Hay amores
No, no estoy muerta. Y éste no es mi espectro que vuelve desde la ultratumba para escribirles, queridos lectores. Pero la vida imprevisible siempre nos guarda una carta que desencaja nuestros actos más cotidianos. SE ME ROMPIÓ LA COMPUTADORA. Sí, lo sé, una tragedia horrorosa. Pero aquí estamos –técnico de por medio-, de vuelta en el ruedo. No hay mal que dure cien años.
Me pregunté con qué podía volver. Y al principio creí que lo mejor sería hablarles de la nueva serie de Telefé que está haciendo furor (y generando dolores de cabeza a Suar), Graduados. En verdad, merece un artículo porque está muy bien actuada y es sumamente dinámica (Nancy Duplaá volvió con tutti y está super natural en el papel de Loli Falsioni y Daniel Hendler…es Daniel Hendler, i.e. un capo). Pero no. No voy a reseñar ninguna novela (último momento: volvió Betty, la fea a Canal 9 y todos rememoramos tiempos pasados). No voy a reseñar libros tampoco (tengo para comentar uno del Detection Club de Londres que se me muere más de uno). Tampoco reflexionaré sobre aros (conseguí unos, querido Porthos, que son maravillosos, una mezcla entre lo glamoroso y lo kitsch pero con estilo, livianos y vistosos, oscuros y brillosos, en fin, un mensaje que dice: soy puro misterio). HOY voy a hablarles sobre mi disco de 120 temas latinos-pop-románticos que mi madre querida me regaló, luego de haberlo comprado en el tren de Suárez. ¡Viva Hispanoamérica!
Siempre me gustaron las canciones de amor. Será que soy tan poco romántica que tengo que compensar con los amores imposibles de las películas de Almodóvar y los boleros o con las herederas de esa tragedia amorosa latina que hoy se encarna en estas canciones que hablan de traiciones, perdones, amores infartantes e intensos, desdichas y huidas. No voy a mencionar los 120 temas (además, no todos valen la pena) pero sí quiero que pensemos y sintamos juntos a estos nuevos cantantes (y ni tanto) de este siglo XXI que nos atraviesa y al que atravesamos cada día de nuestras vidas. Aquí comienzo.
Un clásico es Ale Sanz. ¿Quién no conoce “Corazón partido”? ¿Quién no lo escuchó alguna vez, con esa voz ronca y un poco melancólica? Bajo el lema motivador que es “una que sepamos todos”, empiezo con este cantautor español (que hizo una bella versión de “La quiero a morir” con Jarabe de Palo). Y en este gran CD gran tengo tres temas básicos: “A la primera persona”, “Mi soledad y yo” y una que me fascina, “Quiero morir en tu veneno”. ¡Fíjense los títulos, cibernautas! Son una maravilla de los descorazonados por el amor traicionero, en este caso, de mujeres que se van sin volver jamás, rompiendo promesas de amores exclusivos y hasta eternos. Ale Sanz, sumido en la más sincera desesperación, se larga con la primera que se le aparezca, o al menos, así amenaza, porque ya no tiene más esperanza y su soledad y él no se llevan nada bien. Ale Sanz, que nos grita, mientras se deshace por dentro, que ya no puede vivir de ilusiones, y que sólo se consuela con morir en el veneno que mana de la piel de ella y de él, juntos. Quiero morir en tu veneno, beberlo de tu piel y de mi piel. Qué fuerte. Aquí, un fragmento ilustrativo de este momento (¿cursi?):
Tú y yo en mi habitación
La oscuridad, nuestra canción
Y ya soy feliz
Eres la inspiración
Tú creas y eres creación
[…]
Ven, te daré todos mis sueños
Que vivo de ilusiones
Y así no sé vivir
Si aunque no quiera pienso en ti
El fuego en que me quemo
Quiero morir en tu veneno
Beberlo de tu piel y mi piel
[…]
Tú
Tan perfecta, sólo tú
Producto de mi imaginación
Por ti pierdo la razón
Ven a romperme de deseo
Quiero morir en tu veneno
Sin ti no sé vivir
Sufro más sin tu sufrir
Quémame en tu fuego
Quiero morir en tu veneno
Beberlo de tu piel y mi piel
Qué momento. Cuando escucho estos temas me siento como Virginia Lago (¡ídola!) en la presentación de las películas del corazón que se transmiten en Telefé a la tarde. Pero sigamos, amigos míos, con estas canciones de amor (que cada vez son más tristes, querido Sabina). Porthos me confesó que le gustaba “Fuego de noche, nieve de día” del renovado Ricky Martin. Y no podemos dejar afuera “Vuelve” que es sencillamente perfecta. Aunque también estén “Tu recuerdo” o la tierna “Lo mejor de mi vida eres tú” que es más optimista (y dice “…si me regalan el futuro no lo quiero sin ti”). Un fragmento ilustrativo del hombre sufriente.
