Hay los que luchan toda la vida
“Cada 14 de mayo, fecha nacional, la capital paraguaya se vestía de gala para contemplar el desfile militar que conmemoraba un nuevo aniversario de la independencia. En 1839 se celebró el último presidido por el doctor Francia; el domingo 20 de septiembre de 1840, a la una de la tarde, falleció el verdadero líder de la revolución independentista del Paraguay. Todavía muerto, el Dictador daba ejemplo de honestidad y desinterés, dejando acumulados en la Tesorería estatal 36.564 pesos de sus sueldos sin cobrar. Significativamente, los únicos objetos personales de algún valor que poseía eran las armas y los libros. Los funerales se realizaron el día 22 y fueron muestra de duelo popular. Asunción se llenó de miles de campesinos, provenientes de todos los rincones del país, que acudieron a la capital para acompañar al Dictador hasta su última morada.
[…] el gobierno del Dictador Supremo –como suele denominarse al doctor Francia- fue un régimen radical, calificados por algunos de ‘jacobino’, que expulsó del poder a la oligarquía exportadora criolla y a la burocracia peninsular, estableciendo un férreo control estatal sobre el comercio y la economía, impidiendo la libre penetración del capital y las manufacturas extranjeras y garantizando, por encima de todo, la soberanía nacional. Francia, además, expropió los bienes de muchos grandes estancieros y de la Iglesia; las tierras arrebatadas a los latifundistas y al clero fueron repartidas entre los campesinos desposeídos o se integraron a las Estancias de la Patria, fundos agropecuarios del Estado.[…]
El paternalismo del doctor Francia en sus relaciones con las masas campesinas y su política igualitarista […] eran objetivamente un obstáculo al proceso de desarrollo capitalista, pues no permitían la acumulación privada de capital y la formación de la burguesía. Quizás por esta razón, el modelo de sociedad propugnado por Francia, sin duda el más avanzado de América Latina en la primera mitad del XIX, no era más que una utopía.”
Sergio Guerra Vilaboy (Departamento de Historia de la Universidad de La Habana)
A menos de dos horas de los 200 años de la independencia paraguaya, mi abrazo, el abrazo de HND al pueblo guaraní, que tanto se lo debemos. FELIZ BICENTENARIO.

[…] el gobierno del Dictador Supremo –como suele denominarse al doctor Francia- fue un régimen radical, calificados por algunos de ‘jacobino’, que expulsó del poder a la oligarquía exportadora criolla y a la burocracia peninsular, estableciendo un férreo control estatal sobre el comercio y la economía, impidiendo la libre penetración del capital y las manufacturas extranjeras y garantizando, por encima de todo, la soberanía nacional. Francia, además, expropió los bienes de muchos grandes estancieros y de la Iglesia; las tierras arrebatadas a los latifundistas y al clero fueron repartidas entre los campesinos desposeídos o se integraron a las Estancias de la Patria, fundos agropecuarios del Estado.[…]
El paternalismo del doctor Francia en sus relaciones con las masas campesinas y su política igualitarista […] eran objetivamente un obstáculo al proceso de desarrollo capitalista, pues no permitían la acumulación privada de capital y la formación de la burguesía. Quizás por esta razón, el modelo de sociedad propugnado por Francia, sin duda el más avanzado de América Latina en la primera mitad del XIX, no era más que una utopía.”
Sergio Guerra Vilaboy (Departamento de Historia de la Universidad de La Habana)
A menos de dos horas de los 200 años de la independencia paraguaya, mi abrazo, el abrazo de HND al pueblo guaraní, que tanto se lo debemos. FELIZ BICENTENARIO.

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