Carlitos Way

Como no puedo soportar la depresión que me genera ver que lo último subido al blog data del 18 de abril (casi, casi el mes anterior), tengo que hacer algo al respecto. Lo primero que se me ocurrió es comentar la mala suerte que tengo de justamente haber ido a dar con una alumna que se refiere a Cristina como “la gran señora”. Justo a mí, será de dios. Pero como ya desahogué mis penas en un mail que le mandé al Toro, no tengo ganas de escribir algo tan deprimente que pone en evidencia el grado de lavado de cerebro que nos recuerda cuánto 678 le falta a algunas personas. Peeeero, no. No voy a contarles nada de Soledad.

Después pensé comentar una remera que tenía puesta el otro día un chico en el subte B que decía "Macri vago" y mostraba el logo de la ciudad de Buenos Aires aunque un poquito modificado: el barquito, tan simpático, se estaba hundiendo. Obviamente, una remera amarilla y negra. Hundiendo BSAS. Grande, pa. Aunque si sólo comentaba este evento fortuito, la verdad es que la entrada iba a tener gusto a poco. Entonces, mientras leía sobre el proceso de hominización, escuchaba, como quien no quiere la cosa, el maravilloso programa de Carlitos Ullanovsky, Reunión Cumbre, que va todos los sábados a las 15hs en Radio Nacional (flor de radio, por cierto). ¡Qué programa, maestro! Un hombre, de más está decir, de radio; un animal de radio. Veamos de qué se trata.

El programa es una charla distendida entre diversas personas (cambiantes cada sábado) que no necesariamente se conocen entre sí. Hoy estaban Wainrach, Rep, Sorín y Dibinskiy(el dueño de La Flor). Una charla eexcepcional -muchas recomendaciones respecto de la última peli de Sorín, El gato desaparece-, con el genio de Carlos que sabe preguntar, hoy por hoy, toda una ciencia (lo que Majul aún no comprende). Es como un living de alguna casa a la que concurren personas interesantes y que encima son recibidas por un buen anfitrión, en este caso, transmitiendo desde la Feria del Libro -RECOMENDABLE ESTE AÑO, por demás-. Para colmo, después del programa (cuyo título viene como anillo al dedo a su contenido) viene el grande de Apo, que une literatura y fútbol y encima de una manera amena, entretenida y difundible. Ambos programas reciben hermosos llamados por parte de los oyentes porque generan justamente lo que reciben (será que no hay otra norma, nada se pierde, todo se transforma): calidez. Carlitos también tiene unos cuantos libros escritos sobre la radio (target principal a perseguir cuando se acerca el cumpleaños de mi madre, por ejemplo), que para todo aquel que escucha la radio y es asiduo oyente suelen ser muy ricos y atrapantes (como los dientes de Jairo). Así que en este gris sábado, le mando un abrazo a Carlos (hoy en particular, gracias por Rep, al que adoro), y le dedico esta vuelta al blog que acaba con la vergüenza de más de diez días de sequía. Otra que Hilary Duff en La nueva Cenicienta. Pero sin quedarme en la particularidad de estos dos programas, cuyos conductores engrandecen más aún, debo dar una ovación de pie, querido Porthos, a la radio pública en general (tanto como a la televisión) que ha avanzado y evolucionado de una manera prodigiosa, y lo dice alguien que desde pequeña ha mamado sus emisiones.

Así que desde HND, un 10.000 "Sócrates es un gato" (¿o deberíamos elegir una nueva clasificación para programas radiales, como por ejemplo 10.000 "La radio está re buena"?) para toda la radio pública pero sobre todo para Carlitos y su Reunión Cumbre. Congrats!




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