Algo me dice que ya no volverás
Estoy seguro que esta vez no habrá marcha atrás
Después de todo fui yo a decirte que no
Sabes bien que no es cierto
Estoy muriendo por dentro
Y ahora es que me doy cuenta que sin ti no soy nada
He perdido las fuerzas, he perdido las ganas
He intentado encontrarte en otras personas
No es igual, no es lo mismo
Nos separa un abismo
Vuelve, que sin ti la vida se me va
Vuelve, que me falta el aire si tú no estás
Vuelve, nadie ocupará tu lugar
Sobra tanto espacio si no estás
No paso un minuto sin pensar
Sin ti la vida lentamente se me va
Y para Porthos, con todo cariño.
Antes de que empiece a amanecer
Y vuelvas a tu vida habitual
Debes comprender que entre los dos
Todo ha sido puro y natural
Tú, loca manía
Has sido mía sólo una vez
Dulce ironía
Fuego de noche, nieve de día
Luego te levantas y te vas
Él te está esperando como siempre
Luces tu sonrisa más normal
Franca pero fría como nieve
Tú, loca manía
Has sido mía sólo una vez
Dulce ironía
Fuego de noche, nieve de día
Y mientras yo me quedo sin ti
Como un huracán
Rabioso y febril
Tanta pasión, tanta osadía
Oh, tú
Fuego de noche, nieve de día
Noche a noche
En blanco, sin dormir
Ardo entre los pliegues de mi cama
Sé que estás a punto de venir
Pero sólo viene la mañana
¡Maravilloso! ¿No se lo imaginan al pobre muchacho sufriendo en la cama, solo? Una cama gigante para él, tan solitario, triste, como un huracán pero que debe sofocarse porque si no, hasta podría morir de tristeza. ¡Qué bárbaro! Un aplauso de pie para el Ricky, nomás.
Hay otros cantantes que quizá no nos digan mucho en lo personal. Digo, crecimos con Ricky y Ale, y diría Arjona, que también está pero al que ya le he dedicado otros artículos y casi todo mi cariño. Pero ahora voy a hablar de uno que ni pincha ni corta aparentemente, o al menos eso creía yo, y que se me antoja ahora fundamental como parte de este disco espectacular. Con ustedes, Luis Fonsi, un hombre más sensible, que hace un recorrido interno, que intenta respirar y gritar para no morirse de las palabras que quedan clavadas dentro. Mi favorita, “Yo no me doy por vencido” (que empieza como un bar, con una guitarra tipo mariachi light).
Me quedo callado
Soy como un niño dormido
Que puede despertarse con apenas sólo un ruido
Cuando menos te los esperas
Cuando menos lo imagino
Sé que un día no me aguanto y voy y te miro
Y te lo digo a los gritos
Y te ríes y me tomas por un loco atrevido
Pues, no sabes cuánto tiempo en mis sueños has vivido
Ni sospechas cuánto te nombré
Yo, yo no me doy por vencido
Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena
Esperar, esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso
No me rindo
No me doy por vencido
Tengo una flor de bolsillo
Marchita de buscar una mujer que me quiera
Y reciba su perfume hasta traer la primavera
Y me enseñe lo que no aprendí de la vida
Que brilla más cada día
Porque estoy a tan sólo un paso de ganarme la alegría
Porque el corazón levanta una tormenta enfurecida
Desde aquel momento en que te vi.
Espectacular. ¡Yo quiero un mundo contigo! Esa frase es mi favorita. Un hombre que roza la desesperación pero que a su vez no tira la toalla y sigue conservando la esperanza, pase lo que pase. Punto para Luis que dice “las palabras tienen filo y a mí nadie me ha prohibido gritar”.
