El nombre del alfajor

En este blog solemos hacer reseñas: les hablamos a los lectores sobre películas, libros, maquillaje y todo tipo de actividades que puedan ser reseñadas. Pero hemos hecho poco hincapié en un tipo particular de reseña: la reseña de blogs. Así es: hasta hemos hablado de reuniones de bloggers, pero no tanto de nuestro material primario, medio, soporte y fin. En realidad, hoy, gracias a los aportes de E.W. quien ya ha participado de este maravilloso espacio, vengo a ofrecerle a la audiencia amada un blog ideal para el domingo. Porque hay que ser pertinente: no todo se lee todos los días. Aquí, en esta tarde-gris-en-la-ciudad-y-nadie-me-espera, les ofrezco no ya el mundo con todo lo que hay en él; sino, un submundo. Hoy, el mundo del alfajor. 

Reseñar no es algo sencillo. Es decir, uno tiene que tomarse el tiempo de aprehender lo que está reseñando. En el caso de http://losalfajores.blogspot.com.ar/, no es un mero comentario irrisorio que cualquiera de nosotros podría esgrimir mientras espera el 114. Es decir, podríamos pensar que el hecho de analizar y reseñar alfajores fuera un comentario descontextualizado y breve de lo que implica comerse un alfajor, lo cual no acontece en todos los países de este abigarrado mundo. Este blog, al que accedí hace unas horas, no es más que una forma ejemplificadora de reseñar. Así es como nos encontramos con varios reseñadores (alfajómanos) que toman diferentes alfajores y desde 2006 los reseñan de forma completa.No se quedan en "es rico" sino que nos explica si el sabor se condice con otros factores: lo que la publicidad dice de ellos, el precio, el packaging, el imaginario que se genera alrededor del alfajor. Lo que los epistemólogos clásicos dirían "historia externa". Además, por supuesto que abordan el problema en términos infraestructurales: qué pasa en sí mismo con ese alfajor (chocolate o cobertura, relleno existente o irrisorio, qué calidad tiene el dulce de leche y la galletita son preocupaciones recurrentes). Por supuesto que hay factores interesantes: qué pasa al promocionar un alfajor coreano (arista: exotismo). Ese caso es el último que apareció -mayo de 2013. O qué ocurre cuando la publicidad nos dice que MyUrban va a revolucionar el mercado del alfajor y luego nos quedamos a medio camino. Quizá un punto interesante, además de las imágenes ilustrativas, es que los reseñadores cuentan un poco el proceso de ir al kiosco y comprar el alfajor. O cómo les da ansiedad conseguir tal o cual marca. Esto es, desenmascarar el proceso por el cual se llega al puntaje final. Un ejercicio que mezcla docencia y honestidad intelectual. 

Yo misma peco al escribir este breve artículo. Es decir, no he leído tan bien el blog como para decir que puedo reseñarlo, pero sí quiero comunicar a los lectores el hecho de que éste existe y además invitarlos a leerlo y sacar sus propias conclusiones. Por eso, me abstengo de ponerle una calificación -aunque sería alta, dado que per se me parece original la temática y eso no siempre se halla. Sin embargo, quisiera ejemplificar un poco los procedimientos de los reseñadores. En el caso del alfajor coreano, el reseñador viaja para dicho país y trae una caja de alfajores. Ya de por sí el análisis parte del packaging y cuán atractiva es la caja. Detalle no menor, por ejemplo, a la hora de pensar en un regalo. 

"Me compré entonces una caja de 12 alfajores para traer de regalo a mis compañeros de oficina, y aprovecho para hacer una review de los mismos.

La marca de estos alfajores no aparece con nuestro alfabeto, asique por lo que puedo leer es Mongsuer o Mongsuel, que vaya uno a saber qué significa.

La caja de 12 es bastante colorida como pueden ver, llama bastante la atención.

Hasta aquí podría parecer un dato de color. Veamos cómo comienza el análisis del alfajor.

"Dentro de la caja, los alfajores estan sueltos, y el paquete tiene un colorido similar al de la caja, pero en papel metalizado y sellado.

Al abrirlo, ya se nota que la cobertura es un simple baño de reposteria de grosor picométrico, apenas lo suficiente para que no se vea la galletita. Es un alfajor de 32g, bastante liviano."

Es decir, no sólo es la envoltura, sino lo que nos ocurre cuando abrimos el paquete (la ilusión contrastada), el peso del alfajor, la cobertura y luego, por supuesto el relleno (clave la foto en este punto). En el caso de MyUrban, añade además que se siente el aroma al abrirlo, lo cual es un detalle que hace también al disfrute de la golosina. 

Por supuesto que siempre hay un detalle personal, más aún cuando hablamos de gastronomía. Así, por ejemplo, este reseñador aclara cuando para su gusto le falta o le sobra algo a algún componente (el licor que embebe la galletita, por caso). Pero más allá de estos detalles, el criterio parece ser similar. Luego se propone un puntaje cuyo máximo es cinco. Y una breve síntesis dividida en los ejes "lo mejor" y "lo peor". En el caso del alfajor coreano, fue la siguiente resolución:

"Puntuación: 1

Lo mejor: Lo exótico de decir “me comí un alfajor coreano”

Lo peor: el relleno ínfimo, la cobertura sin gracia." 

Por supuesto que hay algunas reseñas más complejas o completas (cómo explicar si no la foto del Teto Medina en la introducción de la crítica de MyUrban). Pero este breve ejemplo me permite introducir al lector a este portal que nos abre un sinfín de reseñas, útiles a la hora de sorprender al gringo amigo que no sabe lo que es. No podría darles todo masticado: que la audiencia, activa, busque su reseña. Por otro lado, en mi caso primó la novedad a la reflexión. Podremos ahondar en un futuro en más artículos u ofrecer una reseña más completa. Por lo pronto, me despido con este descubrimiento que debo a mi hermano. Y por supuesto, no podría haber escrito esto sin estar comiendo un Guaymallén (vara de comparación asidua en el blog reseñado).