Love in the dark
Los detectives de las series -sobre todo las inglesas y estadounidenses- tienen otros dilemas en la vida si uno los compara con las personas comunes y corrientes. Quizá en esa pérdida de realidad reside su atracción: elevamos los casos por encima de lo que normalmente uno se entera que la policía resuelve (o propicia) y entonces debemos también elevar el nivel de los inspectores que protagonizan las historias. El caso más extremo será el de Sherlock Holmes, probablemente, sobre todo el reciente de Benedict Cumberbatch. Pero no es el único. Estos personajes tienen una inteligencia fuera de serie, tan por encima que las relaciones con otras personas se dificulta. La vida social de todos ellos, ante nuestros ojos, es deficitaria y disfuncional. Por momentos, uno envidia esa suprema astucia y empatía con el mundo del crimen que los lleva a la gloria de atrapar al malvado villano, incluso pasando por penurias personales y dilemas morales difíciles de afrontar. Los villanos de Sherlock son ...