Pero no dejemos de ser cursis, se los pido. Ahora que me embalo, no puedo parar. Y vuelvo a la lista de reproducción y elijo: Enrique Iglesias. ¿Cuál es el tema? Digo, EL tema. No es el único pero a su vez lo es. Sí, damas y caballeros. “Experiencia Religiosa”, per tutti voi.
Un poco de ti para sobrevivir
Esta noche que viene fría y sola
Un aire de éxtasis en la ventana
Para vestirme de fiesta y ceremonia
Cada vez que estoy contigo
Yo descubro el infinito
Tiembla el suelo
La noche se ilumina
Y el silencio se vuelve melodía
Y es casi una experiencia religiosa
Sentir que resucito si me tocas
Subir al firmamento prendido de tu cuerpo
Es una experiencia religiosa
Es una experiencia religiosa
Contigo, cada instante, en cada cosa
Besar la boca tuya merece un aleluya
Vuelve pronto, mi amor
Te necesito
Porque esta noche tan honda me da miedo
Necesito la música de tu alegría
Para callar los demonios que llevo dentro
Cada vez que estoy contigo
Ya no hay sombra ni peligro
Las horas pasan mejor entre tus brazos
Me siento nuevo y a nada le hago caso.
Genialidad en bruto. Es decir, ¿qué diferencia hay entre este amor tan sentido y la efervescencia colectiva de la que habla Durkheim? Ninguna. Este tema presenta al amor casi como un exorcismo, de todo lo malo y lo feo, como el descubrimiento del infinito. De fondo, el coro in crescendo tipo iglesia. Pura magia y mística amorosa que no podemos dejar en el olvido. Aunque recomiendo temas del Quique como “Ayer” o “Enamorado por primera vez”.
¿Y por qué no incluir una mujer? Pienso en dos: Noelia y Rosana. Estilos diferentes (muy). Noelia es una especie de mezcla entre Marcela Morelo y Gilda y Rosana es única. Es un amor picarón y un poco tierno pero que sabe poner los puntos sobre las íes cuando es necesario. Con la primera mujer, tenemos el temazo “Tú”. Con Rosana hay por lo menos dos: “SI tú no estás aquí”, reversionado mil veces; y el genial “Contigo”. Vamos con Noelia primero. Pura adicción, un amor casi enfermizo.
En mi mente estás
Como una adicción
Que se siente dulce, tierna y natural
Pasas el umbral de mi intimidad
Llegas hasta el fondo de cada rincón
Me tienes aquí
Como quieres tú
Vienes y desplazas a mi soledad, me vas atrapando
En mi mente estás,
Palpitando a mil
Y verte a mi lado es mi necesidad
El dejarte ir o decir adiós
Es morir en vida
Es negarme a mí
Que mi libertad se termina en ti
Y sentirte cerca de nuevo es saber
Que te estoy amando
Tú
Y de nuevo tú
Dejas que naufrague justamente en ti
Tú
Mi locura, tú
Me atas a tu cuerpo, no me dejas ir
Y tú,
Adherida a ti
Entre cada átomo, entre cada célula
Vives tú
Tú
Todo lo llenas tú
Que vienes y pasas como un huracán
Tú
Total y pleno, tú
Te has vuelto mi fuerza y mi talismán
Tú
Silente y sutil
Entre cada átomo, entre cada célula
vives tú.
Vas creciendo en mí,
Es inevitable
Caigo en tu mirada, soy tan vulnerable
Desprendes la luz de cada palabra
Te has vuelto mi espada tras cada batalla
Descubrí el amor al llegar a ti
Y caigo de nuevo en esta confusión
Que te estoy amando.
[…]
Y es que has hecho de mí
Lo que tú quieres, lo que sientes
Lo que has deseado
A tu sexo, a tus ganas
A tu entorno, a tus afectos
Tú me has moldeado
Y en todo vives tú.
Qué increíble. Se me agotan los adjetivos para describir la fuerza arrasadora de este tema. Es una canción que anula la individualidad de ella, que se pierde y se deshace, rompiendo todo su universo cuando ese hombre aparece allí, como si no hubiese nada más. En todo vive él, que es pleno y total, casi como Dios, que traspasa el umbral de su intimidad (¡!). Y retomamos así los boleros más clásicos que siempre equiparan el amor con la religión, con las experiencias religiosas. Pero dejemos a esta mujer moldeada al cuerpo del hombre y a sus deseos huracanados para pasar a la tierna Rosana. Y cada cual elija si desea un amor mortal, un amor veneno y de fuego o un amor paloma.
