Afuera ya no existe, sólo adentro

Esta semana de abril fue una caja de emociones (no de sorpresas) para este pobre dementor. En primer lugar, vi el 50% de mis películas del BAFICI (la otra mitad la veo hoy). Cuando haya terminado con todos los Films haré la crítica correspondiente. Pero eso no es lo más importante.
TERMINÓ CONTRA LAS CUERDAS, la serie de Canal 7 a la noche (que ahora será reemplazada por la tira que protagonizarán Flor Peña y el Puma Goity, Sr. Y Sra Camas), con De La Serna –papurri- y Sole Fandiño, que nos sorprendió a todos “con un papel diferente”, querida Federica Pais, presentadora por excelencia de la TV pública. Capitulazo. La última imagen de Ezequiel y Ana, el boxeador entrerriano y la piba de barrio que quiere ser periodista y da clases de literatura en la cooperativa barrial del conurbano (lugar genérico, digamos), era casi para un afiche político, como los de Néstor y Cristina. Gran serie, color Buenos Aires, un poco gris de autopista, un poco impura, de parada de colectivos múltiples, con los papeles en la calle, medio sucio y muy transitado, por trabajadores, por comerciantes, por gente real. Y Eze, que dejó a sus dos hijos en Entre Ríos, con su mujer Lili (la genial Manuela Pal), llega a esta cruenta provincia, donde nadie conoce a nadie y no se puede confiar en el que tenés al lado. Pero entre tanto mito (con)urbano, aparece Hugo, el papá de Ana, el vecino Carnaghi (que se merece un premio “Hombre más capo del Mundo – 2011”), que le da una mano al boxeador que huye de sus miserias –de todo tipo- y viene a convertirse en boxeador profesional (40 peleas invictas en el circuito under del interior). El hermano de Ezequiel, Lucho, es un infeliz más, también venido a comerse el mundo en esta Buenos Aires y que terminó en un taller mecánico, finalmente, choreando autos para vender las partes en desarmaderos (por no contar en lo que se metió después). Lucho, enamorado de Ana, no es correspondido, pero al final termina con una piba de barrio, bien yegua pero querible, una pendeja que se juega el todo por el todo, doble o nada, Josefina. Lucho, el a partir de ahora adorado Maxi Ghione, es un buen pibe, apuntalado por su hermano mayor, que se manda una que otra cagada (por ejemplo, se enamora de Ana también). Y así estaban, cortos de plata, metidos en quilombos hasta las pelotas, enamorados de la misma mujer, Anita, que lo elige al Eze (como le decía Lili). Una gran serie, buena musicalización –ver título de artículo-, buena filmación. Un poco Okupas, quizá. En el conurbano hay de todo: amor, miedo, gente pesada que te mete un tiro por la espalda y buena gente también, humilde y no tanto, de todos lados. Felicitaciones por ese final y por esos 3500 espectadores que se fueron a disfrutarlo en el Gran Rex. Chapeaux. Balance final 4 “Sócrates es un gato”.


Y para finalizar esta semana de emociones fuertes, debo decir que, además de haberse cumplido 32 años de Grondona en el poder de la AFA (más Padrino que Sarmiento, el personaje de Mario Alarcón –GRANDE, MAESTRO- en Contra las cuerdas), mi mamá compró un teléfono inalámbrico dúo, así que, lectores, llámenme porque estamos todos emocionados por la adquisición. ¡Cómo es la vida! Un día se acaba una telenovela y al otro día nace un nuevo artefacto en un hogar. ¡Será de Dios!


Material extra. Hoy, escribe en HND el columnista invitado E.W., alias “el sintético”.


Contra las Cuerdas, 2011

A favor:

-Ambientación popular.
-Carnaghi. “Un campeón. Está bueno”.
-De la Serna es un troesma (sic)
-Hay boxeo.
-Relación Lucho-mafia barrial. Muy buena actuación del gordo y de la Turca, especialmente.

En contra:

-No hay boxeo. Es decir, no le dan tanta bola como podrían porque se fueron por las ramas amorosas. Para el macho argentino que quiere sangre, sudor y lágrimas, nos quedamos con gusto a poco. (nota femenina dementora: NO ENTENDISTE NADA)
-Ana está mucho más buena de lo que se mostró durante la serie (ver saludo en el Gran Rex)
-Faltó Francella
-No se le dio bola a un aspecto fundamental del conurbano: el fulbo.
-Faltó pope político. FALTÓ DUHALDE.

Balance final: de cinco “Dejáme ser Darín”, le doy un 3. No se compara con MDQ.


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