Un film de Carlitos Chaplin aunque sin comicidad
Y sí, señores. Para el que no se dio cuenta, empezó el 2011 y empezó con tutti. Yo sé que la vida es más compleja de lo que parece, amado Jorge, pero esto es, para decirlo mal y pronto, “zarpada complicación”. Gran cantidad de las personas a las que más quiero en este mundo ya están estresadas. Y ES 1° DE MARZO. Es decir, ¿qué nos queda para septiembre? ¿Para diciembre? Si esto no es la vida despeinándonos totalmente, no sé qué mierda es. Hay gente que se hace cargo de muchos frentes, eso es una realidad. Están los que cursan materias en verano y van todos los días a la facultad, cinco horas y con una hora en el puto Bondi que va a Ciudad, después de haber levantado niños obesos todo el verano. Están los que, no contentos con la militancia universitaria pulenta, militan en el territorio –pulenta al cuadrado-, con gente, debo admitir, muy linda, como son los de la Cámpora San Telmo. Otros, no contentos con su trabajo arduo en el conurbano, viajando tantas horas como las que se laburan, se suma a la militancia universitaria (y ve a Cris desde un palco en el Congreso al grito de “si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar” y panfletos voladores de fondo) y va por más formando parte de una agrupación relacionada a un pasado cercano como es el colegio secundario, un nido de gorilas oxidados. Nos une el amor de la militancia floreciente, es cierto, el amor y la alegría de este peronismo kirchnerista que hace florecer mil flores y pinta mil escuelas y tiene dirigentes sensuales a los que nos referimos siempre muy sutilmente, id est, “Bossio, llamáme” (sic). Tenemos muchas ganas de todo. Como dice Arjona, “mis afanes de todo”. Y hay que poner el pecho después. Entonces nos vemos cansados y con ojeras infinitas el lunes a las ¡¡¡21 hs!!!! O sea, ni siquiera empezó “Los Únicos”, la serie de Pol-ka que me encanta, y ya me quiero meter en la cama, lo cual no es viable porque antes tengo que:
1. Terminar de preparar todas las fotocopias para el curso de inglés –medio libro en cuatro horas- porque rindo el 11 de marzo y siento que el tiempo vuela.
2. Terminar de armar las primeras fotocopias que yo voy a usar con los chicos (adolescentes y pre-púberes que no saben qué hacer con su vida) la semana que viene, aunque empecé a trabajar hoy.
3. Acordarme de todos los compromisos que las variadas militancias nos ofrecen, desde un acto a las 9 en el centro (despertándome a las 7.49 porque me quedé dormida y con una hora de viaje de por medio) hasta una reunión de Junta Departamental de Carrera el domingo a la tarde (¿mate, bizcochuelo? Las pelotas, los domingos ya no son lo que eran, y ni te cuento el sábado a la tarde).
4. Preparar lo más mínimo indispensable para el sábado, que encima este 5 de marzo es especial porque tenemos una reunión importante con funcionarios de la municipalidad de Alte. Brown –resabio duhaldista, si lo hay-, seguida de fiesta de casamiento de una persona muy querida por todos los integrantes de este blog.
5. Acto de lanzamiento de una agrupación que recién empieza y en la que me metí porque me gustan los problemas, no existe otra explicación, que es mañana a la noche y al cual tienen que concurrir cien personas como mínimo. Esto es grave porque yo tengo menos nivel de socialización que una ameba post-mortem.
6. Hacer la mesa dulce para el casamiento mentado, lo cual igualmente se recibe con mucho amor y alegría.
7. Terminar de leer la lista de libros para el verano.
8. Hacer muchas gelatinas con forma de rosa este fin de semana
9. Asistir, ya no a actos, sino a reuniones de dos horas, dos horas y media de duración pero a una hora y media de viaje desde casa.10. No sigo enumerando porque el resto le toca a Porthos que anda igual que yo o a Aramis, si quiere volver, como Norte, que ya no existe (no quiero decir que ése sea el destino de Aramis). Es decir, ETCÉTERA. Además, huelga decir que este año es electoral y nosotras militamos en La Cámpora. Saquen sus conclusiones…y que todavía no empezamos a cursar la facultad…
Y en el medio, no tengo plata para ningún plan porque cobro en abril. Es decir, como dijo mi jefa en diciembre el año pasado: QUIERO QUE BASTA. En marzo.
Igualmente, soy hija del rigor, me gusta el trajín enloquecedor de mi vida y de Buenos Aires y amo lo que amas, yo te amo. Estresada pero feliz y siempre più avanti.
Para cerrar, el acto de inauguración de las sesiones del congreso (paradójicamente). Porque yo me quejo de mi “agenda”, pero no quiero pensar en la de Cris.
