Fala-me de amor
Las novelas brasileras son las mejores de Latinoamérica. Y voy a generalizar. Y no me jodan. Pero hoy no voy a hablarles, queridos lectores, de tal o cual novela en sí, además porque las que estuve viendo en realidad son viejas ya y sólo representan momentos de alegría de mi pasado frente al televisor. Pero hoy no es el día para el cajón de los recuerdos, tantas veces abierto en este cálido espacio. Hoy les quiero hablar de amor y matarlos de la risa. Hoy les quiero hablar de la música de las telenovelas de nuestro hermano país.
La música sugestiona. O si no, pregúntenle a Barney, el mejor personaje de How I met your mother, y a su cinta para subir los ánimos. La música es parte de lo que vemos, es parte del paisaje, como quien dice, y funciona como alerta para los televidentes que esperan ese momento de tensión, ese momento romántico, ese momento de revelación emotiva. Todos estamos atentos no ya a las imágenes sino a esa sinestesia que nos pone la piel de gallina en el momento justo, con el timing preciso que los profesionales de turno tanto piensan y repiensan. La música es parte del personaje al cual se asocia. Por eso, no es menor que cuando Tóbías descubre lo linda que es Mariquinha suene esa bella canción que es la que abre este artículo. Porque, a decir verdad, ¿quién puede negarse a Milton Nascimento? ¿Quién puede negarse a sentir que todas esas canciones son para uno? ¿Quién puede negarse a tener miedo de perder lo que uno siente dentro del pecho? Les regalo no ya una rosa que encontré en el camino, sino 'Outro lugar'.
Cê sabe que as canções são todas feitas pra você
E vivo porque acredito nesse nosso doido amor
Não vê que tá errado, tá errado me querer quando convém
E se eu não tô enganado acho que você me ama também
E vivo porque acredito nesse nosso doido amor
Não vê que tá errado, tá errado me querer quando convém
E se eu não tô enganado acho que você me ama também
Ya empieza bien. Un ritmo que no es extático pero tampoco es melancólico. Un ritmo que es para enamorarse, con ese amor del bueno del que siempre nos habla Benedetti, vaya cosa buena. Pero esperen a la primera estrofa del estribillo:
Amor eu gosto tanto, eu amo, amo tanto o seu olhar
Andei por esse mundo louco, doido, solto com sede de amar
Igual a um beija-flor, que beija-flor,
De flor em flor eu quis beijar
Por isso não demora que a história passa e pode me levar
Andei por esse mundo louco, doido, solto com sede de amar
Igual a um beija-flor, que beija-flor,
De flor em flor eu quis beijar
Por isso não demora que a história passa e pode me levar
Romántico, tranquilizador, hasta simpático. Esta canción suena en Cabocla (La Mestiza), la excelente novela que veía con mi abuela cuando volvía del colegio a casa. Tobías, un hombre rudo de campo, sensual y salvaje, indómito pero en el fondo apaixonado, no correspondido por quien él cree que es el amor de su vida, descubre en la joven profesora Mariquinha al amor del bueno. Ella es dulce, bondadosa, estudiada, culta, fina, delicada como una flor, con una piel tersa y blanca que parece de mentira. Y está enamorada de este hombre que no la registra desde el principio de los principios. Lucha, no se rinde, pero sin maldad, porque ella no conoce esos términos. Se mueve entre aulas en el Brasil rural de Villa da Mata, a fines del siglo XIX, ayudando a los más desprotegidos, dando clases a adultos analfabetos que no tuvieron posibilidad de ir a la escuela de niños. Y cuando están juntos, a medida que uno devora los capítulos, Milton nos dice:
E eu não quero ir, não posso ir pra lado algum
Enquanto não voltar
Não quero que isso aqui dentro de mim
Vá embora e tome outro lugar
Enquanto não voltar
Não quero que isso aqui dentro de mim
Vá embora e tome outro lugar
Y ésta es la primera de las canciones que quiero darles. Porque es un amor que no tiene igual, tan lindo, tan sufrido, con tantos palos en la rueda y sin embargo, triunfal. ¿Cómo seguir adelante? Pues bien, sin salir de esta novela de época (las mejores producciones de Brasil, sin duda), les regalo la canción de Zezé di Camargo & Luciano que nos motiva cuando vemos juntos a Neco y a Belinha. Les regalo 'Nosso amor é ouro'.
Nosso, amor é ouro jóia rara de se ver
É chuva de sonhos
Coloridos com prazer
Somos o desejo e a paixão nós somos um querer
É chuva de sonhos
Coloridos com prazer
Somos o desejo e a paixão nós somos um querer
Música ligera y sumamente alegre. Como la pareja que ilustra. Neco es un joven emprendedor e intrépido que es hijo de un importante hacendado político de la zona y además es hermano de Mariquinha. Pero el padre de Neco odia al padre de Belinha por ser enemigos políticos, entonces el amor de este hombre (bello) y de la joven profesora (también) es imposible y ellos sufren como nunca, con enredos casi adolescentes, pero siempre con una pasión que nos invade desde el comienzo. Y ella corretea con Ritinha por los campos para ver a su amado y pensar que el amor que ellos tienen es fuerte, es diamante y es oro.
Nosso amor é sangue
Coração!
Sonho que eu jamais
Quero acordar
Apaixonadamente
Apaixonados
Como o peixe e o mar
Coração!
