a Porthos. No por nada parafraseé a Halperín. Hoy no es una cuestión de forma la que se trae entre manos. Hoy es una cuestión de contenido. Esta gente del viernes, entre las que estábamos MLM y yo, apoyaba medidas, conceptos. Alguno querrá a Cristina como una fetichización -gracias, Guillermo O’Donnell- o no, pero la mayoría seguro que apoyaba la asignación por hijo, la ley de medios, la reforma política y todo lo que 6-7-8 se encarga de enumerar en cada tape, o casi. La mayoría apoyaba contenidos. Seguramente, como nosotras. Y eso es bueno porque entonces estamos en presencia de una discusión un poco más seria que la de si Milagro le pega o no a las mujeres o si Carrió debe internarse en un manicomio. Por ahí, será que la gente quiere volver a discutir desde al política a la política y no contra la política. Será que hay un nuevo llamado a la militancia –aún en pañales y un poco rosa pero presente-. Será que hay ganas de moverse un poquito. Será que ya no es un voto no positivo. Será que yo soy muy optimista. Será que esta historia ya tiene final, o no. Será que somos la mierda oficialista. Muchos me tildarán de K, de fundamentalista, de pelotuda (¿por qué no?). Que la sigan chupando. O que lean Clarín y… ¡ah!,claro, ya lo hacen. O que lean nuestro maravilloso blog y puedan abrir sus korazones.
Esta fue la descripción de esa nochecita, sin pretensiones ni moralidades, sino más bien como una sinestesia de la auto-convocatoria de los fans de Facebook de 6-7-8 que apoyan el modelo. Si logramos convencerla, podemos subir la crónica de la mismísima MLM, quizá más completa y mejor redactada por ser una periodista en formación. Como siempre, HND cubriendo la realidad de la nación a todo momento, actualizando sus conocimientos, lector, escapándole al multimedio – ¡uosaaaaaaa!-. Hasta la próxima entrega. Eso fue todo, país.
*para vos, Pino.
** Fernando Alonso, todo bien con vos, te banco a muerte, pero ni ahí había 5000 personas.
La versión glam del canto es: je suis la merde oficialiste, pero eso lo dejamos para otra noche de rock y militancia.
ResponderEliminarA mí no me pegaste y dicen que dicen que soy mujer. Milagro Sala tampoco me pegó.
pero por ahi si te pegaba, venia APA y me cortaba la cabeza. no voy a arriesgarme.
ResponderEliminaroooootro tema
me han dicho, querido toro, que fuiste al tunel de la ciencia...hay golpes en la vida tan fuertes, yo no se, mi querido heraldo negro. espero que la hayas pasado bien. Aramis, algun dia iremos.
ni olvido ni perdón a los traidores a la patria.
ResponderEliminartostadense, dejá de llorar, no estuvo tan bueno. además, había olor a marihuana.
ResponderEliminarde pie hay que aplaudir tu artículo bruno
ResponderEliminardiez mil veces mejor que el mio
sera por eso que te ADMIRO tantoooo??