Se nos viene fin de año, festejamos Navidad

Ya de vacaciones, o al menos vacaciones de ciertas actividades agotadoras, puedo sentarme con un vaso de jugo helado y galletitas de salvado a escribir algo. No sé si serio o pasatista o sensacionalista; algo. Aunque ni en pedo es serio. Y de fondo, la excelente Mujer de Guanahani, del disco Galería Caribe, bien veraniego. Pasemos a lo que en realidad quiero decir. Es una suerte de ensalada Waldorf de cosas que he ido acumulando. Sin ningún orden jerárquico ni cronológico, me dispongo a narrarles, queridos lectores, cosas, como las que coleccionaba el mítico pelirrojo Gerardo en la publicidad de, creo, Movistar. O algo así. Y sí, hay términos asociados a la Navidad también en este artículo. Algo así como pan dulce.

El otro día, en el hogar de Porthos, presencié la decoración del árbol del Bicentenario, del cual esperamos fotos en cualquier momento. Luego de muchas charlas con las chichis del hogar (aunque faltaba una), en la pantalla del televisor que nunca se apaga en esa casa, apareció Claribel Medina. Bien latina, con tonada, pseudo caribeña, Claribel, la conductora de Cuestión de peso que supo ser Margarita en Por amor a vos, novela en la que se enamoraba del portero (Miguel Ángel Rodríguez) y de un dentista (Raúl Taibo). Pero sin ánimos de desviarme, Claribel apareció luego de que la abuela de Porthos despotricara respecto de los aros que había usado el programa anterior. Sin embargo, como Clari no le hace asco a nada y es una mujer muy valiente, apareció el martes (el mismo martes que le dijimos a nuestro comentarista estrella de abortar la misión “cine”) con un vestido. Ustedes se dirán “¿cuál es el problema?”. Y claro, el problema no es problema, el problema es que me duele, como dice Ricardo. Señores, no se imaginan lo que era ese vestido. Era la sumatoria de todos los feos vestidos de la ceremonia de los Oscar, y ya hice una crónica al respecto. Es decir, peor que el de Natalia Lobo en los Martín Fierro. Un vestido verde musgo de vieja, de esa tela que es como un hilo grueso que de lejos parece toalla y que a veces usan ciertas personas para andar por la casa cuando hace calor y tienen que limpiar el baño. O para ponerse arriba de la malla. Es decir, un vestido de fajina, choto y feo. Para colmo, este modelito tenía partes que dejaban entrever la piel (de la mujer) en lugares poco propicios. Llora Facundo Arana. Y por supuesto, para los conocedores será obvio el detalle de que esa tela ajusta donde más nos duele, es decir, en el lugar más feo de nuestros cuerpos. Un vestido que daba ganas de vomitar. Largo, sin vuelo y que dejaba ver los breteles del corpiño de una manera muy vulgar. Pero como Clari es valiente, además se puso un pañuelo negro en la cabeza, medio caído medio ajustado que terminaba de legitimar la idea de “salí de casa apurada sin terminar de limpiar el baño y me vine al canal en bondi”. Es decir, pésimo estilo, no le quedaba bien siquiera y además la terminó de cagar con los zapatos de taco alto cuerina blanca. Es decir, ¿estamos todos locos? Lo único lindo fueron sus aros dorados gigantes pero no combinaban con nada de lo que tenía puesto porque, en efecto, nada de lo que tenía puesto combinaba con alguna de sus otras prendas. Clari, así nunca te van a llamar para Sex and the City, corazón. Y por lo visto, ayer se vistió muy mal, según me comentó Porthos a través del comentario “se puso una sábana”. Y todos confiamos en el criterio de Porthos. Por suerte, después pudimos refugiarnos en la foto de René Pérez que sacó la revista Veintitrés. Dios lo conserve así como está. Obviamente, acompañamos ese momento sensual con el último disco de Calle 13. Pasado este momento de frivolidad extrema, debo decir que al día siguiente quise escribir algo respecto de tamaña monstruosidad (el vestido) y de repente, se cortó la luz, con lo cual supuse que Clari tiene poderes mágicos.

Ahora quiero dedicarme a denunciar dos cosas:
1. El pan dulce Arcor cuesta $21. Es una vergüenza, montonero Cobos, renuncie. Ah, no, cierto que ya lo hizo.
2. El Carrefour de Roosevelt y Aizpurúa está tan desabastecido que da asco, los precios nunca se corresponden con los productos que señalan y NO HABÍA AGUA MINERAL. ¿De qué estamos hablando? Además, las colas son interminables –no sé por qué porque no hay nada-. Me indigné. Igualmente, el calor me pone más sensible, sobre todo cuando me tuve que ir al chino de la vuelta, siempre confiable aunque un poco más sucio.

