Los que tienen en qué ocupar oficialmente su tiempo -léase, Atos o el ya declarado desaparecido bajo una pila de libros de Gilles Deleuze Darth Vader-, van a la facultad, trabajan, tienen una vida interesante. Los demás, o sea, Porthos y quien suscribe, buscamos desesperadamente en qué pensar. Porthos se unió a una página de series británicas y en este preciso momento debe estar viendo el documental de cómo construir tu propio sable láser en 3 sencillos pasos. Yo, en cambio, me dedico a tomar sopa de arroz, seguir gente en Twitter, leer libros que ya sé cómo terminan, escuchar Sky Larkin y globalmente ser patética. Y, ocupación que últimamente me tiene bastante entretenida, investigar a la gente que me cae más o menos bien para decidir si me caen del todo. Mientras investigaba a Daniel Tognetti para decidir si lo banco (nota aclaratoria: sí. A muerte),un día vi en 6, 7, 8 a un santafesino que no cautivó mi atención inmediatamente porque estaba sentado a la derecha del padre, id est, Ed...
Clarín no te lo va a mostrar. Vení, pebete, te lo mostramos nosotros. En los días previos al mundial, en mi familia hubo un serio debate. El disparador fue que yo acepté tener clase durante el partido debut de Argentina en el mundial. Me acusaron de gorila. Yo dije que no me molestaba el mundial, pero lo que sí me molestaba era la actitud de "no sos mundialista, sos un hijo de puta" porque después de todo, más allá de lo popular que es el fulbo, en el ' 78 también se gritaron goles y todos conocemos las varias complicidades que ha tenido la FIFA y los varios aspectos de Sudáfrica que el mundial no sacude al ritmo de waka waka. El problema es que no me expresé tan moderadamente, así que me siguieron acusando de gorila hipócrita. No todos somos Tomás Abraham, o como diría mi amigo personal Aníbal Fernández, "no es lo mismo una chica caprichosa que una choza chica en Capri". Los mundiales que viví, los viví con más o menos entusiasmo, al igual que cualquier evento...
Seguramente, durante estas últimas semanas, la oleada de suicidios (egoístas) debe haber aumentado un 300%. Y no se asombre, lector sobreviviente, porque es difícil pasar tantos días sin leer nada de nuestra maravillosa prosa cibernética. Es decir, QUÉ ES LA VIDA DESPUÉS DE HND. ¿Es un frenesí, Calderón? ¿Cualquier bien es pequeño? Quizá la vida sea sueño, pero HND le pone tanto hard rock que es como una bisagra, un antes y un después. Pero, como dice Arjona, no hay mal que dure cien años ni idiota que lo soporte, así que, desesperados lectores, aquí vuelve el verano y con él, todo el calor de esta vida que no nos alcanza (y no es una metáfora). Semanas complicadas, mucho calor, refresca por las noches así que si salís temprano, la vuelta a casa esperando el Bondi con el vientito en contra es un bajón. En resumidas cuentas, unas semanas del orto. Y cada día, cuando llegás a tu casa en busca del bálsamo que te saque de la rutina aplastadora, te das cuenta que los dementores soretes que...
hay muchos hombres hermosos en este mundo. y lo digo viendo una foto de Alain Delon de joven. VIVA LA HUMANIDAD.
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