Cuando un amigo se va…

Dado que el Toro se nos va pa’l sur, alguien tiene que escribir algo. Primero que nada, y como se habrán dado cuenta ese alguien soy yo, debo decir que Cris ya tiene más de 30.000 seguidores en Twitter. Segundo, CARLOS RAIMUNDI VOLVIÓ A 678, y por lo tanto volvió a mi vida. Carlos, en realidad nunca te fuiste, y te lo digo a través de este medio porque sé que sos el seguidor número 1, ni siquiera, el seguidor número 0.88. Es decir, sabé que TE AMO. Bien, una vez que actualizamos cierta información, paso al llamado a la solidaridad (aunque el Toro no me siga en esta cabalgata con la adarga bajo el brazo):

LLAMADO A LA SOLIDARIDAD. Para mí, obviamente. LUCHO GALENDE, volvé. Ya. Es decir, NO PARES NUNCA DE VOLVER. No es que yo tenga algo contra Barragán, pero Lucho es Lucho, como dar es dar y el vino es Toro. Así que, por este blog que no es que llega a todo el país sino que llega a otros sistemas solares porque somos el blog ultra público K, pedimos que la gente se cope, que los laboratorios de la Vía Láctea hagan algo, que Lilita nos diga cuándo se restablecerá Lucho, que el Gauchito Gil nos escuche de corazón, que la guerra no nos sea indiferente, en fin. Lucho, volvé a casa, aunque sea para ver al perro. Igualmente, no quiero dejar de decir que “El acomodador” de Barragán me pareció excepcional, y conste que no tiene nada que ver con lo que opine el sensual uruguayo Daniel Hendler, con ese sweater hermoso y esos ojos color miel que se derriten como el campo en primavera con los pájaros cantando. Aunque el campo podría derretirse por otros 125 motivos, pero bueno, hay que ver de qué hablamos cuando hablamos de campo (acá no puedo ser tan tautológica).

Estaremos en contacto, lectores, para que la ausencia del Toro no sea como una vaquillona de 300 kilos que la Dra interpretada por Casero no nos pueda quitar de encima. Toro, hasta la victoria siempre. Y un saludo especial para Ismael Serrano, que hoy supe gracias a Musimundo que tiene un disco llamado “Principio de incertidumbre”. Claramente, lee nuestro blog. Isma, también TE AMO; sepan que tengo un corazón muy grande y generoso, casi del tamaño de Lilita. Yo ayer lloré. Creo que si alguna vez, viajando en el tiempo al pasado y poniéndome el cerebro de una quinceañera mediocre (sin ánimos de ofender, aunque más o menos), en la mesa principal de mi cumpleaños de quince hipotético, estarían Ismael y Carlos. Y la mesa del Toro contaría con la presencia de Barra, Cris, Néstor, Aníbal, Julian, Noel y the coolest guys del mundo, id est, Inglaterra, además de la familia Pauls (aunque ellos tendrían su propia mesa). Y yo, con la cara tatuada de Heinsenberg en el peroné izquierdo –que sería como los cuadros de Hogwarts, aparecería y desaparecería-, prendería 15 velas para profundizar el modelo y como souvenir, las manos del general (o similar). Por supuesto, entraría con una única canción en el salón (de la casa rosada, quizá, o la quinta de Olivos ya que estamos o en Pizzarnik S.A): AQUÍ ESTÁN, ESTOS SON LOS SOLDADOS DE PERÓN. Por cierto, Toro, estarías en la mesa 678. O 125, no sé cuál preferís. En mi fiesta de quince/feudo quinceañero, todos seríamos libres –sí, Lili, yo no soy como Magnetto, yo te invito a mi fiestita- porque todo, ABSOLUTAMENTE TODO, sería propiedad de HND S.A. Casi, casi como ahora.

Y SEPAN QUE ESTE ARTÍCULO ES EL NÚMERO 200.
SÍ, 200,
FIESTA LOCA Y REVOLUCIÓN.
FELIZ BICENTENARIO