Esto no puede ser nomás que una canción

Entonces tengo este amigo que me dice que está sobresaturado de canciones de amor. El comentario pasa, uno más. Pero me quedo pensando. Me quedo pensando en este día de sol, a pocas horas del comienzo de calendario de la primavera. Me quedo pensando en ese comentario tan inocente como sincero (ML no miente). Me quedo pensando mientras resuena "no habrá nadie en el mundo / que cure la herida que dejó tu orgullo / yo no comprendo que tú me lastimes / con todo, todo y el amor que tú me diste". Me quedo pensando qué es sobresaturarse de canciones de amor o con canciones de amor. En el momento, pensé en lo que dice Sabina: cada vez son más tristes las canciones de amor. Esos fragmentos del discurso amoroso que nos recuerdan lo infelices que podemos ser incluso con un corazón enamorado. "Mira que hizo falta tiempo / para andar en una playa, inventar una aventura". El tiempo que no tenemos para descifrar los ojos del otro está en cada letra. Es lo que queremos sentir, dijo una vez Julieta Venegas. Escucho estas canciones desde muy pequeña y sin embargo jamás me sentí sobresaturada. Quizás todo lo que no se vive allá fuera es lo que se compensa en un "A medio vivir" o en un simple "Te quiero". Quizás me quedé en casa cuando la verbena, como le canta Arjona a esa niña buena, resentido porque ella no quiere darle de comer a los sentidos. Me quedo en casa con un Hugh Grant que se cruza con el amor de su vida a la vuelta de la esquina y le vuelca el jugo sobre su camisa. ¿Sobresaturada? Jamás. Incluso cuando el amor tenga firma de autor en las causas perdidas. La pregunta es: ¿será contraproducente? ¿O está bien escuchar canciones que hablen de corazones crueles y fríos o que pidan más amor, por favor? ¿Quién me podría responder eso en realidad?

Siempre vuelvo a las mismas escenas, esas que hacen mella en uno, se encarnan y se quedan. Vuelvo a las escenas de mi querer, como quien dice. Y pienso en esos momentos sencillos del amor, como diría el Gitano. Pienso en ese maravilloso personaje de Ernesto Alterio en Vientos de Agua, cuando le dice a Valeria Bertucelli "quisiera querer a una mujer como tú, y no me sale, ¡coño!". Pienso en esas ganas de sentir que canta Ismael Serrano, actor de una película que pasó sin gloria y quizá con algo de pena por estas pantallas del otro lado del charco. Pienso en su mirada cuando la conoce a ella, Jazmín Stuart, en un bar. Es que no tiene por qué ser todo letra, todo cantar. Hay miradas, hay gestos, sonrisas. Como dice el personaje de Darín, "los ojos hablan". Pero termina sin poder sostenerle la mirada a ella, Soledad Villamil, diciendo "¿para qué hablan los ojos? Mejor que no digan nada". Y se ríen, sabiendo que no hay reloj que dé vuelta hacia atrás. Pienso en la canción que cantan juntos Víctor Manuel y Pablo Milanés y que habla de dos chicos jóvenes que viven en un hogar y que tienen algún tipo de retraso. Sus padres los abandonaron y ellos crecieron allí, cada cual con su camino que al final se cruza. Pero esa estrofa del final es el signo mismo quizá, un símbolo tal vez, o hasta un ícono del amor. 

En el comedor, se sientan separados a comer
si se miran bien, les corren mil hormigas por los pies
Ella le regala alguna flor
y él le dibuja en un papel algo parecido a un corazón
Sólo pienso en ti
Sólo pienso en ti

Pienso y más que pensar recuerdo (re-cordis, volver a pasar por el corazón), siento esos momentos, esos fragmentos amorosos, con o sin discurso. Entre ellos, esas mismas canciones que se escriben por lo general al borde del desasosiego. Sabina ya lo sabía: "oiga, doctor, que no escribo una nota desde que soy feliz". Pensar, recordar, sentir. ¿Sobresaturarse? Nadie puede sobresaturarse del amor, aunque parece que sí del discurso amoroso. Porque mi amigo tuvo como una sobredosis, para él "tira y afloja". Pero para mí una canción de amor es siempre una manera de querer sentir. Y no puedo sobresaturarme de un deseo. Me quedo pensando y vuelvo a recordar. Me doy cuenta entonces de que lo que busco en estas canciones es más que eso, como canta Silvio: quisiera fuera una declaración de amor. Y aunque yo no tenga a esa Yolanda a la que él le canta, tengo una idea del amor, que es lo que puede ser y lo que voy deseando. Y ahí comprendo por qué no me sobresaturo, una revelación, que siempre supe pero quizá inconscientemente. Quizás lo que espero en el fondo, pensando nuevamente en el cubano, es que al dar una canción finalmente de las sombras salgas tú.

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