Toda la sal
Todo el azúcar
Todo el vino
Toda mi vida
Sólo deseo vivirla contigo
Toda la luz
Todo el oscuro
Todo lo que escribo
Todo el camino
Ardo en deseos de andarlo contigo
Con tu amor siento calma
A la orilla del río
Tu calor se me agarra y me llena hasta el alma
De luz y rocío
Con tu amor siento ganas
En los cinco sentidos
Y me llevas tan lejos que apenas recuerdo de dónde he venido
Todo el calor
Todas las nubes
Todo el frío
Toda la lluvia
Ardo en deseos de mojarme contigo
Todo el amor
Todo el recuerdo
Todo lo que olvido
Todo el silencio
Se hace canción
Soñando contigo
Y encima la voz de Rosana que es “arropa y miel”. Con la guitarra suave, casi como mecedora. Y así vamos flotando. Pero antes de irme quiero hacer mención especial a un tema que canta Mana con Prince Royce. Se llama “El verdadero amor” y me fascina. Hablemos, señores, de perdón.
Tienes todos los espacios
Inundados de tu ausencia
Inundados de silencio
No hay palabras, no hay perdón
Tú me tienes olvidado
No respondes al llamado
No oyes, entierras la palabra
Me condenas a la nada
No me entierres sin perdón
Mira, corazón, que es el engaño
Se revierte y hace daño
Se revienta en el aire como pompas de jabón
¿Cómo pude haberte yo herido,
Engañarte y ofendido?
Alma gemela, no te olvido
Aunque me arranque el corazón
Ay, el rencor
Que nos envenena
Nos hace daño
Aunque no regreses, corazón
Has de perdonarme
El verdadero amor perdona
No abandona
No se quiebra
No aprisiona
No revienta como pompas de jabón
Un error es algo humano
No justifica la traición
Los amantes verdaderos se comprenden
Se aman y se olvidan del rencor
La noche empieza a amotinarse
De sueños rotos y el dolor
Y me revuelco en esta cama
Aferrándome a la nada
Implorando tu perdón
Mira, corazón
Cómo te extraño
Pasan días, pasan años
Y mi vida se revienta como pompas de jabón
¿Cómo pude haberte yo herido,
Engañarte y ofendido?
Alma gemela, no te olvido
Aunque me arranque el corazón
¡Cómo me gusta esta canción! La idea de que el amor no aprisiona. O de que el rencor envenena y se revierte, haciendo daño. El amor verdadero no se quiebra.
Y aquí estamos, luego de otra jornada, de canciones de amor, traición y perdón, casi como una película de Almodóvar. Hay un poco de locura en todo esto, un poco de pasión. Aquí no hay amor pacato. Pero de nuevo Arjona se me presenta como el gurú de los amores: el amor tiene firma de autor en las causas perdidas. Y aquí, en este CD bien latino tenemos la prueba máxima que lo ratifica. No quiero agobiar a la audiencia pero me han faltado muchas cosas (¡Marco Antonio Solís!). Tal vez en algún futuro retome el tema. Por ahora, los dejo quizá sufriendo, aprisionados o quebrados. O quizá con la esperanza del amor venidero. Un amor que sea como el rayo que no cesa. The special one. El que se destaca, el único. El que nos canta Franco de Vita: entre tanta gente, sólo importas tú, hasta el punto que a mí mismo se me olvida que también existo; sólo importas tú, da igual si tengo todo o nada: sólo importas tú.
Me pregunté con qué podía volver. Y al principio creí que lo mejor sería hablarles de la nueva serie de Telefé que está haciendo furor (y generando dolores de cabeza a Suar), Graduados. En verdad, merece un artículo porque está muy bien actuada y es sumamente dinámica (Nancy Duplaá volvió con tutti y está super natural en el papel de Loli Falsioni y Daniel Hendler…es Daniel Hendler, i.e. un capo). Pero no. No voy a reseñar ninguna novela (último momento: volvió Betty, la fea a Canal 9 y todos rememoramos tiempos pasados). No voy a reseñar libros tampoco (tengo para comentar uno del Detection Club de Londres que se me muere más de uno). Tampoco reflexionaré sobre aros (conseguí unos, querido Porthos, que son maravillosos, una mezcla entre lo glamoroso y lo kitsch pero con estilo, livianos y vistosos, oscuros y brillosos, en fin, un mensaje que dice: soy puro misterio). HOY voy a hablarles sobre mi disco de 120 temas latinos-pop-románticos que mi madre querida me regaló, luego de haberlo comprado en el tren de Suárez. ¡Viva Hispanoamérica!
