Acabemos con las verdades clarinistas, id est, las mentiras: DIOS ES URUGUAYO. Sí, señor; sí, señora. Maradona no es Dios, mal que nos pese. Y me atrevo a ir más lejos: DIOS ES UN MÚSICO URUGUAYO QUE ESTUDIÓ MEDICINA Y VIVE EN MADRID. Supongo que sabrán, queridos lectores, de quién les hablo. Obvio, Jorge Drexler. Cómo será que, aunque ya tengo escrita la biografía inédita de Chuck Norris, primero, como una necesidad biológica, decidí publicar este artículo sobre la mejor noche tanto mía como de Aramis, e incluyo a los otros protagonistas, pongamos Gabi y Pablito (sí, Aramis, Gabi, porque no da poner el otro apodo que todos conocemos y menos después de haber hablado con ella por más de una hora mientras la anfitriona, ejem, dormía). Cómo será que, para que vean la magnitud del evento, en medio del recital, le mandé un mensaje al Toro diciendo “estoy al borde del orgasmo”. Maravilloso. Dejaré que la audiencia querida sea partícipe de tanta efervescencia colectiva durkheniana, ya que ade...