Sonho que eu jamais
Quero acordar
Apaixonadamente
Apaixonados
Como o peixe e o mar
Somos a semente e o chão
Somos como a arca e o tesouro
Nosso amor é forte
É diamante
Nosso amor é ouro
Somos como a arca e o tesouro
Nosso amor é forte
É diamante
Nosso amor é ouro
Muito bonito. Como la sonrisa de ambos cuando se ven a escondidas en los límites menos transitados de sus haciendas. Pero esta novela de época no es la única. Dentro de la misma línea, aún más seria y con mayor compromiso social, está Sinha Moça. Aquí, no me centraré en los revolucionarios y abolicionistas protagonistas sino en una pareja secundaria pero ni tanto, como suele ocurrir con estas novelas de estructura coral, que está compuesta por Raphael y Juliana, ambos actores de la anterior novela también. Él es el hermano de la protagonista principal (medio hermano, hijo de mismo padre pero de madre negra esclava). Siempre estuvo enamorado de su hermana pero después, ante la imposibilidad del incesto hasta en el más revolucionario de los revolucionarios, se da cuenta de lo imposible que eso es y decide volver pero para vengarse de su padre. Ese padre malvado, que maltrata a los esclavos y que parece tan inhumano como el mismo diablo. Vuelve Raphael, haciéndose pasar por Dimas, y entra como aprendiz de periodista en el diario local de ese semi-feudo que es la aldea en la que viven todos los personajes. Vuelve pero no cuenta con que su venganza, llena de odio y de potencial auto-destrucción, iba a ser puesta en segundo lugar, no sólo por un plan más ambicioso de liberar a los esclavos de las haciendas cafetaleras, sino por el amor de una mujer. Juliana es la nieta huérfana del periodista a quien Raphael ayuda y es tierna y dulce como la miel. Se enamora perdidamente de este hombre rústico y endurecido por las heridas de su pasado no tan pasado, como debe ser. Y poco a poco lo va envolviendo en sus brazos y se van meciendo juntos. Pero para que esto sea así, no podemos obviar esa belleza de canción de Oswaldo Montenegro que es 'Quando a gente ama', que es lo más dulce que se pueda imaginar esta ya empalagada audiencia.
Quem vai dizer ao coração,
Que a paixão não é loucura
Mesmo que pareça
Insano acreditar
Que a paixão não é loucura
Mesmo que pareça
Insano acreditar
Me apaixonei por um olhar
Por um gesto de ternura
Mesmo sem palavra
Alguma pra falar
Por um gesto de ternura
Mesmo sem palavra
Alguma pra falar
Meu amor,a vida passa num instante
E um instante é muito pouco pra sonhar
E um instante é muito pouco pra sonhar
Quando a gente ama,
Simplesmente ama
É impossível explicar
Quando a gente ama
Simplesmente ama!
Simplesmente ama
É impossível explicar
Quando a gente ama
Simplesmente ama!
La simpleza. La belleza de lo que se dice así, en dos palabras que todos podemos entender, como un lenguaje universal. Y de aquí, parto con ustedes, lectores, a la última canción de la jornada, ya en una novela situada a principios del siglo XX y que es una re-versión de la clásica fierecilla domada de Shakespeare. Catarina es una mujer rica, hija de banqueros, buena y bondadosa pero recubierta por espinas. Debajo de ellas, está la mujer dulce y luchadora pero que no pierde jamás esa delicadeza de la bondad, de la esperanza, de la convicción más pura. Ella es una mujer que no quiere que le digiten la vida, que la casen con el primer hombre que pase por ahí, que le digan cuántos hijos tener o si tiene que lavar o planchar. Ella quiere su vida, hacer su vida a su manera. Pero en un principio, Catarina lo único que hace es cerrarse a lo bonito, al amor sincero, a la alegría compartida por miedo, en parte, a salir herida. Aunque, claro está, no contaba con que Petruchio apareciera en su vida. Un hombre más rústico que el Tobías que primero describí; un hombre de campo, que se levanta con el alba para estar todo el día entre vacas y establos. Petruchio tampoco conocía el amor, así como tampoco sabía lo que era llorar por amor, o que el corazón latiese por la mirada de una mujer, por más fiera que sea. Y poco a poco, se van entendiendo, un poco a los golpes, un poco con caricias, un poco con palabras dulces, un poco con sonrisas y miradas cómplices. Tan bella es esta historia contada en O cravo e a rosa, que necesito darles esta canción que acompaña a nuestra pareja guerrera a lo largo de los capítulos. Belo nos regala 'Tua boca' y yo ahora hago lo propio con nuestra audiencia.
Mel, tua boca tem o mel
E melhor sabor não há
Que loucura te beijar
E melhor sabor não há
Que loucura te beijar
Céu tua boca tem o céu
Infinito no prazer
Toda vez que amo você
Infinito no prazer
Toda vez que amo você
Prepárense para emapalagarse al final (si es que no les ocurrió ya). Pero es la única manera de ingresar al fantástico mundo de las telenovelas, en este capítulo do Brasil. Hoy entramos a él no en la historia en sí, salvo por pequeños detalles, ni tampoco por la crítica; no entramos siquiera por la significación social que hay en cada una de estas novelas. Entramos por las palabras de amor que acompañan a estas parejas que luchan contra viento y marea. Entramos a través de ventanas que se abren en estos fragmentos de discurso amoroso. Y por eso cierro con esta estrofa de esta última dupla, con estos últimos versos, ésos que siempre vamos a necesitar oír, aunque más no sea en la penumbra de la habitación, mirando historias que parecen ajenas pero que acaban por pertenecernos. Esas palabras de amor que reconfortan, quizá porque en el fondo, deseamos que sean para nosotros. Esas palabras, que es lo único que puedo regalarles lectores. Pero como Petruchio cuando le regala la rosa a Catarina, yo no doy una ramo entero de flores, pero esa pequeña que doy, hoy aquí en estas torpes palabras, es del corazón. Y a mucha honra.
Meu amor as palavras
Que me diz
Eu preciso é sempre ouvir
Pra poder viver feliz
O teu sorriso tem a luz da sedução
Faz maior essa paixão
No encontro com você
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