Siempre me gustaron las canciones de amor. Será que soy tan poco romántica que tengo que compensar con los amores imposibles de las películas de Almodóvar y los boleros o con las herederas de esa tragedia amorosa latina que hoy se encarna en estas canciones que hablan de traiciones, perdones, amores infartantes e intensos, desdichas y huidas. No voy a mencionar los 120 temas (además, no todos valen la pena) pero sí quiero que pensemos y sintamos juntos a estos nuevos cantantes (y ni tanto) de este siglo XXI que nos atraviesa y al que atravesamos cada día de nuestras vidas. Aquí comienzo.
Un clásico es Ale Sanz. ¿Quién no conoce “Corazón partido”? ¿Quién no lo escuchó alguna vez, con esa voz ronca y un poco melancólica? Bajo el lema motivador que es “una que sepamos todos”, empiezo con este cantautor español (que hizo una bella versión de “La quiero a morir” con Jarabe de Palo). Y en este gran CD gran tengo tres temas básicos: “A la primera persona”, “Mi soledad y yo” y una que me fascina, “Quiero morir en tu veneno”. ¡Fíjense los títulos, cibernautas! Son una maravilla de los descorazonados por el amor traicionero, en este caso, de mujeres que se van sin volver jamás, rompiendo promesas de amores exclusivos y hasta eternos. Ale Sanz, sumido en la más sincera desesperación, se larga con la primera que se le aparezca, o al menos, así amenaza, porque ya no tiene más esperanza y su soledad y él no se llevan nada bien. Ale Sanz, que nos grita, mientras se deshace por dentro, que ya no puede vivir de ilusiones, y que sólo se consuela con morir en el veneno que mana de la piel de ella y de él, juntos. Quiero morir en tu veneno, beberlo de tu piel y de mi piel. Qué fuerte. Aquí, un fragmento ilustrativo de este momento (¿cursi?):
Tú y yo en mi habitación
La oscuridad, nuestra canción
Y ya soy feliz
Eres la inspiración
Tú creas y eres creación
[…]
Ven, te daré todos mis sueños
Que vivo de ilusiones
Y así no sé vivir
Si aunque no quiera pienso en ti
El fuego en que me quemo
Quiero morir en tu veneno
Beberlo de tu piel y mi piel
[…]
Tú
Tan perfecta, sólo tú
Producto de mi imaginación
Por ti pierdo la razón
Ven a romperme de deseo
Quiero morir en tu veneno
Sin ti no sé vivir
Sufro más sin tu sufrir
Quémame en tu fuego
Quiero morir en tu veneno
Beberlo de tu piel y mi piel
Qué momento. Cuando escucho estos temas me siento como Virginia Lago (¡ídola!) en la presentación de las películas del corazón que se transmiten en Telefé a la tarde. Pero sigamos, amigos míos, con estas canciones de amor (que cada vez son más tristes, querido Sabina). Porthos me confesó que le gustaba “Fuego de noche, nieve de día” del renovado Ricky Martin. Y no podemos dejar afuera “Vuelve” que es sencillamente perfecta. Aunque también estén “Tu recuerdo” o la tierna “Lo mejor de mi vida eres tú” que es más optimista (y dice “…si me regalan el futuro no lo quiero sin ti”). Un fragmento ilustrativo del hombre sufriente.
Algo me dice que ya no volverás
Estoy seguro que esta vez no habrá marcha atrás
Después de todo fui yo a decirte que no
Sabes bien que no es cierto
Estoy muriendo por dentro
Y ahora es que me doy cuenta que sin ti no soy nada
He perdido las fuerzas, he perdido las ganas
He intentado encontrarte en otras personas
No es igual, no es lo mismo
Nos separa un abismo
Vuelve, que sin ti la vida se me va
Vuelve, que me falta el aire si tú no estás
Vuelve, nadie ocupará tu lugar
Sobra tanto espacio si no estás
No paso un minuto sin pensar
Sin ti la vida lentamente se me va
Y para Porthos, con todo cariño.