Y para terminar, paso a relatar el sueño que tuve esta noche.
Resulta que yo tengo un vecino (en la vida real) que muy a menudo pica la pared medianera (que es la de mi cuarto). El tipo también agarra el taladro y agarráte, Catalina. Es decir, un día de estos me voy a quedar sin pared. Y parece que me trauma tanto esta idea que soñé lo siguiente.
Yo sentía que mi vecino estaba agujereando la pared y me levantaba de mi cama indignada y preocupada para golpear la pared y gritarle al tipo que ahí estaban los caños de las instalaciones de mi casa. Cuando tocaba la pared, me daba cuenta que era de cartón; es decir, el tipo la había “laburado” tanto, que la había vuelto de cartón. Entonces estaba toda blanda y a punto de colapsar. Como nosotros tenemos un mueble muy pesado amurado, resulta que tuvimos que correrlo (no sé cómo hicimos, pero es un sueño) para que no derribara la pared de cartón. Pero el tipo dale que dale con el taladro de mierda. Entonces, yo pensé que si la pared era de cartón, no iba a ser difícil levantar una esquina para hablar con mi vecino (al que no conozco en la vida real). Me voy al rincón, levanto la pared y había muchas sábanas. Corro las sábanas y el tipo no estaba. En su lugar, me encuentro en una habitación de su casa y veo que en un almohadón o algo así hay un bebé muy chiquito. Y encima de su cara, pero casi pegada a sus ojos, hay una enorme pantalla de plasma. Y el niño solo estaba mirando (siendo invadido por) el plasma. Yo llamaba al vecino para cagarlo a puteadas porque me estaba rompiendo la pared que ya era de cartón y de la cual, de alguna manera, colgaba un plasma gigante que amenazaba con comerse a ese niño. Y ahí me desperté. Y mi madre supuso que lo del bebé se relaciona con las desventuras de Eugenio.
En fin, todo esto fue como un desahogo por las fiestas. Supongo que cuando salgamos a comprar aros con Porthos me sentiré más tranquila, al igual que cuando llevemos a cabo nuestro plan de vestirnos “bien latinas”, como las chicas de las telenovelas latinoamericanas, al estilo de Teresa.
Por si no vuelvo a escribir antes del 25, FELIZ NAVIDAD, lectores. Coman mucho pan dulce, pero no compren el de Arcor, por más rico que sea, porque está carísimo y es un robo a mano armada. Y cuando pruebe mi sidra “Del Valle”, les aviso si vale la pena que salga $2.48 o si seguimos comprando una de Dia llamada "Señorío de Ondas". Es eso.

Comentarios

  1. Unas breves reflexiones que escribo desde la cama de mis viejos con CN23 de fondo.

    1) Claribel se puso una sabana, es una hija de puta, la teoria que desarrollamos ayer mi cuñado y yo es que el vestuarista la odia.
    2) Por favor, no me alarmen con las desventuras de Eugenio. Estoy muy sensible por lo de ayer, y ya escribire cronica (firme junto al pueblo).
    3) Prometo fotos del arbol del Bicentenario.
    4) Expreso mi repudio hacia la etiqueta de este post, no se jode ni con ANSES ni con los abuelos.
    5) Ayer escuche la mejor frase del año: el choripan no se compra, el choripan se conquista.
    6) El archivo fotografico de este blog es impecable.

    ResponderEliminar
  2. Que crueldad no haber compartido esa visual con ustedes! Estaba en casa comentando con Penny cuan menemista era ese vestido, de hecho recordé que por casa pasó uno bastante similar (el horror, pero en su momento lo amamos) El peplos que tenía puesto ayer era digno de comentario también, y los tutú que tenían puestos las gordas hoy...inagotable CDP! Cuantas alegrías...
    Eugenio está bien, sobrevivió mejor que la tía y la madre.

    ResponderEliminar
  3. yo ayer lloré por mi propia vejación.

    PORQUE ASI SOY YO

    chicas, estos artículos veraniegos me hacen sentir una basura, los que todavía seguimos estudiando también tenemos sentimientos!

    quiero ver a eugenio

    sueño cosas raras

    claribel medina me genera bastante repudio, pero nunca más que cuando conduce ese programa.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Periodismo independiente. Periodismo de investigación. ¿Dónde tenés la custodia?

No será el mago de Oz, PERO…

Otro eslabón del pedigrí