Churros para todos y todas

Lectores: hay algo que me aqueja. Si observamos la revista OhLalá o la previa en la alfombra roja de los Martín Fierro, pareciera que para ser un macho argentino hay que tener un rol protagónico en una ficción de Telefe o Canal 13 (o no), tener barba y ser -sin dar más rodeos- un pelotudo. Esos muchachitos prefabricados tipo Luciano Castro (sólo me acordaba del nombre de pila y el vello facial, tuve que googlear el apellido), Gonzalo nosécuánto y Ludovico Di Santo (¿quién sos?) inundan las notas de actualidad que muestran las giras patéticas que los actores y actrices y seres indescriptibles dan por los locales de ropa los fines de semana para manguear un descuento. Podría hablar de Juan Darthes, Sebastián Estevanez o Facundo Arana pero esos señores se ganaron los lugares que ocupan. A mí los que realmente me indignan son estos peludos (sí, peludos) que prolongan su adolescencia hasta entrados los 40 años à la Nicolás Cabré, usan jeans tiro bajo para desmayar hombres y mujeres con sus abdominales de plástico y musculosas blancas escote en V con camisas de leñador. Yo no entiendo qué puede tener de atractivo un papanatas cuyo único mérito es mascar chicle en televisión de aire, pero o bien mi libido es muy particular -cosa que dudo- o bien hay grupos económicos interesados en poner a estos pantristes en lugares de prominencia que no les corresponden -esta es la reedición del "Clarín miente" pero con sueños mojados y omóplatos, ¿capisce?-.


Como yo soy una militante de pe a pa, hoy voy a dar la batalla cultural en el ámbito de los chongos. Para eso me voy a servir de una fuente de churros (prepárense para todas las metáforas gastronómicas) que todos y todas los habitantes del suelo argentino conocen: canal 7, la TV pública. Vamos por orden de horario.


-Juan Braceli de Cocineros Argentinos:

Todos tenemos ciertos clichés. En mi caso,  es el vínculo que establezco entre el gran apetito y la virilidad. Los tipos que comen como pajaritos me deprimen. Por eso, si normalmente para mí ver a un hombre atractivo comer es un gran momento eróossssstico, lo único que lo supera es ver a ese mismo hombre cocinar. La autosuficiencia es HOT. Juan a primera vista parece un chico de BAFICI (perdón, lo tenía que decir) pero a medida que lo conocés ves que nada lo apasiona tanto como un chimichurri. Ahora tiene un look medio posmo, a mi parecer su mejor momento fue cuando estaba un poquito excedido de peso (hay que decirle no a la carne magra). Sus cejas tienen DNI propio, pero eso es parte de su encanto. Un tipazo que de cena romántica te lleva a comer un bondipan en Costanera. Ideal para un amor de verano o para casarte y tener hijos (como si no estuviera uno tan lejos del otro, ¿no?).

(Sé que es injusto no mencionar a Nicolás Pauls ahora que está en Vivo en Argentina, pero es vegano, ¿qué onda con eso?)

-La muchachada de Con Sentido Público:

 

Voilà Alfredo Zaiat con pinta de delegado de colectiveros (la libreta en el bolsillo me entibia el corazón). Yo tengo un serio problema con los tecnicismos de la economía en general y en especial con todo lo que alude a los tipos cambiarios. Si un hombre me puede esclarecer cómo funciona el mercado cambiario, manifestar su punto de vista sobre las políticas públicas de control del dólar  y meter chistes al mismo tiempo, ME GANÓ. ¿Estás buscando un marido insoportable y quisquilloso pero absolutamente encantador? Lo encontraste, y no es Daniel Hendler en una película de Burman (ya sé que duele saberlo, pero son personajes de ficción). No sé si mi carne es tan débil frente a Alfredo, pero es un tipo con el que me encantaría compartir asados de domingo y cenas de sábado multitudinarias en el otoño de mi vida y pensar para mis adentros cuánto me hubiera gustado tener un hombre así al lado. Un amor platónico, pero amor al fin.