Antes de que empiece a amanecer
Y vuelvas a tu vida habitual
Debes comprender que entre los dos
Todo ha sido puro y natural
Tú, loca manía
Has sido mía sólo una vez
Dulce ironía
Fuego de noche, nieve de día
Luego te levantas y te vas
Él te está esperando como siempre
Luces tu sonrisa más normal
Franca pero fría como nieve
Tú, loca manía
Has sido mía sólo una vez
Dulce ironía
Fuego de noche, nieve de día
Y mientras yo me quedo sin ti
Como un huracán
Rabioso y febril
Tanta pasión, tanta osadía
Oh, tú
Fuego de noche, nieve de día
Noche a noche
En blanco, sin dormir
Ardo entre los pliegues de mi cama
Sé que estás a punto de venir
Pero sólo viene la mañana
¡Maravilloso! ¿No se lo imaginan al pobre muchacho sufriendo en la cama, solo? Una cama gigante para él, tan solitario, triste, como un huracán pero que debe sofocarse porque si no, hasta podría morir de tristeza. ¡Qué bárbaro! Un aplauso de pie para el Ricky, nomás.
Hay otros cantantes que quizá no nos digan mucho en lo personal. Digo, crecimos con Ricky y Ale, y diría Arjona, que también está pero al que ya le he dedicado otros artículos y casi todo mi cariño. Pero ahora voy a hablar de uno que ni pincha ni corta aparentemente, o al menos eso creía yo, y que se me antoja ahora fundamental como parte de este disco espectacular. Con ustedes, Luis Fonsi, un hombre más sensible, que hace un recorrido interno, que intenta respirar y gritar para no morirse de las palabras que quedan clavadas dentro. Mi favorita, “Yo no me doy por vencido” (que empieza como un bar, con una guitarra tipo mariachi light).
Me quedo callado
Soy como un niño dormido
Que puede despertarse con apenas sólo un ruido
Cuando menos te los esperas
Cuando menos lo imagino
Sé que un día no me aguanto y voy y te miro
Y te lo digo a los gritos
Y te ríes y me tomas por un loco atrevido
Pues, no sabes cuánto tiempo en mis sueños has vivido
Ni sospechas cuánto te nombré
Yo, yo no me doy por vencido
Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena
Esperar, esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso
No me rindo
No me doy por vencido
Tengo una flor de bolsillo
Marchita de buscar una mujer que me quiera
Y reciba su perfume hasta traer la primavera
Y me enseñe lo que no aprendí de la vida
Que brilla más cada día
Porque estoy a tan sólo un paso de ganarme la alegría
Porque el corazón levanta una tormenta enfurecida
Desde aquel momento en que te vi.
Espectacular. ¡Yo quiero un mundo contigo! Esa frase es mi favorita. Un hombre que roza la desesperación pero que a su vez no tira la toalla y sigue conservando la esperanza, pase lo que pase. Punto para Luis que dice “las palabras tienen filo y a mí nadie me ha prohibido gritar”.
Pero no dejemos de ser cursis, se los pido. Ahora que me embalo, no puedo parar. Y vuelvo a la lista de reproducción y elijo: Enrique Iglesias. ¿Cuál es el tema? Digo, EL tema. No es el único pero a su vez lo es. Sí, damas y caballeros. “Experiencia Religiosa”, per tutti voi.
Un poco de ti para sobrevivir
Esta noche que viene fría y sola
Un aire de éxtasis en la ventana
Para vestirme de fiesta y ceremonia
Cada vez que estoy contigo
Yo descubro el infinito
Tiembla el suelo
La noche se ilumina
Y el silencio se vuelve melodía
Y es casi una experiencia religiosa
Sentir que resucito si me tocas
Subir al firmamento prendido de tu cuerpo
Es una experiencia religiosa
Es una experiencia religiosa
Contigo, cada instante, en cada cosa
Besar la boca tuya merece un aleluya
Vuelve pronto, mi amor
Te necesito
Porque esta noche tan honda me da miedo
Necesito la música de tu alegría
Para callar los demonios que llevo dentro
Cada vez que estoy contigo
Ya no hay sombra ni peligro
Las horas pasan mejor entre tus brazos
Me siento nuevo y a nada le hago caso.
