Gracias Néstor

Los amorosos vienen por ti,
callan porque les faltas.

Y desde que partió, su verbo vive en mi carne.

Ya van poco más de 24hs. en las que no derramé una sola lágrima desde la muerte de Néstor. Sería injusto desde este espacio intentar hacer un balance del kirchnerismo, por una sencilla razón: el kirchnerismo no terminó. También sería sumamente injusto tratar de poner en palabras lo que toda una plaza no pudo más que llorar. Frente a algo tan inmenso como la muerte física de un líder de dimensiones épicas como lo es Néstor Kirchner las palabras suenan estériles, vacías, disonantes. Sin embargo, hace falta buscarlas.

Yo estaba censando la primera vivienda cuando mi celular sonó tres veces. Terminé la entrevista, me paré en la puerta de Av. Álvarez Thomas 946, mi siguiente vivienda a censar, y miré los mensajes. Era mi hermana, decía que Néstor había muerto. Llamé a mi casa para confirmar algo que no podía ser cierto. Cuando corté, sin poder creer lo que me habían dicho, me largué a llorar desconsolada. Cuarenta minutos después un señor del primer piso de ese edificio bajó a abrirme la puerta, dijo que me había escuchado llorando desde su casa y me invitó a tomar un té. Me hizo una taza de té, puso música para calmarme, me llamó por el nombre de pila que leyó en mi credencial, avisó a sus vecinos que me trataran bien y me dio aliento para seguir adelante con el censo, que lo hiciera por Néstor. Determinada a hacer eso, entré a cinco departamentos más, entré a todos llorando y temblando. Cada vez que entraba a alguno, sólo quería salir, así que me salteaba preguntas para poder irme más rápido, no soportaba hablar de nada que no fuera la muerte de Néstor. Cuando salí me quedé unos minutos más llorando en la puerta. Sin saber qué hacer, llamé a mi casa, sin tener nada de qué hablar. Y después del saludo inicial, lloré aún más fuerte y dije que no podía seguir censando. Finalmente, pedí reemplazo, dije que no había podido censar nada, que empezaran todo de vuelta. Pasé por mi casa un rato y me llegó un mensaje de un compañero de militancia. Decía que nos reuníamos en la central a las 14hs. Comí un poco con mi familia y salí para allá. A las 14.38hs. estaba en una calle del centro colmada de jóvenes militantes. Todos en silencio, llorando, parados o sentados en el piso. Algunos abrazados, otros mirando el piso, todos llorábamos y no decíamos nada. Recién a eso de las cuatro de la tarde, empezamos a hablar. Nadie habló de la tristeza, del vacío, de la bronca. Todos hablamos de lo que teníamos que hacer de ahí en adelante, porque no sabíamos cómo hablar de otra cosa. A las 16.20hs. empezamos a marchar hacia la plaza. Llegamos cantando y llorando. A la noche, en la plaza, todo seguía igual. No se podía hablar de nada: se cantaba y a lo sumo se decía un "qué día de mierda, ¿no?". Canciones que todavía no reflejaban la tristeza, pero canciones que ponían a Néstor en la plaza con nosotros. Cantando "Néstor, mi buen amigo, esta campaña volveremos a estar contigo", él estaba con nosotros. Y nos largábamos a llorar a medida que entendíamos que Néstor no estaba escuchando eso, que no lo iba a escuchar más. Entonces teníamos que cantar otra cosa. A la madrugada, la plaza estaba casi vacía, llena de gente con cara de fantasma, banderas y cartas que parecían de mentira. Todas dirigidas a Néstor y Cristina, y ninguno de nosotros entendía por qué tanto alboroto, si todo seguía igual. Hasta que veíamos un verbo en pretérito y recordábamos que alguien faltaba entre nuestras filas, y seguíamos llorando. El jueves lo seguimos negando. El jueves decíamos: me voy a la plaza a ver a Néstor. En la columna cantábamos, bailábamos, aplaudíamos y hablábamos de Néstor y Cristina en presente. Todos decíamos lo mismo: hay que hacer el aguante en la cola así lo vemos a Néstor con todas las pilas, hagamos una carta que Néstor y Cristina las reciben, estamos esperando para ver a Néstor. Lo más osado era cantar "pongan huevo, pongan huevo, esto es para Néstor que lo mira desde el cielo" pero el verbo seguía en presente. Entré a verlo a Néstor a la medianoche y a las seis de la mañana de vuelta. Las dos veces me pasó lo mismo, miraba las flores y las cartas extrañada, sin entender qué pasaba. Y cuando pasaba por delante del féretro y veía tanta gente en silencio, llorando, entendía una sola cosa: que Néstor no estaba. Llegué a casa el viernes a las siete de la mañana. Me tiré a dormir y me levanté al mediodía. No leí diarios, no miré fotos, vi algunas cosas del cortejo yendo hacia Río Gallegos y organicé que quería hacer con la agrupación para la semana que viene, porque pensar el pasado se hacía insoportable. Hoy ya puedo ver imágenes y leer notas sin llorar, pero todavía no puedo hablar de Néstor en pasado. Por lo poco que leí y hablé con otras personas, intuyo que jamás vamos a poder hablar de Néstor en pasado, a él le será propio siempre el presente, ese tiempo circular, eterno, imperturbable del mito. Las consignas que hoy nos animamos a pronunciar son todas en ese tiempo: Néstor vive. Sólo la negación de decir "Néstor no se murió" acepta el pasado, para volver inmediatamente a un tiempo mítico, cantando "está en todos los pibes que están cobrando la asignación".