Hola Martín Jáuregui. Amo a Jáuregui. Alegró horas de mi vida con Estudio País 24 y Estudio País: el Juego del Bicentenario (hasta hoy el mejor programa de la historia de la televisión argentina), los únicos programas de preguntas y respuestas que me hicieron llorar de risa (como cuando Miriam de Formosa mandó el tiramisú al estudio) y de tristeza (cuando Badía hizo su último programa, ni quiero hablar del tema). Durante meses, mis tardes se llenaron de ambición y desafío tratando de adivinar la LRI (LA RESPUESTA INMEDIATA) y la incógnita. Ni siquiera me enoja haber pasado horas en el Parque 9 de Julio de San Miguel de Tucumán buscando el monumento al sandwich de la milanesa que me prometiste, Martín, porque seguiste iluminando mi camino con joyas de la televisión como 60 años: cómo lo voy a olvidar y la transmisión en vivo de todas las fiestas patrias nacionales y populares desde el Bicentenario hasta acá. Cuando todo parecía perdido y el dolor de la enfermedad de Juan Alberto era demasiado para soportarlo, me sorprendiste otra vez. Te uniste a los panelistas de mi segundo programa favorito de Canal 7 (después de Estudio País, claro, porque el corazón ignora las anacronías): Con Sentido Público. Yo me sentía incrédula hasta que te vi ahí, sentado al lado de Federica, y sentí en mis huesos el mismo calor que antes.  Se enoja como un viejo mañoso y se ríe como un pibe (además de que es IGUAL a mi sobrino Leónidas, como pudo identificar Bruno). Lo mejor es que cada vez que tiene la oportunidad hace un chiste sobre las tetas de las mujeres con las que conduce, pero sin ser asqueroso. Y por último, ¿mencioné que es amigo de Juan Alberto Badía? Imagináte tener a ese pedazo de historia caminante en el civil felicitándote. Yo me casaría con cualquiera a cambio de la presencia de Juan Alberto. En síntesis: Jáuregui, nunca me faltes. 



Todos dediquemos un minuto a suspirar por José Natanson, la última adquisición del programa. Esta es la clase de tipos que me gustan en serio. Un tipo con el que sentarme a charlar para terminar discutiendo a los gritos sobre la estrategia comunicacional del gobierno nacional. En sus peores momentos, José parece un progresista más. En los mejores, alienta el avistaje de tetas y escribe libros (excelentes, por cierto) sobre los economistas del establishment y los presidentes de la "nueva izquierda" latinoamericana. Si sus camisas de politólogo y su análisis casi quirúrgico de las cumbres iberoamericanas no son suficientes para derretir tu corazón, escuchá cómo pronuncia la "erre" y se te caen las medias. Aunque todavía no sabe qué hacer con sus manos cuando habla por televisión, en Canal 7 lo visten mejor que cuando en CN23 le ponían esos trajes que le quedaban grandes de hombres, acentuando toda su besheza con sacos de pana. Aunque hay muchas cosas en las que no estamos de acuerdo (la Coordinadora de Alfonsín no se parece a la Cámpora), hay algo en este caballero que me hace querer decirle al oído tantas cosas preciosas que estoy sintiendo por él. Si conoce la canción de Antonio Ríos que acabo de parafrasear, lo decreto un chongazo. Si no, no pasa nada. 


Siento que debería dedicarle un párrafo a Osvaldo Quiroga, pero no sé si catalogarlo como churro. Como bien dijo Bruno: amo que sea tan garca. 


-Pedro Brieger, ciudadano del mundo e ícono de Visión 7 Internacional:



Acá está Pedro en Plaza de Mayo preocupado por la actualidad en el Medio Oriente. Uno de mis sueños más íntimos es tener un 0800-Brieger al que llamar cada vez que pasa algo que no entiendo. Él es el brillante sociólogo que nos explicó qué corno era la primavera árabe y por qué tenía poco y nada que ver con las amapolas. Los pocos sábados al mediodía que paso en casa miro V7 Internacional y pongo toda mi energía en adivinar la incógnita. (Hace unas semanas la adiviné, gracias César Aira por ser tan fácil de reconocer.) Un hombre que te puede seducir con poesía afgana (no, no es un chiste sobre heroína) no tiene reemplazo. La cita ideal con Pedro: acercáte al horno del Medio Oriente, la panadería de Juan de Garay y Alberti que vende esas cositas deliciosas con almendras y pistachio y almíbar (sólo me acuerdo del dedo de novia, las demás no las conozco por nombre), compráte una bandejita y comé hasta chuparte el almíbar de los dedos. Mientras, que Pedro te cuente el drama de ser el sociólogo más sensual de la República Argentina.

Estos son los machos de la no-ficción de Canal 7, próximamente nos dedicaremos a los amores ficcionales (Sbaraglia y Peretti: los estoy mirando a ustedes). Te ofrecí un cocinero, un economista, un periodista, un politólogo y un sociólogo. Todos brillantes y bellísimos. Si de ahora en más, te siguen gustando los peludos analfabetos, no digas que no te di otra opción.  

Comentarios

  1. Tres cosas:

    1. GRAN ARTÍCULO. Además, sumamente necesario: Cabré, te odio.

    2. JUAN BRACELI CON VOS ME CASO.

    3.Odio el nuevo formato para subir entradas tanto como a Lanata.

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