Genialidad en bruto. Es decir, ¿qué diferencia hay entre este amor tan sentido y la efervescencia colectiva de la que habla Durkheim? Ninguna. Este tema presenta al amor casi como un exorcismo, de todo lo malo y lo feo, como el descubrimiento del infinito. De fondo, el coro in crescendo tipo iglesia. Pura magia y mística amorosa que no podemos dejar en el olvido. Aunque recomiendo temas del Quique como “Ayer” o “Enamorado por primera vez”.
¿Y por qué no incluir una mujer? Pienso en dos: Noelia y Rosana. Estilos diferentes (muy). Noelia es una especie de mezcla entre Marcela Morelo y Gilda y Rosana es única. Es un amor picarón y un poco tierno pero que sabe poner los puntos sobre las íes cuando es necesario. Con la primera mujer, tenemos el temazo “Tú”. Con Rosana hay por lo menos dos: “SI tú no estás aquí”, reversionado mil veces; y el genial “Contigo”. Vamos con Noelia primero. Pura adicción, un amor casi enfermizo.
En mi mente estás
Como una adicción
Que se siente dulce, tierna y natural
Pasas el umbral de mi intimidad
Llegas hasta el fondo de cada rincón
Me tienes aquí
Como quieres tú
Vienes y desplazas a mi soledad, me vas atrapando
En mi mente estás,
Palpitando a mil
Y verte a mi lado es mi necesidad
El dejarte ir o decir adiós
Es morir en vida
Es negarme a mí
Que mi libertad se termina en ti
Y sentirte cerca de nuevo es saber
Que te estoy amando
Tú
Y de nuevo tú
Dejas que naufrague justamente en ti
Tú
Mi locura, tú
Me atas a tu cuerpo, no me dejas ir
Y tú,
Adherida a ti
Entre cada átomo, entre cada célula
Vives tú
Tú
Todo lo llenas tú
Que vienes y pasas como un huracán
Tú
Total y pleno, tú
Te has vuelto mi fuerza y mi talismán
Tú
Silente y sutil
Entre cada átomo, entre cada célula
vives tú.
Vas creciendo en mí,
Es inevitable
Caigo en tu mirada, soy tan vulnerable
Desprendes la luz de cada palabra
Te has vuelto mi espada tras cada batalla
Descubrí el amor al llegar a ti
Y caigo de nuevo en esta confusión
Que te estoy amando.
[…]
Y es que has hecho de mí
Lo que tú quieres, lo que sientes
Lo que has deseado
A tu sexo, a tus ganas
A tu entorno, a tus afectos
Tú me has moldeado
Y en todo vives tú.
Qué increíble. Se me agotan los adjetivos para describir la fuerza arrasadora de este tema. Es una canción que anula la individualidad de ella, que se pierde y se deshace, rompiendo todo su universo cuando ese hombre aparece allí, como si no hubiese nada más. En todo vive él, que es pleno y total, casi como Dios, que traspasa el umbral de su intimidad (¡!). Y retomamos así los boleros más clásicos que siempre equiparan el amor con la religión, con las experiencias religiosas. Pero dejemos a esta mujer moldeada al cuerpo del hombre y a sus deseos huracanados para pasar a la tierna Rosana. Y cada cual elija si desea un amor mortal, un amor veneno y de fuego o un amor paloma.
Toda la sal
Todo el azúcar
Todo el vino
Toda mi vida
Sólo deseo vivirla contigo
Toda la luz
Todo el oscuro
Todo lo que escribo
Todo el camino
Ardo en deseos de andarlo contigo
Con tu amor siento calma
A la orilla del río
Tu calor se me agarra y me llena hasta el alma
De luz y rocío
Con tu amor siento ganas
En los cinco sentidos
Y me llevas tan lejos que apenas recuerdo de dónde he venido
Todo el calor
Todas las nubes
Todo el frío
Toda la lluvia
Ardo en deseos de mojarme contigo
Todo el amor
Todo el recuerdo
Todo lo que olvido
Todo el silencio
Se hace canción
Soñando contigo
Y encima la voz de Rosana que es “arropa y miel”. Con la guitarra suave, casi como mecedora. Y así vamos flotando. Pero antes de irme quiero hacer mención especial a un tema que canta Mana con Prince Royce. Se llama “El verdadero amor” y me fascina. Hablemos, señores, de perdón.
