El matrimonio igualitario [así le dicen los progres] y la tiranía de las mayorías

En este, mi bautismo en la blogósfera, paradójicamente me gustaría hablar de otro sacramento católico: el matrimonio. Y todo surgió a partir de este video.

Les recomiendo que lo vean, pero básicamente lo que hace es atacar el Matrimonio Homosexual [sí, el de los putos y tijereteras], al asociarlo con el afán del típico Porteño de decidir por todo el país. Ese discurso pelotudo de mediados del siglo XX, típico del nazismo de encontrar un enemigo gigante e inmoral y luego darle con todo me pone loco.

Ojo, esto me molesta de todos los ámbitos: tanto ahí como cuando la gente a favor del aborto usa la famosa frase: "Saquen sus rosarios de nuestros ovarios", como si toda la gente en contra del aborto fuera ferviente católica, como cuando muchos identifican ciegamente a otra gente como "apéndices de clarín y perfil.com". Es un elemento para evadir la discusión y descalificar al otro automáticamente como perteneciente a [o, mejor dicho, total dependiente de] una idea perversa que no lo deja pensar.

En esta circunstancia se utiliza el pensamiento unitario histórico de los porteños para atacar una ley de minorías. Y se ataca esa ley a través de un ataque a ese gigante perverso que es, en este caso, el ideario colectivo porteño.

No es casualidad que se usen dos típicos elementos discursivos que utilizaba Hitler en sus apariciones públicas: el ya dicho de identificar un pensamiento distinto con un enemigo alejado de toda ética, y el de la tiranía de las mayorías. Una vez, un amigo fielmente anarquista me dijo: "El problema de la democracia es el avasallamiento de los derechos individuales". Si bien con él tengo constantes enfrentamientos políticos [la mayoría en cuanto a las utopías, en lo concreto acordamos bastante], esto que me dijo me quedó picando mucho tiempo. En este caso, el argumento fielmente democrático para prohibir el matrimonio homosexual es que "Hagan un plebiscito y van a ver que la mayoría de la población está en contra". Además de lo que turba vivir en una sociedad tan fascista, la verdad es que, en el espíritu de la democracia, no se le puede discutir mucho. Y esto es la tiranía de las mayorías que llevó a la pureza racial en Alemania [entre otros "logros" que ha tenido].

Yo le pregunto a Liliana Negre de Alonso, la que en el video pide que se haga caso a lo que opina el pueblo directamente, qué opinaría si el 51% de la población porteña vota porque NO ENTRE NUNCA MÁS A LA CAPITAL. O si el 75% de la población kasaja vota por PONER TODOS SUS ESFUERZOS EN IR A BUSCARLA A LA CASA Y PONERLE UNA BALA ENTRE CEJA Y CEJA. Obviamente se va a quejar, y va a tener razón.

No quiero caer en hacer justamente lo que me quejo del resto: decir que estar en contra del matrimonio homosexual no es válido porque es parecido al del nazismo sería justamente identificar a la gente contra el matrimonio homosexual con un enemigo inmoral, etc. Simplemente es un análisis del discurso de mucha gente [al menos el de Lili], que parece que no se da cuenta de las conclusiones nefastas que puede tener ese pensamiento vacío de contenido y lleno de prejuicios.