Latinoamérica, mon amour

Qué noche, Bariloche. ¿Cómo describir lo que fue el recital de anoche, realizado como parte de este megaevento que se ha organizado para celebrar el Bicentenario? Quizá enumerando a los artistas que concurrieron puedo echar alguna luz sobre el asunto.

Víctor Heredia. Pocas cosas de las que diga pueden añadir alguna información que nuestra querida audiencia no sepa ya. Un tipo militante que siempre ha estado, un tipo con trayectoria, un sobreviviente que no se queda en el molde nunca. Víctor, aunque hayas perdido un poco la voz, te banco a muerte. ¡Coraje!

Los Jaivas. Conjunto chileno que, aparentemente, hace mucho que no venía a nuestro país. Me gustaron mucho. Musicalizaron un poema de Neruda y además la baterista (que me pareció muy buena, sin ser yo un dementor erudito en la materia) es Juanita Parra, de aquella familia que tanto ha contribuido a la música y la cultura latinoamericanas. Debo añadir que yo estaba en compañía de varios chilenos. Uno de ellos lloró cuando se hizo presente el grupo en el escenario. En ese momento, mi madre le dijo ‘bien, chileno’ (?) y un hombre desconocido que estaba parado delante nuestro se dio vuelta y le preguntó al muchacho en cuestión “¿sos de Chile?”. El chileno mencionado, aún lagrimeando, le dijo que sí y el desconocido le palmeó el hombro y lo miró con cara de ‘fuerza, hermano latinoamericano, unidos por siempre en esta fraternidad latina’. Momento emotivo.

León Gieco. Además de ser el organizador del evento, estaba hasta en la sopa. Presentó a la mayoría de los cantantes (cantó con Porchetto) y es el coautor de la canción que se canta por el Bicentenario en estos días. Además, después tocó con Mundo Alas, pero este dementor estaba muy cansado ya como para quedarse así que lo vio por la televisión pública, desde su cómodo sillón.

Toto La Momposina. Increíble. Sencillamente, no sé qué más decir. Una mezcla de Celia Cruz con todas las cantantes latinas del norte de Suramérica, esa tromba colombiana puso a todo el mundo a bailar con una potencia y una energía envidiables. Además, dijo cosas muy bonitas como que su música nacía de la identidad de un pueblo pero también de toda Latinoamérica, que era negra e indígena. Eso me recuerda a los de Vox dei que poco tiempo antes habían cerrado su show con un comentario que aún resuena en mi cabeza: Viva Ceratti y las comunidades indigenistas.

Jaime Roos. Aquí me pongo más parcial que nunca porque a ese hombre lo adoro. Candombe, murga y batucada. No creo que le pueda hacer justicia. Definitivamente, es un uruguayo que se ríe de los uruguayos (y con ellos) y que saca lo mejor de mí. Gracias, Jaime. Debo comentar, como una nota de color, que un sujeto que estaba cerca de mí pensaba que Jaime Roos era un cantante de cumbia. Y por si esto no alcanzara, cuando las amigas que estaban con él comentaron que el domingo tocaría Jaime Torres el sujeto “no sé quién es Jaime Roos” dijo que seguramente ese Jaime sí tocaba cumbia (¡!). En fin, lo que hay que escuchar. Si les dijera que además no sabía quién era Pablo Milanés, seguro se mueren, así que hagan de cuenta que no lo dije.

Pablo Milanés. LA emoción. Cuando cantó Yo pisaré las calles nuevamente casi me muero. La mujer de adelante se puso a llorar. Yo pensaba en ese maravilloso disco que grabó con otros cantantes latinoamericanos invitados y con Silvio Rodríguez en el 83 en Argentina. Ese disco que escuché durante toda mi vida y que hacía que me puteara por no haber estado viva en ese momento y en ese recital. Y este sábado no sólo me sentí como en el 83 pero en mi tiempo, sino que además cantó con León el mismo tema que en la primera oportunidad: Carito. Emocionante. Eternamente, Pablo.

Gilberto Gil. Explosión de color, de ritmo y de energía. Se volvió loca la gente. La verdad es que ese negro tiene swing. Hermoso, me encantó. Gracias, Brasil, por tanta magia.

No me quedé a ver a Santaolalla así que no puedo decir nada. Pero estuvo increíble. Me gustó la gente (y eso que a mí la gente no me gusta mucho), me gustó el escenario y el diseño, me gustó el clima. Me gustó que se apelara no sólo a la identidad nacional sino al a diversidad que en nuestro país se encuentra presente. Me gustó que no se intentara homogeneizar todo sin hacer caso a la composición heterogénea y enriquecedora que nos caracteriza. Marcelo Iribarne lo sintetizó muy bien cuando presentaba los recitales del viernes: “Todos iguales, todos distintos, todos argentinos”. Es gratificante ver que hay una bienvenida a la diversidad y al reconocimiento de nuestros orígenes multiformes que no generan (o no deberían generar) desigualdades político-sociales. La cultura no es un conjunto de prácticas restringidas de una clase. Todos producimos cultura. Además, la inclusión de Latinoamérica y de los argentinos en el extranjero creo que intentan desmitificar cierto discurso arraigado en el sentido común, conservador y excluyente, generador de desigualdades y preconceptos. Vamos a decirlo resumidamente: fue un acto (inter)nacional y popular. Me gustó. Me gustó porque e’ latino. Porthos puede añadir algo más si lo desea –porque también este dementor querido salió a festejar latinamente el sábado a la noche…y vamos por más-. A mí se me han acabado las palabras. Estoy feliz. Ya discutiremos qué significan estos 200 años, qué fue la Revolución de Mayo o cuáles son los valores y “héroes” que generalmente se resaltan o a qué intereses respondió y responde hoy día. Pero no quería dejar de resaltar que además de haberla pasado super, el discurso que desde la Secretaría de la Nación se exteriorizó –al menos, en una mirada superficial que se profundizará en los siguientes días- da cuenta de un momento importante de una dialéctica integración-diversidad muy interesante. Somos distintos e iguales. Como diría la recientemente homenajeada Vivi Román, no es un detalle menor. Los dejo pensando, queridos lectores, para que –gracias Gil Fuster- sacudan esa modorra.

Comentarios

  1. El destacado de la noche fue la mujer con el excesivo maquillaje y las orejas de Mickey Mouse que, en una tertulia de más de un millón de personas, le dijo a dos hombres que le pidieron permiso para pasar: Por acá no porque me rompe las pelotas, ¿para qué quieren pasar a esta hora?, busquen lugar por allá.
    Ovación de pie para la mujer que no necesita más excusa que su intolerancia.

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  2. gracias, porthos, por enriquecer siempre nuestras experiencias.

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  3. Hoy voy a la 9 de julio, y supongo que mañana también. Me perdí ese reci, un bajón, el desfile de las colectividades estuvo re lindo, lo vi cómodamente por televisión, bolivia explotó la 9 de julio. No desfiló Israel, lo cual me llamó la atención.
    Bueno, che nos vemos por ahí si alguno va revolear su escarapela!

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  4. todavía estoy vibrando con fuerza bruta dentro de mí. escribo este comentario en un cyber en frente de Puan mientras espero para rendir mi ultimo parcial de la semana. y ademas acabo de salir de una clase en la que el tema fue exclusivamente y de manera deliberada EL DESFILE/MEGAEVENTO DEL BICENTENARIO asi que GRONDONA,chupáme un huevo!!!!!!!!!!!!!!

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  5. TOSTADENSE, COMO DICE DREXLER, ME ENCANTA EL EXABRUPTO COLECTIVO.

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