Tienes todos los espacios
Inundados de tu ausencia
Inundados de silencio
No hay palabras, no hay perdón
Tú me tienes olvidado
No respondes al llamado
No oyes, entierras la palabra
Me condenas a la nada
No me entierres sin perdón
Mira, corazón, que es el engaño
Se revierte y hace daño
Se revienta en el aire como pompas de jabón
¿Cómo pude haberte yo herido,
Engañarte y ofendido?
Alma gemela, no te olvido
Aunque me arranque el corazón
Ay, el rencor
Que nos envenena
Nos hace daño
Aunque no regreses, corazón
Has de perdonarme
El verdadero amor perdona
No abandona
No se quiebra
No aprisiona
No revienta como pompas de jabón
Un error es algo humano
No justifica la traición
Los amantes verdaderos se comprenden
Se aman y se olvidan del rencor
La noche empieza a amotinarse
De sueños rotos y el dolor
Y me revuelco en esta cama
Aferrándome a la nada
Implorando tu perdón
Mira, corazón
Cómo te extraño
Pasan días, pasan años
Y mi vida se revienta como pompas de jabón
¿Cómo pude haberte yo herido,
Engañarte y ofendido?
Alma gemela, no te olvido
Aunque me arranque el corazón
¡Cómo me gusta esta canción! La idea de que el amor no aprisiona. O de que el rencor envenena y se revierte, haciendo daño. El amor verdadero no se quiebra.
Y aquí estamos, luego de otra jornada, de canciones de amor, traición y perdón, casi como una película de Almodóvar. Hay un poco de locura en todo esto, un poco de pasión. Aquí no hay amor pacato. Pero de nuevo Arjona se me presenta como el gurú de los amores: el amor tiene firma de autor en las causas perdidas. Y aquí, en este CD bien latino tenemos la prueba máxima que lo ratifica. No quiero agobiar a la audiencia pero me han faltado muchas cosas (¡Marco Antonio Solís!). Tal vez en algún futuro retome el tema. Por ahora, los dejo quizá sufriendo, aprisionados o quebrados. O quizá con la esperanza del amor venidero. Un amor que sea como el rayo que no cesa. The special one. El que se destaca, el único. El que nos canta Franco de Vita: entre tanta gente, sólo importas tú, hasta el punto que a mí mismo se me olvida que también existo; sólo importas tú, da igual si tengo todo o nada: sólo importas tú.
De tan romanticón que se puso todo tengo que hacer unas confesiones. Cuando estaba en 5to grado, me hice un cassette de temas que me gustaban (sacados de la radio...ejem ejem) para escuchar en el walkman antes de ir a dormir y uno de mis favoritos era "Tú" de Noelia, que al día de hoy sigue siendo un temón, sépanlo. Mi verso favorito era "que vienes y que pasas como un huracán", a los 10 años creía que ASÍ tenía que ser el amor. Yyyyy.... aunque siempre me gustó "Fuego de noche, nieve de día" (!esa letra! Lorca se muere de envidia), una vez en algo que se parecía a una cita (!), el caballero que estaba conmigo me contó que le encantaba y que cuando se bañaba a la mañana cantaba siempre ese tema. No contento con provocarme un ataque de risa, PUSO EL TEMA que tenía guardado en el celular y lo cantó. MOMENTO MEMORABLE.COM
ResponderEliminar¿Cuándo ocurrió el momento memorable?
ResponderEliminarY como dice Shakira, si es cuestión de confesar, yo también grababa cassettes de las radios (particularmente de la 100) pero para escuchar cuando yo quisiera porque me molestaba ese no-control aleatorio de la radio FM.
Gracias por comentar un artículo tan largo. Me emociona, reitero, que tu hermana haya leído otros también.
Me siento como Calamaro cuando regresa y canta con Bersuit en el Luna,creo. Amen.
ESTÁN HABLANDO DE MI???
ResponderEliminarSoy absolutamente FANS de ustedes, me entrego en cuerpo y alma y leo todos los posts, CORTOS Y LARGOS! Y chequeo permanentemente mi reader para ver si hay algo nuevo.
Muy bueno el programa, sigan así, un saludo a todos los que me conocen!