Gracias Néstor

Los amorosos vienen por ti, callan porque les faltas. Y desde que partió, su verbo vive en mi carne. Ya van poco más de 24hs. en las que no derramé una sola lágrima desde la muerte de Néstor. Sería injusto desde este espacio intentar hacer un balance del kirchnerismo, por una sencilla razón: el kirchnerismo no terminó. También sería sumamente injusto tratar de poner en palabras lo que toda una plaza no pudo más que llorar. Frente a algo tan inmenso como la muerte física de un líder de dimensiones épicas como lo es Néstor Kirchner las palabras suenan estériles, vacías, disonantes. Sin embargo, hace falta buscarlas. Yo estaba censando la primera vivienda cuando mi celular sonó tres veces. Terminé la entrevista, me paré en la puerta de Av. Álvarez Thomas 946, mi siguiente vivienda a censar, y miré los mensajes. Era mi hermana, decía que Néstor había muerto. Llamé a mi casa para confirmar algo que no podía ser cierto. Cuando corté, sin poder creer lo que me habían dicho, me largué a llora...