Pero hay un gran hombre, Evo Morales, que en una frase dijo lo que todo el pueblo latinoamericano no pudo decir, y lo dijo en pasado. Evo sentenció: Sudamérica quedó huérfana. Pero sólo los hijos quedan huérfanos, y este continente está lleno de hijos, hijos de Néstor y Cristina que vivimos en presente, pero somos del futuro. Y tus hijos, Néstor, "una sola cosa te prometemos: tu suerte en la batalla".

Comentarios

  1. Desde HND, queremos mandar un fuerte abrazo al senador y compañero Eric Calcagno, que está pasando por un momento sumamente difícil.

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  2. “no te metas en política porque puede irte mal, puede pasarte cualquier cosa”

    En la plaza sentí que ese dicho con el que me críe (no mis padres, sino mi sociedad) durante 20 años de vida se desplomó. Y sentí dignidad, orgullo por ver eperanza en la plaza, por creer en la transformación social, por creer en el otro, sí! por poder creer en otro argentino. También sentí toda la responsabilidad que implica ese cambio.

    Realmente tengo fe que esta esperanza, esta dignidad nos va a llevar adelante para poder cambiar nuestro país. Para que militantes como Mariano Ferreyra no sean asesinados por patotas sindicales, para que los ancianos puedan vivir dignamente, para que todos los chicos puedan crecer dignamente, en fin, tantas cosas...


    Gracias Néstor

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  3. http://estamosconcristina.blogspot.com/2010/10/la-muerte-de-nestor-carlos-kirchner-nos.html

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  4. terrible el comentario del anónimo. no sólo no tiene la menor pizca de inteligencia política, sino que no respeta en nada el amor de la gente que está en la calle, no respeta que el pueblo lo haya elegido como líder, que haya hecho sentir protegida a tanta gente. es decir, me parece una torpeza (por ser leve) pero sobretodo una basura. y más si lo comenta en ese blog. y no firma. esa gente en realidad no merecería ni siquiera que pensemos en sus palabras, pero lamentablemente también están acá, con nosotros. como dijo lucho galende, la gente que mira Mirtha Legrand también es el pueblo argentino o es la argentina y con ellos habra tambien que construir algo, aunque no opinemos para nada como ellos. estoy enojada.

    NÉSTOR FOR EVER (como Chako)

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