El único héroe en este lío


Anoche vi el mejor capítulo de Walker Texas Ranger del mundo. No, no es una broma. Fue, de hecho, un capítulo lleno de emociones violentas.

Sinopsis:

Alex (Sheree J. Wilson) es la novia de Walker (Chuck Norris) y planea un proyecto que es “Kids Day Government” que consiste en que varios chicos de diez años, con un buen promedio, puedan ir a la gobernación de Dallas y laburar con el gobernador por un día. Son todos adorables y hay un negro, uno medio chino, un latino, la típica niña americana y un asmático. La cuestión es que cuando acaba el día, Alex se va en un autobús escolar con los niños y el conductor es un viejo ranger (CD) que les hace la gauchada de llevarlos hasta sus hogares. Pero hay un hombre malo, que trabaja con el gobernador, que tiene un plan, aunque no es colombiano: secuestrar el autobús con los niños dentro y pedir un rescate millonario. Entonces se complota con una banda criminal que hace el trabajo sucio. Lo peor de todo es que esto ocurre justo cuando el servicio meteorológico pronostica tornados y tormentas horrorosas y aconseja quedarse en casa. Y para colmo de males, el niño asmático olvidó su inhalador en la delegación. HORROR. Bueno, cuestión que el autobús se va y Alex promete cenar con Walker a las 7, cuando termine de llevar a todos los chicos. Y, kaboom, un camión gigante intercepta al micro y se llevan a todos a un lugar que nadie conoce. El único testigo de semejante aberración fue un mendigo medio psicótico.
En otra dimensión texana, Walker y Tribet (Clarence Gylliard) están sentados en sus despachos y el negro fiel encuentra el inhalador del pequeño asmático y deciden llamar a Alex para avisar. La rubia atiende el teléfono y grita auxilio, entonces, uno de los secuestradores (con pasamontañas y brutas escopetas) toma el celular –muy noventoso- y lo hace añicos. Walker sospecha que algo anda mal y Tribet descubre que ningún niño está en su hogar. Escenas de tormentas y tornados, un pronóstico que “mete miedo” y el gobernador desesperado porque los padres lo quieren ver muerto. A todo esto, el ayudante maldito que vendió a los niños se encuentra con los criminales, que ya hicieron un video donde aparecen los niños diciendo cosas como “papis, los amo” o “tenemos mucho miedo” y Alex que dice “estamos bien, lo siento, cielo, no podré llegar a la cita que teníamos en cincuenta minutos”. El maldito entregador-de-niños le dice al criminal que le van a dar el dinero (diez millones) pero que los chicos tienen que estar bien. Entonces el líder de la banda dice que cambió de opinión y ENTIERRA VIVOS A TODOS, es decir, abre un hoyo en el suelo (bajo una tormenta demencial) y mete el micro entero sin tubos de oxígeno. El maldito entregador dice que él no es un santo pero que tampoco es un asesino, a lo que el jefe responde “pero yo sí” y le pega un tiro ipso facto. Los “malos” se van y el micro queda enterrado. Walker no tiene una puta pista hasta que ve el video y se fija en el testimonio de Alex. Si faltaban cincuenta minutos para la cita entonces eran las 18.10 y, de acuerdo a los truenos menos estrepitosos que se oían, determinaron, siguiendo el pronóstico, un perímetro restringido donde podrían hallarse los niños. Van a todas las bodegas de la zona (después de que el mendigo que Walker y Tribet hallaron siguiendo la supuesta ruta del autobús les contara lo que había visto) y en la última que revisan encuentran la placa de un niño que se vistió de Ranger y, como inteligente que son los Rangers, anotó la matrícula del camión secuestrador y dejó el papel en el suelo de la bodega, sin que los criminales lo advirtiesen. Walker encuentra el papel y rastrean el lugar. En el camino, Walker y Tribet (dentro de la super 4x4) ven un tornado acercarse y se topan con el-maldito-entregador-de-niños herido y les dice que todos están enterrados vivos a unos metros de allí. Tribet y Walker encuentran la zona con la tierra removida y, bajo la torrencial lluvia, con el tornado de fondo, cavan con sus manos hasta dar con una ventana. En el interior, los vidrios delanteros habían cedido ante la presión del barro y se estaba inundando. Por suerte, Walker rompió una ventana y sacó a todos, aunque CD (el viejo ranger) se atoró en el marco. Justo a tiempo, Walker lo saca y todos corren bajo el túnel del desagüe cercano. El tornado pasa sin lastimar a nadie y todos salen cuando, al instante, aparece el sol y cesa la lluvia. Pero todavía quedaban los criminales, que no obtuvieron los diez millones.

Como Alex los había visto sin capucha, los hallaron rápidamente y Walker, junto con un agente del FBI y con Tribet, los cercan. Pero el maldito líder se escapa. Walker lo persigue hasta la azotea y el maldito se queda sin balas. Entonces lo mira de frente a Cordel y le dice “ahora, mátame”. Walker, muy tranquilo, enfunda la pistola y le retruca “No. Haré que desees estar muerto”. Y lo caga a bifes. Conclusión: es cierto que Chuck Norris tiene que tener una pistola sólo para tirarla al piso (o guardarla) y cagar a todos a piñas.
Gran capítulo, gran.
Cuando sea grande, quiero ser una Ranger de Texas.


Comentarios

  1. a los mineros chilenos enterrados se los salva con agua bendita y chuck norris. he dicho.

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