Cristina dijo lo que tenía que decir, fue emotivo y serio, con muchos datos útiles e indiscutibles y con la cercanía que ella bien conoce y que conlleva siempre un “fuerza, compañera” que opaca al sin-sentido-alguno “Cobos Presidente”, que no tiene pies ni cabeza. Detalle no menor: cuando Cris terminaba de hablar, los cánticos de los militantes eran variados, incluían la ley de medios, la asignación, planes a futuro (como el Plan 2020 que para ese año planea acabar con el desempleo, es decir, reducirlo al 5% que es el desempleo frugal de todo capitalismo), etc. Es decir, lo que se hizo y lo que se está por hacer. Cuando algún opositor solitario tenía ganas de apoyar a su candidato, se gritaban cosas como “Vamo’ Alfonsín” y listo, cric, cric. Sin proyectos, sin creatividad, sin amor y sin alegría. Eso sí que es un frente para la derrota. En fin, para terminar, hoy fue uno de esos días en los que uno obtiene una dosis fuera de lo común de todo aquello que hace que nos decidamos a militar donde militamos. Y con más ganas. Yo no sé si la fe mueva montañas. Yo sólo sé que a mí me mueve Cristina, con sus discursos y con sus actos. Porque lo cortés no quita lo valiente y porque ella es para mí un modelo de vida y de mina trabajadora, fuerte, inteligente, sensible en esa dosis perfecta, luchadora. Tan presidenta coraje. Y quizá tuve que esperar todo lo que esperé para hablar tan a calzón quitado, tan personalizadamente.
1. Terminar de preparar todas las fotocopias para el curso de inglés –medio libro en cuatro horas- porque rindo el 11 de marzo y siento que el tiempo vuela.
2. Terminar de armar las primeras fotocopias que yo voy a usar con los chicos (adolescentes y pre-púberes que no saben qué hacer con su vida) la semana que viene, aunque empecé a trabajar hoy.
3. Acordarme de todos los compromisos que las variadas militancias nos ofrecen, desde un acto a las 9 en el centro (despertándome a las 7.49 porque me quedé dormida y con una hora de viaje de por medio) hasta una reunión de Junta Departamental de Carrera el domingo a la tarde (¿mate, bizcochuelo? Las pelotas, los domingos ya no son lo que eran, y ni te cuento el sábado a la tarde).
4. Preparar lo más mínimo indispensable para el sábado, que encima este 5 de marzo es especial porque tenemos una reunión importante con funcionarios de la municipalidad de Alte. Brown –resabio duhaldista, si lo hay-, seguida de fiesta de casamiento de una persona muy querida por todos los integrantes de este blog.
5. Acto de lanzamiento de una agrupación que recién empieza y en la que me metí porque me gustan los problemas, no existe otra explicación, que es mañana a la noche y al cual tienen que concurrir cien personas como mínimo. Esto es grave porque yo tengo menos nivel de socialización que una ameba post-mortem.
6. Hacer la mesa dulce para el casamiento mentado, lo cual igualmente se recibe con mucho amor y alegría.
7. Terminar de leer la lista de libros para el verano.
8. Hacer muchas gelatinas con forma de rosa este fin de semana
9. Asistir, ya no a actos, sino a reuniones de dos horas, dos horas y media de duración pero a una hora y media de viaje desde casa.10. No sigo enumerando porque el resto le toca a Porthos que anda igual que yo o a Aramis, si quiere volver, como Norte, que ya no existe (no quiero decir que ése sea el destino de Aramis). Es decir, ETCÉTERA. Además, huelga decir que este año es electoral y nosotras militamos en La Cámpora. Saquen sus conclusiones…y que todavía no empezamos a cursar la facultad…
Y en el medio, no tengo plata para ningún plan porque cobro en abril. Es decir, como dijo mi jefa en diciembre el año pasado: QUIERO QUE BASTA. En marzo.
Igualmente, soy hija del rigor, me gusta el trajín enloquecedor de mi vida y de Buenos Aires y amo lo que amas, yo te amo. Estresada pero feliz y siempre più avanti.
Para cerrar, el acto de inauguración de las sesiones del congreso (paradójicamente). Porque yo me quejo de mi “agenda”, pero no quiero pensar en la de Cris.
Cristina dijo lo que tenía que decir, fue emotivo y serio, con muchos datos útiles e indiscutibles y con la cercanía que ella bien conoce y que conlleva siempre un “fuerza, compañera” que opaca al sin-sentido-alguno “Cobos Presidente”, que no tiene pies ni cabeza. Detalle no menor: cuando Cris terminaba de hablar, los cánticos de los militantes eran variados, incluían la ley de medios, la asignación, planes a futuro (como el Plan 2020 que para ese año planea acabar con el desempleo, es decir, reducirlo al 5% que es el desempleo frugal de todo capitalismo), etc. Es decir, lo que se hizo y lo que se está por hacer. Cuando algún opositor solitario tenía ganas de apoyar a su candidato, se gritaban cosas como “Vamo’ Alfonsín” y listo, cric, cric. Sin proyectos, sin creatividad, sin amor y sin alegría. Eso sí que es un frente para la derrota. En fin, para terminar, hoy fue uno de esos días en los que uno obtiene una dosis fuera de lo común de todo aquello que hace que nos decidamos a militar donde militamos. Y con más ganas. Yo no sé si la fe mueva montañas. Yo sólo sé que a mí me mueve Cristina, con sus discursos y con sus actos. Porque lo cortés no quita lo valiente y porque ella es para mí un modelo de vida y de mina trabajadora, fuerte, inteligente, sensible en esa dosis perfecta, luchadora. Tan presidenta coraje. Y quizá tuve que esperar todo lo que esperé para hablar tan a calzón quitado, tan personalizadamente.
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