Maybe Monday
Se acaba el lunes feriado. Un lunes con un poco de todo, desde el día de la lucha contra la violencia de género hasta la muerte de Ricardo Fort. Todos los fenómenos intermedios son infinitos, aunque parezca imposible. Se acaba el lunes feriado, con un horrible femicidio que nos recuerda por qué aún hay que salir a gritar "basta de violencia hacia la mujer". Se acaba el lunes feriado y Ligia Piro (la bella cantante e hija de Susana Rinaldi) me dice "odio quiero más que indiferencia porque el rencor hiere menos que el olvido" y yo le creo, porque coincido: sólo se odia lo querido. Un lunes que fue pura nube, calor, densidad, pijama. Hice tarjetas, grabé discos, preparé clases y hasta maté una cucaracha. Escuché música e imprimí cartas a escondidas de futuros cumpleañeros. Mandé mails y un par de inbox. Es como si hubiera estado en muchos lados sin salir de mi habitación. Escuché cantantes desconocidos y aprendí que hay grupos de notas musicales que se llaman "anacrusas". Las posibilidades del mundo virtual son asombrosas, y a medida que más me zambullo en él, más me fascina, más me encanta, y vuelvo a creer en lo ilimitado: una suerte de dios. No es raro que le teman, que auguren que todo va a estar perdido porque el ritmo vertiginoso actual nos va a llevar a la muerte temprana y sin sentido. No es raro, señores, pero sí me resulta absurdo (salvo que sea Harrison Ford en Blade Runner). Se acaba un lunes feriado, mañana hay que salir a trabajar, volver al ruedo y a la lucha, que es cruel y es mucha. Se acaba y yo sentí que tenía que atraparlo: me senté a escribirlo. Los feriados tienen una cosa que no puede faltar: su música. Los feriados son días de exploración y también de regresos. Así conocí una radio de jazz alemana llamada Tunein. Me hice una cuenta y escuhé a Milt Jackson en una bella versión de "Bring it home to me". También volví: volví a Ligia Piro y María Graña, de la mano de la radio. Volví a Buika como siempre y a canciones que había enterrado en las viejas carpetas de mi pen drive pegado al equipo de música, con el que me duermo y me despierto. Se acaba el lunes gris, que me dice que la gente que veo vive en soledad. Se acaba y yo aún con el pescado sin vender ,como decía mi abuela. Hay que recuperar las ganas, la energía (que es lo que más merma a fin de año) y la liviandad, que creo que es lo que sienten los brasileros que usan esas rompas blancas en Salvador de Bahía (desde niña presiento que ese lugar es el paraíso). Se acaba el lunes feriado y les dejo antes de despedirme la música del final, the beauty of the end.
Buena semana.
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